¿Borrarías de tu cerebro la relación que has tenido con una persona y que ya ha acabado? Seguramente muchos diríamos que sí. De un plumazo
extirparíamos el dolor, el duelo, el odio, el rencor y los malos
recuerdos que nos hacen daño cuando rompemos con una pareja. Pero
también todo lo bueno que has vivido con esa persona y lo que has
aprendido con esa relación. Pues eso es lo que planteaba esta
película.
Además
de la posibilidad de volver a encontrarte con esa persona y volver a
repetir la historia. Esa propuesta filosófica venía envuelta en la
suposición de que realmente pudiera realizarse tal procedimiento, lo
que la inclinaba al género de la ciencia ficción, aunque la
película tenía indudables toques de thriller. No obstante,
básicamente era una película sobre un romance, uno muy triste, por
cierto.
Sin
embargo, su título en España hacía pensar que no era otra cosa que
una comedia romántica, “Olvídate de mí”, para colmo, como si
no tuvieran bastante, entre signos de admiración. Normalmente
respeto los títulos que se les ponen aquí a las películas, sin
entender por qué no se traduce literalmente, pero comprendo que
detrás de ello hay un fin meramente comercial. Pero es que en este
caso no puede ser más desafortunado.
Porque
aparte de privarnos de un título tan interesante como el original,
que vendría a decir algo así como “Eterno esplendor de una mente
sin recuerdos”, que proviene de un verso del poema “Eloise to
Abelard”, de Alexander Pope, en 1707, puede dar a la confusión de
hacer creer al espectador que es una comedia pura. Es verdad que el
cartel de la película también ayuda a ello.
La
idea sobre el argumento surgió en una cena que el director, Michael
Gondry, tuvo con un amigo que le planteó la broma de mandar tarjetas
advirtiendo a la gente de no contactaran con ciertas personas porque
les habían borrado de su memoria por peticiones expresas de ellas.
Por cierto, al propio director se le planteó la idea de la película
porque tras ella fue abandonado por su pareja. Él comentaba que en
un principio contestaría que no pero más adelante empezaba a
considerarlo una buena idea el borrarla.
Un
Gondry con una muy escasa filmografía, más dedicado a la filmación
de cortos y videoclips, pero que tiene algunos títulos interesantes
como “Rebobine por favor” o la serie “Kidding”, con Jim
Carrey y en clave de dramedia.
Aunque
sería justo tener en cuenta, como mínimo, como cocreador, a un
guionista de la personalidad y peculiaridad de Charlie Kaufman, autor
de marcianadas como “Como ser John Malkovich”, “Adaptation, el
ladrón de orquídeas”, desde el guion, y “Estoy pensando en
dejarlo” también incluso en la dirección. Precisamente por el
guion de “Olvídate de mí” fue premiado con el Oscar al mejor
guion original.
Para
el protagonista masculino se pensó inicialmente en Nicholas Cage
pero finalmente fue a parar a Jim Carrey. Para la protagonista
femenina la elegida fue Kate Winslet, quien siempre ha dicho que
Clementine es el personaje favorito de su carrera y que le gustaría
volver a interpretarlo con su edad actual. Pero es que el elenco de
secundarios también era sobresaliente, con Mark Ruffalo, Kirsten
Dunst, Tom Wilkinson y un Elijah Woods que se quedó con el papel de
Seth Rogen. Se le ofreció un papel a la cantante Björk pero su
experiencia negativa a las órdenes de Lars Von Trier en “Bailando
en la oscuridad” le hizo rechazarlo.
La
película estuvo a punto de cancelarse a causa del estreno de "Memento", de Christopher Nolan. Aunque son películas muy diferentes, el dúo Gondry-Kaufman veía paralelismos en cuanto al tema de la memoria pero también en cuanto al tratamiento psicológico (todo ocurre en el cerebro de Joel) y la narración no lineal, lo que hizo que Clementine llevara el pelo de colores distintos (que eran pelucas) para poder seguir la historia.
Eso provocó que la gestación, a pesar de comenzar en 1988, no terminara hasta 2004, varios años después de "Memento". Pero finalmente si dio a luz y tuvo muy buenas críticas. Además, recaudó 72 millones de dólares, habiendo invertido 20 en ella.
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