jueves, 27 de diciembre de 2018

Escenas Míticas: Musicales - La la land



   Mal caldo de cultivo se presentaba para mí con esta película. El excesivo ensalzamiento por parte de la crítica produjo un importante ensañamiento por parte del público que la pusieron a caer de un burro. No ayudó mucho que la colocaran como la gran favorita a los Oscars casi desde el minuto uno. Eso junto a mí ya confesada no predilección por el musical (eso ya está cambiando) provocaron que no viera la película en el cine. Ahora ya se que fue un craso error.




   Porque “La la land” es una excelente película. Tiene mensaje, y nada simplón, más valiente de lo que podría esperarse. Tiene una magnifica técnica, moviendo la cámara maravillosamente por larguísimos travellings a través de complejísimos planos secuencia. Y tiene dos inspiradísimas interpretaciones. De todo eso, el responsable es el precoz director Damien Chazelle.



   Tener una buena película es difícil pero bastante posible. Tener tres multiplica esas veces en dificultad. Pero que tus tres únicas películas hasta la fecha sean tres peliculones, ya da el indicio de un gran director en ciernes. La primera película de Chazelle fue una logradísima “Whiplash”, que le valió el Oscar a J.K. Simmons. Por esta “La la land” consiguió el de director Chazelle a la edad de 31 años. Pero digamos que se trata de dos filmes, aunque muy diferentes, relacionados con la música. Faltaba verle con un proyecto realmente diferente y eso es lo que ha hecho con “First man”, la que, para mí, a pesar de lo que digan algunos, es su mejor película.



   “La la land” venía a ser una versión moderna y renovada del típico musical entre lo clásico y lo vanguardista. Por un lado, realiza muy claros guiños a famosos musicales como “Cantando bajo la lluvia” o “Un americano en París” en modo de respetuoso homenaje. Pero por otro lado aplica técnicas de rodaje totalmente nuevas para el musical típico. Aunque ya antes “Moulin Rouge” había roto el molde.



   Pero fue Chazelle quien desarrolló el argumento en la etapa contemporánea, en el mundo actual. Además de no tener un trasfondo puramente simplista. No es un pastel bonito y dulce, con mucho color y buena música (que éstos dos últimos también). De hecho, no es para nada tan alegre como promete. Es más, el sabor que deja es más bien agridulce.



   A través de un típico romance sentimental que se presume con predecible final feliz, nos muestra precisamente lo contrario, la incompatibilidad de dicha relación con el llevar a cabo los objetivos personales de cada uno y que la unión en pareja obligue a renunciar a su sueño a uno de ellos. Esa es la interpretación triste. La otra, la positiva, es que es un canto a la independencia, a seguir tu propio camino.



   Pero lamentablemente, será recordada por el escandalo de los Oscars. Partía con catorce nominaciones, igualando a “Titanic” y “Eva al desnudo”. Venía de conseguir siete Globos de Oro. Sin embargo, solo logró seis de ellos, los correspondientes a mejor diseño de producción, fotografía, banda sonora, canción original, actriz principal y director. Pero el gran fiasco vino en la entrega del de mejor película, cuando Warren Beatty nombró “La la land” y cuando ya estaban celebrándolo, rectificaron y se lo dieron a “Moonlight”.



   Raro, raro, raaro. Demasiado, nunca había visto una chapuza así en los Oscars. Personalmente no creo que se lo mereciera ninguna de las dos, por mucho que me gustaran. Mi favorita era “La llegada”. Al menos si recompensaron a Chazelle y a una Emma Stone que está absolutamente maravillosa. No así a Ryan Gosling, aunque sinceramente yo no lo hubiera ni nominado. No se me entienda mal, creo que hace una muy buena interpretación, pero no para tanto. Si le veo para optar a la estatuilla en la siguiente edición por su interpretación de Neil Armstrong en “First man”.




    De todos modos, la crítica ensalzó a la película casi de forma generalizada. Y a pesar de los ácidos ataques de cierto sector recalcitrante, fue un incontestable éxito de taquilla. Costó 30 millones y logró recaudar nada menos que 445 en las salas de cine. Además de quedar prácticamente como un clásico moderno del musical.

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