No es la
clásica “whodunit” pues no se desarrolla
en una gran mansión o un medio de transporte como son el tren o el barco. Pero
el efecto esta igualmente conseguido, tras los muros de una abadía italiana de
la edad media, periodo histórico que tampoco coincide con el habitual
contemporáneo del subgénero. Aun así cumple con el resto de características de
este tipo de cine.
Se adaptaba la
novela homónima convertida sorprendentemente en best seller de Humberto Eco y
que hoy en día se considera un clásico imprescindible de la literatura. Digo
sorpresa porque a pesar de que indudablemente contiene trama detectivesca incuestionablemente
interesante, también incorpora numerosas
y extensas reflexiones filosóficas-teológicas para nada favorecedoras para que
un libro sea comercial. De hecho, dichas reflexiones fueron excluidas del guión
de la película.
Para llevar a
cabo la película tuvo lugar mediante una coproducción entre Alemania Occidental
(pues aun estaba dividida), Francia e Italia. Y se tardó en gestar nada menos
que cinco años. Aun los costos tampoco se elevaron demasiado, unos 17 millones,
que fueron ampliamente recuperadas pues
el film reportó 77 en taquilla, aunque prácticamente todo ello en Europa, porque en Estados Unidos fue un completo
fracaso.
Su director fue
Jean Jacques Annaud, cuya anterior película es otro clásico de culto “En busca
del fuego”. Después de “El nombre de la rosa” vinieron otras muy conocidas como
“El oso”, “El amante”, “Siete años en el Tibet” o “Enemigo a las puertas”. Annaud
puso especial énfasis en la ambientación del film a través de una soberbia
fotografía, la construcción de enormes decorados y la música de un joven James
Horner, hoy tristemente desaparecido.
Todo para
extraerle al máximo a una excelente trama de elevadas cantidades de intriga e
importantes asesinatos, en un escenario que remarcaba la sensación de
aislamiento del mundo y, por tanto, ese
sentido claustrofóbico característico del whodunit. No se perdía tampoco la
oportunidad de retratar a la Inquisición como institución represora de todo
aquello que saliera de sus directrices y de su mandato.
El reparto
estaba plagado de nombres conocidos hoy. Porque en su momento tan solo Sean
Connery estaba catalogado como una estrella, que había interpretado a James
Bond en “Nunca digas nunca jamás”, que venía de participar en un título de
culto de cine fantástico como “Los Inmortales” y que curiosamente doce años
antes también lo había hecho en un whodunit de pura cepa, de la cual se estrena
en estos días el remake y que es el motivo de este ciclo, “Asesinato en el
Orient Express”.
Sin embargo, ni
mucho menos fue la opción pues no se le consideraba un actor que acompañaron las
grandes recaudaciones. Y primero se preguntó a Jack Nicolsohn, Michael Caine,
Ian MacKellen, Marlon brando, Paul Newman, Donald Sutherland y Robert de Niro,
que si no fuera porque este se empeñaba un duelo a espada al final de la película
habría aceptado pues estaba interesado en el papel y a Annaud le parecía el
indicado. Pero se negó a hacer tan sustancial cambio y el papel de Guillermo de
Baskerville recayó en manos de Sean Connery.
Hoy no nos
podemos imaginar otro Baskerville que él. Por cierto, un año más tarde
recibiría el Oscar como actor de reparto por “Los intocables de Elliot Ness”.
Le acompañaba un jovencísimo Christian Slater (16 años) que como anécdota
resultaba que estaba realmente impresionado por la actriz Valentina Vargas, con
quien le tocaba hacer un escena de sexo sumamente tórrida. Seguramente las
hormonas estaban a flor de piel. Un por entonces desconocido Ron Perlman (Salvatore) y
F. Murray Abraham (Salieri en "Amadeus") completaban el reparto.
Como
curiosidad, la rosa a la que hace referencia el título no es el indicado en la
película que deja caer que la rosa era precisamente la campesina a la que daba
cuerpo Valentina Vargas. El libro de Humberto Eco se refería a algo más
filosófico “De la rosa solo queda el
nombre. Solo tenemos nombres vacíos”, esa es la frase con la que define el titulo el escritor.
hola. en la escena de sexo que hay con la chica, tengo una pregunta rara, pero se puede saber si hubo penetracion real y sexo real o simulacion? de ser asi me sorprenderia mucho
ResponderEliminarHola, no, fue una recreación. Christian Slater sólo contaba con 15 años y la chica con 5 más. De hecho, Slater estaba bastante avergonzado de hacer la escena porque, al parecer, tuvo cierto enamoramiento de ella durante el rodaje. Gracias por comentar.
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gracias por contestar tan rapido, y por la aclaracion, ya sabes que en el cine igual que en otros temas hay mucho rumor. tengo entendido que la madre de slater estaba contenta de que trabajara con la actriz... saludos y buen trabajo con el club.
ResponderEliminarSi, eso es cierto. De hecho, la madre, al ser Slater menor de edad, tuvo que dar su consentimiento. E incluso estar presente en el rodaje. Aunque, creo que él pidió que no estuviera en esa escena en particular. Saludos.
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