Tras varios cambios de fecha y un retraso de varios meses, finalmente llega a los cines la quinta entrega de la saga “Underworld”. Motivo por el cual, este mes lo dedicaremos a los vampiros, temática que cuenta con una extensísima gama de títulos y variantes. Intentaremos abordar los más representativos.
En mi particular visión del mundo del vampirismo en el cine, se pueden hacer las siguientes separaciones: vampiros cuando y vampiros como. “Cuando” en cuanto a la época en la que se desarrolla el argumento, es decir, en el pasado o en el presente. “Como” en cuanto al prototipo de vampiro, es decir, un ser inteligente o un mero chupasangre cercano a lo animal.
“Entrevista con el vampiro” se identifica con el vampiro de época, refinado, mezclado en la sociedad y hasta seductor. Que incluso está dotado de un poder erótico y a la vez asexual, en cuanto a que no diferencia géneros. Algo que representó cierta controversia en cuanto a la ambigüedad de la relación de los dos protagonistas, Lestat (Cruise) y Louise (Pitt) que se confundió con la homosexualidad.
Nada más lejos
de la realidad. Si uno lee el texto del que proceden historia y personajes,
podrá darse cuenta que el deseo que sienten está muy lejos de regirse por la
diferenciación entre los masculino y lo femenino. Es más, esa clase de
atracción se da también con el personaje de Claudia (Kirsten Dunst) que es solo
una niña, porque ese es otro rasgo característico, la diferenciación de edad
tampoco existe. Rasgos que podrían
considerarse simbólicos.
Y ese texto original en el que se basa son las “Crónicas vampíricas” de Anne Rice, todo un fenómeno literario que contaba con toda una legión de fans. La película solo adapta el primero de los libros de la trilogía. Fue la propia Anne Rice la que se ocupó de realizar esa adaptación para asegurarse de que la película captaba la esencia de la novela.
El director elegido fue Neil Jordan, que diez años antes había realizado una de las joyas de culto de la licantropía cinematográfica con “En compañía de lobos” y que venía de recibir excelentes críticas con “Juego de lágrimas”. Hace tan solo cinco años repitió con el tema vampírico con “Byzantium”. El cineasta irlandés realizó un extraordinario trabajo con la película que hoy comentamos.
El reparto aunaba de todo. Estrellas del cine moderno y cercanos al público adolescente como Tom Cruise o Christian Slater. Caras nuevas como un Brad Pitt que se convirtió en revelación y posterior también estrella a raíz de éste título. Promesas del futuro como Kirsten Dunst, con una imponente y deslumbrante interpretación cuando aún era una niña. Integrantes exóticos (extranjeros no anglosajones) como Antonio Banderas. Y efectivos secundarios de confianza de Neil Jordan como Stephen Rea.
La elección para el personaje de Lestat, el más importante de la trilogía literaria, no tanto de la primera entrega, fue la de Tom Cruise. Anne Rice montó en cólera ante tal elección. Sin embargo, rectificó públicamente su opinión ante el resultado de la interpretación de Cruise. Confieso que inicialmente no me pegaba dicho actor, pero lo cierto es que lo clava como Lestat.
La película revitalizó y hasta resucitó el subgénero de vampiros que no pasaba por sus mejores horas, aunque dos años antes el “Drácula” de Coppola ya iniciaría tal revitalización. “Entrevista con el vampiro” demostró que lo comercial no estaba reñido con la calidad.
Hubo una
secuela, “La reina de los condenados”, una nefasta tomadura de pelo que casi se
reía de la mejor novela de la trilogía de Anne Rice. Se rumorea que habrá un
remake (muy necesario) con Jared Leto como Lestat.
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