domingo, 31 de marzo de 2019

Mula



   FICHA TÉCNICA

Título: Mula.
Dirección: Clint Eastwood.
País: Estados Unidos.
Año: 2018.
Duración: 116 min.
Género: Drama.
Interpretación: Clint Eastwood, Bradley Cooper, Dianne Wiest, Michael Peña, Taissa Farmiga, Laurence Fishburne, Ignacio Serricchio, Alison Eastwood, Andy García, Diego Cataño, Robert LaSardo, Lobo Sebastian, Clifton Collins Jr., Manny Montana, Jill Flint, Noel Gugliemi, Loren Dean, Katie Gill, Daniel Moncada, Victor Rasuk, Devon Ogden, Ashani Roberts, Lee Coc, Rey Hernandez, Joe Knezevich, Derek Russo.
Guion: Nick Schenk (Artículo: Sam Dolnick).
Producción: Clint Eastwood, Tim Moore, Kristina Rivera, Jessica Meier, Dan Friedkin, Bradley Thomas.
Música: Arturo Sandoval.
Fotografía: Yves Bélanger.
Distribuidora: Warner Bros.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un hombre ya muy mayor está al borde de la bancarrota y, por su vida egoísta, le ha dado la espalda la mayoría de su familia. Pero un día le ofrecen un trabajo aparentemente fácil, que solo consiste en conducir. Y así se convierte en la mula más importante de un cártel mexicano y ser buscado por la DEA.
   LO MEJOR: Lo primero es aclarar que ésta es de las películas que pertenecen al estilo personal de Clint Eastwood y no a las que ha realizado con el piloto automático casi como si fueran de encargo, como “Sully” por muy bien que esté realizada, o “15:13” (muy por debajo de su nivel). “Mula” no tiene la calidad de “Mystic River” o “Gran Torino”, pero se situaría en un escalón por detrás. Otra aclaración pertinente, y ya lo he señalado en otras ocasiones, es que la historia no está basada, sino inspirada, en hechos reales, lo que le ha dado bastante libertad a Eastwood para adaptarla a sus preocupaciones personales, en este caso, a los problemas y balances que se pueden hacer de la propia vida al llegar a la tercera edad. Nuevamente nos plantea la importancia de la familia, con un personaje que precisamente no se lleva bien con ella por haberla descuidado. Es curioso que como actor haya interpretado tantas veces a un héroe y como director se haya empeñado tanto en hacer el retrato del antihéroe, que a menudo busca la redención de sus actos, en este caso, de una vida de excesos y despreocupación. Y lo hace con toda naturalidad, el veterano director no necesita de artificios ni trucos de cámara pues es consciente de que su principal virtud es ser un narrador nato. Eso si, aporta a ella un muy adecuado tono de humor, coqueteando en ocasiones con el género de comedia. Y si vuelve a un subgénero que conoce muy bien, pues no es una road movie, pero su protagonista se pasa media película en la carretera.
   Interpretación: Como siempre se ha rodeado de un reparto exquisito, tirando de veteranos y de otros que no tanto. Pero la interpretación más destacable es la suya propia, una de las mejores de su carrera, a sus 88 años. Clint Eastwood se luce más como actor que como director, logrando ser entrañable y gracioso a la vez, y eso si es noticia. Le acompañan Bradley Cooper (que ya trabajó con él en “El francotirador”) y Michael Peña, como pareja de policías. También los talluditos Lawrence Fishburne y Andy García. Y en título femenino, la experiencia y la juventud, representadas respectivamente en Dianne West y Taissa Farmiga.
   Escena (spoiler): Lo más interesante es ver con que naturalidad reacciona el protagonista, ya de vuelta de todo, ante todo lo que se le plantea. Como los diferentes portes, especialmente el primero, o cuando se para a comprobar que clase de mercancía lleva. O cuando le ponen vigilancia todo el camino pero él sigue haciendo todo lo que le da la real gana. Esto genera diversas situaciones cómicas como la fiesta para conocer al jefe del cártel, pues se ha convertido en su mejor mula. Pero luego viene lo dramático, como cuando ese jefe es asesinado y él mismo es amenazado de muerte si no sigue las reglas a rajatabla. Aún así las rompe para pasar las últimas horas de vida de su exmujer, o que provoca que casi le maten los traficantes y finalmente le detenga la policía. Muy significativo es cuando se declara directamente culpable y no tira de la excusa de que es demasiado mayor.
   LO PEOR: Me llama la atención que todos los que critican el film lo hagan con el argumento de que es lenta. Lo primero es que si conoces al Clint Eastwood director de los últimos veinte años, sabes que es su estilo. Luego está que el que sea lenta no quiere decir que sea aburrida. Lo que si es malo es que de verdad sea su última película. Eso si debería cubrirnos de luto.
   CITAS: “La familia es lo más importante. No hagas lo que hice yo, anteponer el trabajo a la familia”. “Podía comprar de todo menos tiempo”. “¡Joder! Parece la cantina de la Guerra de las Galaxias”. “Internet, ni regalado”. “Ha vivido tanto que ya no tiene filtro”. “Por querer ser importante de puertas para fuera acabé siendo un fracasado en mi propia casa”. “Ayúdame señor, éste es mi último cartucho”. “Aunque no sirva de mucho, siento todo lo que he hecho”.
   REFERENCIAS: Estaría delimitado en el cine personal de Clint Eastwood. Sería una versión simpática a medio camino entre “Breaking bad” y “Barry Seal”. argumentalmente.
   CONCLUSIÓN: 7’5. Eastwood vuelve a hacer un retrato del antihéroe destacando casi más delante de la cámara que detrás de ella. Esperemos que no se su última vez.



sábado, 30 de marzo de 2019

Minicríticas Express: Await further instructions/Cadáver/El pacto





   Anda que vaya narices tengo de llegar hasta el final de esta peli. Prometo ir a la iglesia y confesarme por cometer semejante pecado . . . y soy ateo. Si, porque soy culpable de sentir curiosidad de saber que leches estaba pasando, lo que fue una trampa mortal porque las incongruencias eran tantas y las situaciones ridículas tan continuadas que no tuve otra que tomármela como una comedia y madre mía que risas me he pasado, esas no me las quita nadie. Pero, reconozco que me he quedado con una duda: si el director se está desintoxicando, si aún sigue de resaca o directamente murió de la sobredosis, porque no me digas, esta película la hizo drogado. 2.





