No,
todavía no es la que viene de Ana de Armas como spin off del
universo de John Wick. No es esa Ballerina sino una coreana aunque el
único baile es el de los guantazos y los tiros. Cuando los hay
porque tiene menos acción de lo que cabría esperar. Gran parte de
ella está concentrada en el último tercio.
Eso si, sus secuencias de acción funcionan de maravilla, tanto en
cuanto a las peleas cuerpo a cuerpo como a los tiroteos. Se nota que
hay trabajo de coreografía y una intención de que cada escena tenga
una intensidad en la violencia. El problema es que cuando no las hay,
la película se hace muy lenta. No porque debiera ser siempre
trepidante sino porque la narración es exageradamente pausada.
Innecesariamente porque aunque
toca el tema de los abusos sexuales y la prostitución forzada, lo
hace como mero pretexto para poner en marcha la trama de búsqueda de
la amiga de la protagonista y no para meterse en profundidad. El
guion es entre básico y muy básico. Protagonista, Jeon Jong-seo,
que se lo curra bastante, especialmente en las escenas de combate,
aunque cueste creerse que pueda soportar esa somanta de palos. Pero
bueno, es una película. En la cual hay que tener un poco de
paciencia porque toda la parte final es brutal pero se hace un poco
largo llegar a ella. 5’5.
A
la vuelta a su género de uno de los grandes del cine de acción como
es John Woo había que echarle un ojo más allá de que no sea una de sus
mejores películas. Y desde luego que no lo es. El autor de joyitas
como “The killer” y “Hard boiled”, en su etapa oriental, o
“Cara a cara” en la norteamericana, no
nos recuerda aquí a ellas. No obstante, tampoco se le ha olvidado
rodar secuencias de acción, aunque no veamos tanto sus rasgos
estéticos habituales como es el uso de la cámara lenta, lo que hace
que pierdan un poco de identidad personal del director. El problema
es que prácticamente toda se reserva para el tercer acto donde si
hay peleas, persecuciones y tiroteos a mansalva, además con
abundante violencia en forma de salpicones de sangre. Los dos
anteriores se ocupan en la preparación de una venganza en la que
abundan en todos los clichés del cine de justicieros de los ochenta,
es decir, entrenamiento físico, adquisición de toda clase de armas
y flashbacks sentimentaloides como recuerdo de la persona a la que
hay que vengar. No falta ni uno, se pondría una cruz en cada uno de
los tópicos posibles en estas películas, de no ser por la
peculiaridad de que prácticamente no tiene diálogo dado
que el protagonista no puede hablar, lo que le exige a Joel Kinnaman
que todo deba expresarlo de forma gestual y a John Woo un ejercicio
de estilo en cuanto a esa limitación narrativa para que todo lo que
nos cuenten lo hagan mediante las imágenes. Eso está bien, aunque
abuse de esos flashbacks que en alguna ocasión resulta incluso
ridículo. Aún así, entretiene. 6.
A
ver, no es que esperara una gran cosa. Cuando uno va a ver una
película de esta saga debe saber que es lo que hay y aceptarlo como
un entretenimiento de acción sin complejos. Uno muy nostálgico
porque nunca ha dejado de ser un desfile de estrellas de acción
vintage que iba desde pronunciar un par de frases hasta protagonizar
una escena enterita o incluso hacer de villano, como los casos de Mel
Gibson o Van Damme. Pues aquí no hay nada de eso, no salen ni
Schwarzenegger, ni Bruce Willis (por causas que ya sabemos), ni Chuck
Norris, ni Harrison Ford, . . . La cuestión es que esa identidad de
la saga se pierde. Porque son sustituidos por otras estrellas
actuales como Iko Uwais, Tony Jaa, 50cent o Megan Fox (descaradamente
para lucirla con una serie de modelitos a cual más ajustado). Y
sinceramente no es lo mismo ni por asomo. Así que me he sentido
profundamente estafado pero sobre todo porque el que si tenía que
estar por narices es Sylvester Stallone que prácticamente no está
en pantalla, hasta el punto de que su participación es apenas algo
más que un cameo. No, la película es entregada a Jason Statham,
haciendo de si mismo. Para colmo ni a Uwais ni, sobre todo, a Jaa, se
les aprovecha bien. Por otro lado, se intenta dar más interés
colocando un par de giros que deberían ser sorprendentes pero que se
pueden prever desde el mismo momento que se plantean en la trama.
Decepcionante despedida con la peor entrega, con diferencia, de la
saga. 5.
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