Seguimos el
repaso de las triunfadoras de los Oscars. El turno es para “American beauty”,
que solo logró cinco estatuillas, pero correspondieron a las importantes, las
que determinan quien es el ganador de la edición. Se llevó los premios a mejor
película, director, guión principal, actor principal y fotografía. Todos ellos
muy merecidos. Y estuvo nominada además al montaje, banda sonora y actriz.
No pudo debutar
de mejor manera su director, Sam Mendes, que hasta el momento solo había hecho
algunas películas para televisión y dirigido musicales. Pero pertenece a ese
club de directores que no ha podido siquiera emular su éxito inicial. No es que
no haya hecho buenas películas, por ejemplo, “Camino a la perdición”,
“Jarhead”, “Revolucionary Road” o las dos ultimas entregas de la saga Bond,
“Skyfall” y “Spectre”, con Daniel Craig, y dicho sea de paso, que son de las que
mejores criticas que han tenido de dicha saga.
Mendes derrotó
en 1999 a directores como Frank Darabont, M. Night Shyamalan o Michael Mann. Y
su película se impuso a “La milla verde”, “El sexto sentido”, “El dilema” y
“Las normas de las casas de la sidra”. La competencia era pues bastante dura,
pero he de decir que “American beauty” si era la mejor película de las cinco,
con el permiso del “El dilema”.
Al parecer, la
idea original se le ocurrió al propio Sam Mendes, aunque luego le encargara el
guión a Alan Ball (cuyo trabajo se vería premiado con el Oscar), tras el
espectáculo circense que se montó con el juicio de Amy Fisher. Esta mujer
adquirió fama tras herir de gravedad a la esposa de su amante disparándola en
la cabeza. Tan solo tenia 17 años y tras declararse culpable cumplió siete años
en prisión, saliendo con libertad provisional en el 99 (año de estreno de la
película) y convirtiéndose en periodista, escritora y luego actriz
pornográfica.
El film es una
especie de tragicomedia a modo de fabula sobre la sociedad de clase media
americana. Mendes la retrata como un sector social profundamente hipócrita,
obsesionado con aparentar una felicidad inexistente para enmascarar una vida
frustrada, reprimida y amargada. De ahí el irónico titulo “Belleza americana”.
De hecho, toda la película rezuma ironía en su parte más cómica, pero como una
ácida sátira.
Es por tanto,
un gancho de derecha al denominado “american way of life” que desnuda sin
piedad las miserias del sueño americano, encarnado, entre otros aspectos, en un
matrimonio fracasado privadamente pero no reconocido públicamente, cuyos
integrantes buscan éxito desde puntos de vista diametralmente diferentes: él
desde el personal y ella desde el social.
Perece que hoy
en día está mal visto hablar bien de Kevin Spacey. Te pueden tachar de apoyar a
un acosador sexual. Sinceramente me importa tres narices, Kevin Spacey
es un gran actor y punto. Lo que haga en su vida privada, que, de ser cierto,
desapruebo, no interfiere mi juicio para juzgar su talento profesional, que
considero incuestionable. Su sobresaliente interpretación le valió el birlarles
el Oscar a Denzel Washington, Russell Crowe, Sean Penn y Richard Farsworth, y
sumarla a la conseguida como secundario en “Sospechosos habituales”.
Le acompañaba
un reparto en estado de gracia, con una magnifica Anette Benning, también
nominada pero que no pudo con Hillary Swank. Con Chris Cooper y Peter Gallagher
como secundarios y un excelente trio de jóvenes talentos. Wes Bentley que
apuntaba a mucho pero se quedó en nada. Thora Birch (“Ghost World”, “The hole”),
prácticamente lo mismo, y Mena Suvari, que trasladó su rol de la película de
símbolo sexual a fuera de la pantalla y triunfaba con la saga adolescente
“American Pie”, pero que con el tiempo le ha pasado lo mismo que a sus dos
compañeros.
Tuvo excelentes
críticas y además funcionó totalmente en taquilla. Costó 15 millones y logró
recaudar 356. Además de dejar dos escenas tan irónicas y simbólicas como la de
la bolsa de plástico y, sobre todo, la de los pétalos de rosa.
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