   Una posesión demoníaca, un depósito de cadáveres, unos cuantos ruidos, una chica guapita, salpimentamos con una buena ración de sustos y ya tenemos la perfecta ensalada de terror más típica y predecible posible. Para que esforzarse en crear una atmósfera tenebrosa (claustrofóbica era lo que tocaba) si subiendo el volumen ocho veces más de lo normal en cada susto ya se puede sobresaltar a todos los vecinos de mi bloque. Que nadie se espere un suspense a lo "La autopsia de Jane Doe" porque éstos se lo han dejado en la intención. 4.







   A ver, el argumento está bien, aunque lo de vender tu alma al diablo y que luego te pida cuentas pues está bastante manido. Pero la forma de contar la historia no me ha enganchado. Demasiadas trampas de guion, situaciones forzadas, cosas que pasan por casualidad y demás. Belén Rueda si defiende bien el papel. Eso si, al que no le gusten las arañas, como a mí, ya se la puede ir ahorrando porque hay unas cuantas. 5. 





jueves, 28 de marzo de 2019

Escenas Míticas: Clint Eastwood director - Un mundo perfecto



   Sin duda, una de mis favoritas del Clint Eastwood director y que más infravaloradas me parece. Porque aunque muchos críticos la colocan como una de las mejores películas de los noventa, muy pocas veces la veo mencionada cuando se hace una lista de las mejores películas del director, lo cual me llama poderosamente la atención.



   El caso es que inicialmente iba a ser dirigida por Steven Spielberg, con Denzel Washington como protagonista. La apretada agenda del “Rey Midas” de Hollywood, dejó el proyecto en el aire hasta recogerlo Clint Eastwood. No sería la única vez que recogiera su testigo. Su siguiente película, “Los puentes de Madison” también sería heredada de Spielberg.



   Clint Eastwood estaba embarcado en un posible remake de “Los siete magníficos”, proyecto de demasiada envergadura para producirlo él solo con su “ Malpaso” y que exigía de la unión de varias productoras. Lo que dió al traste con ello y finalmente Clint se quedó con las ganas. Una pena, se me hace la boca agua imaginandolo tras la cámara en semejante proyecto. Años después se llevó a cabo con Antoine Facqua como director, que no salió mal, la verdad. Pero no es ningún secreto que no tiene una décima parte del talento de Eastwood.



   Cuando le ofrecieron “Un mundo perfecto”, Clint Eastwood se encontraba un tanto cansado de su faceta como actor y prefería una historia para dirigir, para quedarse tan solo detrás de la cámara. Estaba en plena carrera de los Oscar, con la que competía por “Sin perdón”, el que fue uno de sus mayores éxitos y una de sus mejores películas. Y rodaba "En la línea de fuego", solo delante de la cámara, bajo las órdenes de Wolfgang Petersen.



   “Un mundo perfecto” le permitía lo que quería. Aunque finalmente fue convencido para desempeñar uno de los papeles, pero al ser secundario, podría dedicar la mayor parte del tiempo a dirigir. A la vez, podría hacer algo de lo que más le gusta, qué es mandar un mensaje a través de un argumento aparentemente no reivindicativo. Y podría mezclar dos de sus géneros, el thriller y el western.



   Para colmo se trataba de un road movie, algo con lo que ya estaba familiarizado pues ya en su día rodaría “Ruta suicida”, aunque es evidente que el tono es completamente diferente. Aquí, Eastwood hace un retrato de la América sureña de la época del asesinato de Kennedy, por esas tierras precisamente.



   Pero sobre todo, se centró en mostrar la importancia de la infancia. El protagonista es un delincuente de buen corazón pero de un pasado infantil no recomendable, dónde se atisba un padre probablemente maltratador que le marcó como un ser violento. Mientras, que el niño procede de una familia testigos de Jehová, que no puede hacer lo que el resto de los niños, ni celebra Halloween, ni montar en una montaña rusa, en definitiva, no puede divertirse. Y que no tiene padre. Función que encarna temporalmente su secuestrador.



   Es por ello que Eastwood explota a la perfección la relación que se va creando entre el delincuente raptor y el niño, ofreciéndonos algunos momentos entrañables. Así como otros sumamente violentos como en la secuencia con la familia negra dónde sale el psicópata que hay en él probablemente por sus secuelas infantiles. Además, nos relata uno de los finales más tristes de su carrera. Y es que Eastwood sabe de eso, cómo demuestran otros títulos como “Mystic River”, “Million dollar baby” o “Los puentes de Madison”.



   Al parecer, se le impuso que el protagonista fuera Kevin Costner, que estaba muy de moda por aquella época. El resultado fue muy provechoso pues realizó una de las mejores interpretaciones de su filmografía, si no, la mejor. Le acompañaron el propio Clint Eastwood, Laura Dern y T.J. Lowther (el niño). Como decía, tuvo buenas críticas. Costó 30 millones de dólares y recaudó 135 en taquilla, una proporción muy habitual de las películas del director.

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