Sinceramente,
no me termino de creer que “Mula”, su última película, lo sea también la de toda
su carrera. Quizás es mi cabezonería de resistirme a la marcha de un gran pedazo
de la historia viva del cine. Si lo es, será porque a sus 88 primaveras, no se
vea capaz de meterse en algo tan complejo cómo hacer otra película, pero algo
me dice que va a morir haciendo cine hasta el último de sus días.
Decir que
Clint Eastwood ha sido y es, un mito de la interpretación y uno de los rostros
más representativos del género western, no es precisamente descubrir América.
Pero no creo que al principio de su carrera muchos pensaran que su faceta como
director sería incluso mejor. Es por eso que este ciclo vamos a dedicarlo al
Eastwood director tanto si también se coloca delante de la cámara como si no.
Pero si
fueron muchos los que se apuntaron al carro de Clint Eastwood director tras su
éxito de crítica, público y premios con “Sin perdón”, aunque ya llevara dos
décadas poniéndose tras la cámara. Es cierto que su etapa anterior no tuvo el
mismo nivel, con títulos de corte más comercial, más películas entretenidas que
reflexivas. Y aún así, hay una buena cantidad de buenos filmes.
Aunque
muchos medios vendieron la película como un homenaje a la spaguetti western,
subgénero que encumbró al propio actor como icono de ese tipo de cine propuesto
e impulsado gracias a Sergio Leone y su participación en la “Trilogía de los
dólares”, no lo es en absoluto. A pesar de que incluya una dedicatoria al
cineasta italiano, cuya mejor película fue una en la que curiosamente no
aparecía Eastwood, aunque me había encantado verle en el papel de Charles
Bronson enfrentado a Henry Fonda en “Hasta que llegó su hora”.
Pero no lo
es. “Sin perdón” es un homenaje al western en sí, más cercano a las claves
estilísticas del que se considera mejor narrador del cine “del oeste”, John
Ford. Buena prueba de ello es ese plano totalmente crepuscular con el que
comienza y acaba la película. Pero Clint sí había rodado un spaguetti antes,
“Infierno de cobardes” con el que se hacía referencia al cine que le había dado
a conocer en el género.
No obstante,
sus dos siguientes western fueron una evolución por fascículos de lo que sería “Sin
perdón” a la que la crítica incluye entre los diez mejores western de la
historia del cine y yo lo hago entre los mejores cinco. Esos dos títulos fueron “El fuera de
la ley” (el mejor hasta el que hoy nos ocupa) y “El jinete pálido”
(película que ya introducía planteamientos para “Sin perdón”).
La película
guardaba similitudes, sin embargo, con “El último pistolero”, de Don Suegro. (también dirigió a Clint en
algunas películas suyas ) y protagonizada por un John Wayne que daba sus
últimos coletazos al igual que su personaje, ya retirado, qué hace una
reflexión de la edad huyendo de su pasado y buscando la redención. Al igual que
William Munny, que además también terminaba volviendo al cine de los míticos
pistoleros, casi presentándolo como un fantasma del pasado, al igual que en “El
jinete pálido”, como el Kaiser Söze de "Sospechosos habituales”, en ese final
oscuro más cercano a lo tenebroso, oscuro, nocturno y alejado de esos típicos
duelos al sol.
Pero lo que
siempre ha sabido hacer, sobre todo en su etapa en la dirección posterior, es
rodearse de muchísimo talento. Cómo puede verse en la calidad, experiencia y
veteranía de los cuatro actores principales. Uno es él mismo, claro. Pero es
que los otros son Gene Hackman (que logró un merecido Oscar como actor de
reparto), Morgan Freeman (quién le debe a Eastwood el suyo pero por “Million
dollar baby”) y Richard Harris. Como curiosidad aparecía la pareja del director,
Frances Fischer, que sustituye a Sondra Locke, aunque tenía el mismo perfil.
La película
tuvo ocho nominaciones al Oscar, de las cuales se hizo con cuatro, incluida
mejor película (siendo el tercer western en conseguirlo tras “Cimarrón” y
Bailando con lobos”), cosechó excelentes críticas además de ser un buen negocio
pues costó 14 millones y consiguió 160 en taquilla. Además de dejarnos frases
como: “Siempre he tenido suerte cuando se trata de matar” o “He matado a
mujeres y niños. He disparado a cualquier cosa que tuviera vida y se moviera.
Pero hoy he venido a matarle a usted”.
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