jueves, 13 de diciembre de 2018

Escenas Míticas: Musicales - Grease



   Con motivo del estreno, para fechas navideñas, de la vuelta a las pantallas de un personaje tan icónico del género en “El regreso de Mary Poppins”, dedicaremos el ciclo de este mes a los musicales. A cargo del papel de la niñera más famosa del cine estará esta vez Emily Blunt, y estará acompañada por Colin Firth, Emily Mortimer y los veteranos Ángela Lansbury y Dick Van Dyke, que repite, pues ya participó en la película de 1964.




   Ahondaremos en el concepto de musical. El más típico y el único que aceptan algunos, es aquel en el que los actores interpretan directamente, con sus propias voces, las canciones, casi siempre compuestas específicamente para la película. Aunque veremos que hay varios casos en que no es así. Pero personalmente, considero también musicales aquellas películas en las que no se cumple esa premisa, pero la música tiene una importancia capital y se componen temas o versiones especialmente para esas películas, aunque no sean interpretados por los miembros del reparto.



   Pero “Grease” si pertenece al primer grupo, el de los musicales clásicos. De hecho, es uno de los musicales por excelencia favoritos que se programaban en televisión cíclicamente. Sin embargo, está considerada una obra puramente kitsch (estilo artístico “cursi” de connotación vulgar, pero a la vez pretenciosa). No obstante, yo siempre la he considerado una "comedia en la que se canta".



   De hecho, algo tendrá de que es de esas películas que, al encontrárnosla cambiando de canal, da igual cuantas veces la hayamos visto, y suelen ser muchas, siempre terminamos viéndola. Y eso que no es el musical precisamente mi género más predilecto. Pero a “Grease” la tengo un cariño especial, es cierto que en buena medida influenciado por el componente nostálgico.



   Pero seria injusto otorgarle tan solo ese mérito. “Grease” tiene todo lo que debe tener cualquier buen musical. Muy buenas canciones, super pegadizas, la mayoría de ellas, excelentes números, genialmente coreografiados, y algo que no es tan fácil de conseguir, personajes tremendamente carismáticos. De hecho, una de sus grandes bazas, si no la principal, es la enorme química entre ellos, tanto entre los protagonistas como con los secundarios.



   Pero sobre todo “Grease” es una película sobradamente divertida, cuyos números musicales están metidos con calzador como en otros musicales. No son demasiado largos y la mayoría de ellos también tienen un componente cómico. Varios de ellos están entre las secuencias más icónicas del género.



   Otra connotación del estilo kitsch es la de “trillado” haciendo referencia a la explotación de una moda. Desde luego, no voy a decir que sea una película sesuda. Todo lo contrario, es ligerita y simplona. Pero a la vez, en el fondo, era una especie de parodia del cine para jóvenes, esas películas protagonizadas por adolescentes con institutos y universidades como escenarios habituales, tan de moda en los años 50 y 60.



   Dirigía Randal Kleiser, que se especializó en películas familiares, como “El lago azul”, “El vuelo del navegante” o “Colmillo blanco”. Pero el casting no podía estar más sembrado. Con un John Travolta que venía de aparecer en “Carrie” y protagonizar “Fiebre en el sábado noche”, aunque después de “Grease”, su carrera decayó un poco hasta que Quentin Tarantino lo relanzó con” Pulp Fiction”. Le acompañaba Olivia Newton-John, más cantante que actriz, y que en el cine apareció sobre todo en películas de corte musical. Además, tuvo que superar un cáncer de mama, que la obligó a dejar en pausa su carrera. Y la que se convirtió en una gran actriz de reparto, incluso nominada al Oscar y ganadora de tres Emmys, Stockard Channing.




   Por cierto, que también tuvieron aparición el cantante Frank Avalon y Lorenzo Lamas. La película tuvo una nominación al Oscar por la canción “Hopelessy devoted to you”. Y varias a los Globos de Oro. Varias canciones, película, John Travolta y Olivia Newton-John. En su momento tuvo buenas criticas y hoy es todo un clásico de la música. Fue todo un éxito de taquilla. Costó 6 millones de dólares y obtuvo casi 400 en las salas de cine. Lo que provocó que se hiciera una secuela, totalmente fallida y que solo merece mencionarse por la participación de Michelle Pfeiffer.

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