domingo, 18 de febrero de 2024

Cuando acecha la maldad

 


   FICHA TÉCNICA

Título: Cuando acecha la maldad.
Dirección: Demián Rugna.
País: Argentina.
Año: 2023.
Duración: 99 min.
Género: Terror.
Interpretación: Ezequiel Rodríguez, Luis Ziembrowski, Federico Liss, Demián Salomón, Silvina Sabater, Emilio Vodanovich, Desirée Salgueiro, Virginia Garófalo, Marcelo Michinaux, Paula Rubinsztein.
Guion: Demián Rugna.
Producción: Fernando Díaz.
Música: Pablo Fuu.
Fotografía: Mariano Suárez.
Distribuidora: Shudder.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Dos hermanos descubren a una persona poseída en las cercanías de su pueblo. A partir de ahí, intentan por todos los medios evitar la catástrofe que supondría que diera lugar al nacimiento de un demonio.

   LO MEJOR: Es una de las propuestas de terror más malrolleras que he visto últimamente. Tiene mérito conseguir este nivel de incomodidad y malsanidad en el espectador teniendo en cuenta lo machacado que está el subgénero de posesiones demoníacas. Porque se siente como diferente en base a varios retoques personales en comparación con otras películas de temática similar. Uno de ellos es la propia localización de la acción, en una zona rural, haciendo valer las connotaciones de su particular mitología del lugar y acercándola al folk horror. La otra vuelta de tuerca viene por parte de una puesta en escena de total realismo a pesar de los elementos fantásticos de la trama. Eso favorece que las muertes impacten mucho. No solo a través de la violencia explícita, con lo cual no se escatima en lo más mínimo en sangre y gore, sino por la crudeza. Los golpes vienen sin previo aviso de ninguna clase, de forma seca y con verdaderas sorpresas. Además de sumamente desagradables. Un terror que le da igual estar a pleno día que en la oscuridad. Las cosas pueden pasar en cualquier momento. Todo eso siempre manteniendo un buen ritmo a pesar de no ser precisamente trepidante y con una gran intensidad dramática.

   Interpretación: No conocía a nadie del reparto. Por lo visto a Damián Salomon lo venían utilizando más veces el director por lo que parece de su confianza. Aunque el verdadero protagonista es Ezequiel Rodríguez, que es quien lleva mayor peso. No obstante, ambos están tremendamente naturales en sus papeles y, por tanto, muy creíbles y convincentes. También hay que destacar la participación de Silvina Sabater.

   Escenas (SPOILERS!!): Prácticamente en cualquiera de las secuencias de muertes te llevas un gran impacto. Destacaría por encima de las demás tres. La de la ejecución de la cabra que entendemos que es un demonio pero que es imposible prever que va a suponer la muerte del hombre que le dispara a cargo de su mujer por medio de un hacha para seguidamente proceder al suicidio dándose hachazos en la cabeza, para impedir que la maldición se extienda. Luego está el ataque del perro, imposible también, aunque si te lo puedes oler, que sea de esa manera y con esa violencia. Después viene un atropello que también vaya tela. Pero el más impactante, y eso que es el que más ves venir, es cuando el hermano ve a la exmujer de su hermano con su hijo, secuestrado, en brazos. Cuando llega a su altura se da cuenta horrorizado que se está comiendo su cerebro.

   LO PEOR: Tampoco vayamos a pensar que tiene un guion deslumbrante porque aquí no se sale de lugares comunes de este subgénero. Pero si es plenamente efectivo. No se complica y tampoco lo pretendían. Eso sí, el acento en versión original es muy cerrado y cuesta mucho, sobre todo en un principio, entenderlos. Luego te acostumbras pero la dificultad está ahí.

   REFERENCIAS: Dirige Damián Rugna, que si algunos no les suena quizás si lo haga una película suya anterior, “Aterrados”. Y tiene cierto punto a “Quien puede matar a un niño”.

   CONCLUSIÓN: 7. A pesar de lo trillado del subgénero de posesiones, logra darle una vuelta de tuerca hacia el folk horror y crear verdadero mal rollo, donde los golpes vienen desde cualquier parte y en cualquier momento. 




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