Es la cuarta
adaptación de la saga de novelas policíacas del danés Jussi Adler-Olsen, que
han agrupado como "Los casos del departamenot Q", que vienen a ser
casos que se dieron por cerrados y que vuelven a ser revisados. Si has visto
las anteriores ("Misericorcia", "Profanación" y
"Salvación") y te han gustado, como es mi caso, ésta también lo hará
porque está más o menos al mismo nivel. Y si no las has visto, me parecen muy
recomendables. Las tramas están muy bien llevadas, la extraña pareja de
policías tiene carisma y con cada investigación te hacen un viaje al pasado a
modo de flashbacks para contarte la historia. Espero que sigan haciendo más.
6’5.
Lo primero que
hay que advertir es que requiere de una voluntaria suspensión de la
incredulidad y someterse así al tenebroso viaje que nos ofrece. Si se consigue,
la película resulta generosamente entretenida e, incluso, divertida. Al menos,
yo me lo he pasado bien gracias a su buen ritmo, su acertada duración (solo
noventa minutos y la historia da para eso y no más) y la baza a la que se lo
juega todo, sus giros. Si, giros tramposos pero no dejan de estar curiosos. Una
trama en la que la figura de villano migra de un personaje a otro y que cuenta
con la química de sus dos protagonistas femeninas, como aliciente. 6’5.
Ambientada en
los ochenta y que apela al sentido nostálgico de las películas de aquella época
desarrolladas en zonas residenciales, con su casitas y tal. De hecho, incluso
imita la música de "Stranger things". Todo es típico y previsible
pues cumple con todos los tópicos; chico con demasiada imaginación, tía buena
un poco mayor que él de la que está loquito, amigos repelentes que van en bici,
a lo Goonies y vecino sospechoso. Bueno pues aún así, como me encanta esa
ambientación pues me ha gustado. Espera que no todo es previsible, el último
tramo me ha dejado del revés. 6’5.


No hay comentarios:
Publicar un comentario