No todas las integrantes del ciclo podían ser del mismo tono y me he visto en la necesidad de aportar títulos con distinto estilo, pero dentro de Whodunit. Y ésta es una divertida parodia del género, a cargo de un especialista en comedias como es Jonathan Lynn (“Mi primo Vinny”, “Falsas apariencias”).
La película
toma como referencia un popular juego de intriga que consiste en descubrir
quien es el asesino a partir de una serie de pistas. De hecho, el titulo
original es “Clue” (Cluedo). Pero a la vez hacía de parodia de una película de
Whodunit típica. “Un cadáver a los postres”, en la que, por cierto, participa
Eileen Brennam, que también lo hace en “El juego de la sospecha”.
Y desde luego es el humor la seña de identidad propia respecto a otros títulos del género. Demasiado debieron pensar en el momento del estreno pues fue muy criticado su guión, más preocupado por el generar gags y escenas graciosas que de confeccionar una intriga efectiva. Personalmente creo que una parodia funciona a base de golpes cómicos y la trama es lo suficientemente enganchante.
De hecho, fue un completo fracaso y no logró recuperar la escueta cantidad que costó, 15 millones de dólares, quedándose al borde con 14´6. La critica profesional mezcló reseñas positivas y negativas. Pero con el paso del tiempo predominaron más las primeras y finalmente ha quedado como un titulo de culto del whodunit y la comedia.
Una de las ideas más originales del guión fue dar hasta tres finales consecutivos. Aunque fueron presentados de esa forma en su versión inicial. Es decir, la que se comercializó posteriormente en VHS. En la película se decía primero “pudo ser así”, “o así”, “pero fue así”. Creando un caos absoluto de posibles teorías y culpables que daban lugar a una confusión total y, desde luego, intencionada.
Sin embargo, en su reedición ya años después en DVD, se eliminó ese triple final, de tal manera que daba la posibilidad a seleccionar el formato de la película eligiendo entre sus tres posibles desenlaces alternativos. O sea, que la película acaba con el final previamente escogido. Y los otros dos quedaban fuera del metraje.
En mi opinión esto elimina el chiste y, por tanto, toda la gracia. Ese triple final alude precisamente a la base argumental de cualquier trama de whodunit, que no es otra de que, hasta el último momento, el asesino puede ser cualquiera. De tal modo, la versión original no solo parodiaba, sino que también, y sobre todo, homenajeaba el género. Cosa que en la edición en DVD no se podía apreciar.
Como es
habitual en las películas basadas en novelas de Agatha Christie, cuyos repartos
corales figuraban numerosos actores y actrices sumamente populares; el reparto
estaba repleto de caras conocidas, aunque no estrellas. El más destacado, sin
duda, es el camaleónico Tim Curry, en un papel previo a ponerse la nariz de
payaso como Pennywise en “It”, los cuernos de Darkness en “Legend” y embarcarse
en el “Octubre rojo”. A lo que siguieron una gran cantidad de papeles
secundarios.
Le acompañan
Christopher Lloyd(“Regreso al futuro”), Eileen Brennam (“Un cadáver a los
postres”), Lesley Ann Warren (nominada al Oscar por “Víctor o Victoria” y
Collen Camp, más destacada por mostrar su físico que por su talento dramático y
que apareció también en “Loca academia de policía”.