martes, 8 de febrero de 2022

Escenas Míticas: Whodunit - Un cadáver a los postres




   Por fin llega a la pantalla grande el segundo remake de una película basada en las novelas de Agatha Christie, por parte de Kenneth Branagh, tras el que ya realizó de “Asesinato en el Orient Express”. En este caso en “Muerte en el Nilo” la que se estrena con más de año y medio de retraso a causa de los efectos de la maldita pandemia.




   Precisamente como parodia al subgénero del “whodunit”, se hizo esta película que caricaturizaba más específicamente las adaptaciones de las novelas de Agatha Christie. Aunque curiosamente solo se habían llevado a cabo dos en ese momento, dos años antes, precisamente “Asesinato en el Orient Express”. Pero que a la vez coincidía con el remake de “Diez negritos”.



   Un cadáver a los postres” se reía de todos los clichés típicos de esta clase de películas y por extensión a la literatura en la que se basaban. Como es el encerrar a una serie de personajes en un lugar donde se van sucediendo los asesinatos y en el que el único objetivo es descubrir quién lo hizo como si fuera un juego de Cluedo.



   Es más, no hay ninguna consideración más que descubrir al asesino y sus motivaciones atendiendo a las pistas y a las coartadas de los personajes. De hecho, los asesinatos no son violentos, y ni siquiera llegan a verse, solo se descubren los cadáveres. Precisamente “Cluedo”, o cómo la conocimos aquí “El juego de la sospecha” ya 1985, era una especie de remake no declarado de la que hoy comentamos.



   Tras la cámara, Robert Moore, que venía del mundo de la televisión y cuya filmografía tan solo la componían tres películas, la primera de ellas, y la mejor muy de largo es “Un cadáver a los postres”, a la que siguió “Un detective barato” y “Capítulo dos” que tenían todas en común que eran comedias policíacas y que eran adaptaciones de las obras teatrales del dramaturgo Neil Simon.



   La trama consistía en citar a una serie de detectives supuestamente famosos que claramente estaban inspirados en algunos de los más populares de la literatura policíaca y de misterio. De tal manera, el Sidney Wang interpretado por Peter Sellers está basado en el detective Charlie Chan creado por Earl Derr Biggers.



    Dick y Dora, interpretados por David Niven (que también haría un papel dos años después en “Muerte en el Nilo”) se basan en Nick y Nora Charles de las novelas de Dashiell Hammeth, Milo Perrier, en la piel del actor James Coco, se inspira en el celebre Hércules Poirot. Sam Diamond, con el actor Peter Falk (qué más tarde encarnaría a otro detective, Colombo), parodia a Sam Spade, nacido de la pluma de Hammet, concretamente en “El halcón maltés”. Y finalmente, Jessica Marbles, con la actriz Elsa Lancaster, es el fiel reflejo de Miss Marple, de Agatha Christie.



    Para colmo, en una escena que finalmente fue eliminada pero que puede encontrarse en su edición en DVD, al final de la película aparecía Sherlock Holmes y su inseparable Watson para resolver el misterio. Un impagable Alec Guinnes y el propio Truman Capote, que fue nominado al Globo de Oro, completaban el reparto.



    Por cierto, el título original es “Murder by death”, es decir “Asesinato por muerte” en lugar de lo correcto que sería al revés “Muerte por asesinato”. La película está considerada de culto y personalmente me parece divertidísima. Consiguió 32 millones de dólares en taquilla superando incluso a los 25 de “Asesinato en el Orient Express”.

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