Está claro que cuando una serie supera la
barrera de simple producto televisivo para convertirse en un fenómeno social, y
si le sumamos dos años de conjeturas en las teorías de resolución de las tramas
y de expectativas sobredimensionadas, junto con decisiones de guion
verdaderamente arriesgadas, pues las críticas eran una consecuencia lógica.
Más en un mundo interactivo de redes sociales, donde los haters se han
instalado su hábitat natural.
Pero independientemente de estar de acuerdo o
no con las decisiones de los creadores y guionistas, David Benioff y D.B.Weiss,
en cuyas espaldas ha caído una “tormenta de espadas”, aunque no creo que a sus
bolsillos les importe, la serie en general y la última temporada en particular,
es inapelable que ha dejado episodios absolutamente épicos en cuanto a
espectacularidad nunca antes vistos en televisión y que hubieron merecido su
visión en la gran pantalla
de una sala de cine.
Buena parte de ellos son las batallas,
asombrosamente bien dirigidas. Y aunque han pasado diversos directores por la serie, es
Miguel Sapochnik quien mejor se ha desenvuelto en estas complejas y caóticas
secuencias. Prueba de ello son las batallas de Aguas Negras, de los Bastardos,
Invernalia, o la masacre de Desembarco del Rey.
Pero si a “Juego de Tronos” le quitamos sus
elementos fantásticos, sus caminantes blancos, su brujería, sus gigantes y,
sobre todo, sus dragones, nos queda la piedra angular de la serie, los
personajes, cuyo tratamiento y gradación, navegando habitualmente entre los
claroscuros, y con una evolución notable, son lo más interesante. Y para
analizarlos, si no vas al día o has visto todos los capítulos (que ya estáis
tardando) es mejor que dejéis de leer porque puede haber spoilers.
El volumen de personajes es brutal así que no
podemos hacer un análisis pormenorizado y en profundidad pero si una leve
clasificación. Tenemos un grupo de secundarios que en mayor o menos medida, por
unos motivos o por otros, han gozado de gran popularidad, e incluso carisma,
como los casos de Sandor Clegane
(Perro), Varys, Bronn, Melisandre, Gendry, Brienne de Tarth, Tormund, Beric
Dondarrion, Missandei, Drogo, Jorah Mormont, Gusano Gris, Samwell Tarly,
Ygritte, Davos, Oberyn Martell, Staniss Baratheon, Margaery Tyrell, Jaqen
H´ghar, Ned Stark . . .
Pero que sería de esta serie sin sus villanos.
Tremendamente odiosos, como la Montaña, Walder Frey, Joffrey Bratheon, Meñique,
Ramsay Bolton y, por supuesto, Cersei Lannister. Algunos han pasado de villanos a
héroes, como Theon Greyjoy y Jaime Lannister. Y otros de héroes a villanos como
Daenerys Targaryen. Y no, no se sacaron su giro al reverso tenebroso de la
fuerza, de la manga. Como decía Ramsay “si pensabas que ésto iba a tener un
final feliz es que no has prestado atención”.
Pero vayamos a
los personajes que mayor evolución han tenido. Si exceptuamos los
principales, a Jon Snow (personaje carismático por ser el bueno pero el más
plano de largo), a Cersei (que siempre ha sido una villana aunque pasando por
varios grados, primero a la sombra de algún - Rey Robert, Joffrey, Tommen -, y
luego como Reina tirana absoluta) y a Bran (muy intermitente y en un rol muy
indefinido) nos quedan los cinco mejores personajes.
Jaime, que como decía parte como villano pero
tiene un interesante camino de redención. Tyrion, a priori no demasiado
importante pero cuya inteligencia y astucia le han hecho influir vitalmente en
la trama. Sansa, comenzando como inocente creyente en cuentos de hadas pero que
la crueldad sufrida la convierten en uno de los personajes más astutos. Y mis
dos favoritos. Arya, la intrépida niña que se convierte en la más letal asesina
y también heroína. Y Daenerys, en su camino de libertadora a tirana
sanguinaria, la villana perfecta, la que no esperas.
La serie ha sido rodada en multitud de
localizaciones exteriores. Su presupuesto ha rondado los 50/60 millones por
temporada, cien en el caso de las dos últimas, con episodios que han superado
los 15. Ha cosechado una legión de nominaciones a distintos premios, logrando
hasta 3 Emmys, lo que es una absoluta barbaridad. Así que yo no me preocuparía
por las críticas, señores Benioff y Weiss, pasan en las mejores familias. Y como
decía El Quijote “Ladran, luego cabalgamos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario