Anda que vaya
narices tengo de llegar hasta el final de esta peli. Prometo ir a la iglesia y
confesarme por cometer semejante pecado . . . y soy ateo. Si, porque soy
culpable de sentir curiosidad de saber que leches estaba pasando, lo que fue
una trampa mortal porque las incongruencias eran tantas y las situaciones
ridículas tan continuadas que no tuve otra que tomármela como una comedia y
madre mía que risas me he pasado, esas no me las quita nadie. Pero, reconozco
que me he quedado con una duda: si el director se está desintoxicando, si aún
sigue de resaca o directamente murió de la sobredosis, porque no me digas, esta
película la hizo drogado. 2.
Una posesión demoníaca, un depósito de cadáveres, unos cuantos ruidos, una chica guapita, salpimentamos con una buena ración de sustos y ya tenemos la perfecta ensalada de terror más típica y predecible posible. Para que esforzarse en crear una atmósfera tenebrosa (claustrofóbica era lo que tocaba) si subiendo el volumen ocho veces más de lo normal en cada susto ya se puede sobresaltar a todos los vecinos de mi bloque. Que nadie se espere un suspense a lo "La autopsia de Jane Doe" porque éstos se lo han dejado en la intención. 4.
A ver, el
argumento está bien, aunque lo de vender tu alma al diablo y que luego te pida
cuentas pues está bastante manido. Pero la forma de contar la historia no me ha
enganchado. Demasiadas trampas de guion, situaciones forzadas, cosas que pasan
por casualidad y demás. Belén Rueda si defiende bien el papel. Eso si, al que
no le gusten las arañas, como a mí, ya se la puede ir ahorrando porque hay unas
cuantas. 5.
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