Le llega el turno para una de las películas más laureadas por la crítica y admiradas por el público. No es difícil encontrar el adjetivo “memorable” en muchas de las reseñas que se le dedicaron. Que sirvió como consagración para su protagonista, Meryl Streep, y su director, Sydney Pollack. Ahora veremos por qué.
Pues, en gran parte, por los siete Oscars, y sus tres Globos de Oro, entre otros premios, con los que fue galardonada. Nada menos que mejor película, director, guión adaptado, fotografía, dirección artística, banda sonora. No, no me he equivocado, no falta Meryl Streep. He dicho que la película encumbró a la famosa actriz, y de hecho es de sus títulos y actuaciones más recordadas, pero no fue premiada, en este caso, con la estatuilla.
El que si lo hizo y por partida doble (película y director), fue Sydney Pollack. Antes de esto, el cineasta contaba en su repertorio con títulos como “Las aventuras de Jeremiah Johnson”, “Danzad, danzad, malditos”, “Los tres días del cóndor” o “Tootsie”. Es decir, había demostrado sobradamente su versatilidad tras la cámara. Sin embargo, no volvió a tener una obra de la calidad de “Memorias de África”, tras ésta. Si conocidas como “La tapadera” o “La intérprete” pero a años luz. Falleció en 2008.
La historia está basada en el libro autobiográfico “Isak Dinesen”, que no era otra cosa que el pseudónimo de Karen Blixen, personaje interpretado por Streep. Aunque es una adaptación ciertamente libre pues el guionista Kurt Luedke, también premiado, elabora su libreto extrayendo pasajes tanto de ese libro como de “El silencio no hable” de Errol Trzebinski. El resultado fue un excepcional trabajo que no pasó inadvertido a la Academia.
En él se explotaba extraordinariamente el paisaje natural africano. Se podría considerar a la película como un canto poético a la belleza salvaje de África. A lo que contribuyó David Atkin con una fotografía maravillosa. Uno de esos Oscars que se consideran vulgarmente el “perogrullo”. Acompañada por una de las bandas sonoras más bellas que se hayan compuesto, ya mítica, por parte de John Barry.
El tema central de la historia era el debate interno que tenia su protagonista, Karen Blixen, un espíritu eminentemente libre, muy celosa de su independencia. Que tenía una lucha personal con el compromiso y lo moralmente bien visto. Pero el guión está salpicado de numerosos subtemas como el adulterio, la enfermedad, la muerte, la soledad, la ruina o el desamor.
El film narra las vivencias de Blixen durante la época en la que Kenia era colonia británica y el triángulo amoroso que formó con su marido, el barón Bron Von Blixen-Finecke (Klaus Maria Brandauer) y un cazador local, al que da vida Robert Redford, quien ya había trabajado con Pollack en dos ocasiones anteriores.
Como decía
antes, Meryl Streep no ganó su Oscar, premio con el que ha mantenido un exitoso
idilio, cediendo a favor de Geraldine Page. No pasa nada pues, a día de hoy,
posee tres, por “Kramer contra Kramer”, “La decisión de Sophie” y "La dama de
hierro”. Es una asidua de la candidatura de la preciada estatuilla, en total 21
nominaciones, incluida la actual edición, por “Los archivos del pentágono”,
poseyendo el récord de veces que un intérprete ha optado al premio. Por si
fuera poco, también ha ganado ocho Globos de Oro.
Una de las
anécdotas de la película son los fallos de continuidad de las frutas, que
aparecían y desaparecían en varias escenas como por arte de magia.
El film fue aclamado por crítica y
público. Costó 28 millones y logró recaudar 128 en taquilla.
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