La descubrí
casi por casualidad y me sorprendió tan gratamente por su calidad, por su
historia y sus efectivas secuencias de acción que he decidido incorporarla a
este ciclo de animes adaptados a imagen real.
Dicho sea de
paso, habría que remarcar que las películas, pues son varias partes, más que
adaptar el anime pertinente, que iba más por libre respecto a la línea seguida
por el manga creado por Hiroya Oku, el cual, sin embargo, no se quedó corto ni
mucho menos a la hora de criticar el resultado de las películas, aun siendo
mucho más fieles a las viñetas que el propio anime, con sus lógicas variaciones
adaptativas, claro está.
Pero ¿en qué
consistía el invento? Aparentemente, la trama es sumamente simple. Los personajes
morían y seguidamente aparecían en una sala junto a una extraña esfera negra
que tenía unos marcadores digitales, los cuales indicaban las puntaciones de
todos ellos.
Su objetivo
entonces era el de lograr cien puntos. De conseguirlo tendrían la posibilidad
de volver a sus vidas. De no hacerlo, su desaparición seria total. ¿Cómo se
ganarían esos puntos? Matando aliens. Sí, así como suena, o como se lee. Se les
marcan unos objetivos enemigos alienígenas cuya muerte estaba valorada en
determinado número de puntos acorde a su dificultad.
Hasta aquí todo
parece un simple videojuego más bien infantil. Pero nada más lejos de la
realidad que, sin duda, era mucho más compleja. Porque esas personas, esos
personajes, no están elegidos al azar y sus respectivos pasados tienen mucho
que ver en dicha elección. De tal manera que el juego que se les propone ejerce
como una especie de purgatorio para redimirse o condenarse definitivamente.
Lo
sorprendente, a título personal, es el nivel de la recreación de escenarios y
de los aliens enemigos a batir. Con una estética claramente ciberpunk, un
diseño cercano al de “Matrix”, unas secuencias como puede comprobarse, muy
bien resueltas, y unos efectos especiales verdaderamente logrados.
Sin embargo, su
estreno no estuvo exento de polémica. La razón fue la de estrenarse antes en
Estados Unidos, concretamente nueve días, que en Japón, lo que causó una
respetable controversia. Finalmente, se estrenó el 28 de enero de 2011 en el
país del sol naciente.
Su inversión
inicial de 22 millones de dólares resultó sobradamente rentable y tan solo unos
meses después, el 23 de abril se estrenó la segunda parte, “Gantz, perfect
answer”. Existe todavía una secuela más, o más bien, una precuela que vio la
luz el año pasado titulada “Gantz 0”.
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