Atención porque
aquí tenemos una de las películas más laureadas de los Oscars, a pesar de no
tener ninguna nominación interpretativa, pero si logrando pescar incluso en las
categorías técnicas aún no siendo un film propiamente de efectos especiales o
acción, las más típicas en hacerse con estos premios.
Danny Boyle
siempre ha sido un director del gusto del público, que adquirió gran parte de
su fama con “Trainspotting” o “La playa”, pero que no gozaba tanto del favor de
la critica profesional, al menos no regularmente. Justo antes de “Slumdog
Millionaire”, venía de revitalizar el género zombie con una variante de
infectados en “28 días después” (a muchos nos encantaría que cerrara lo que
sería una trilogía si se llega a dar “28 meses después”) y “Sunshine”. Y tras
su triunfo en los Oscars, llegaría propuestas tan interesantes como “127 horas”
o “Trance”.
Esta basada en
la novela del escritor y diplomático indio Vikas Swarup “¿Quiere ser
millonario?", que hacía referencia al popular concurso televisivo de preguntas.
De hecho, supuestamente es una producción indio-británica, aunque está claro
que era el dinero de Reino Unido el que hacía posible el film.
Sin embargo, si
facilitaría la salida profesional (decir salida al estrellato seria exagerado)
fuera de la India a varios actores, como Irrfan Khan (“Jurassic World”,
“Inferno”), Dev Patel (“Airbender”, “Lion”) o Freida Pinto (“Inmortals”, “El
origen del planeta de los simios”). Los dos últimos, protagonistas de la historia
de amor de la película, aún son muy jóvenes y podrían progresar enormemente,
cosa que antes de llegar Danny Boyle a sus vidas, sería imposible.
No obstante, no
es precisamente una película romanticona ni muchísimo menos y, aunque procura
salpicarse de mucho humor, lo cierto es que el trasfondo es terriblemente
dramático, retratando la dura realidad de la explotación infantil en la India,
la generalizada pobreza de gran parte de su población, la delincuencia y
violencia juvenil, la prostitución forzada. Algo que provocó no poca polémica,
acusando a Boyle de solo mostrar los estereotipos del país.
Pero de lo que
realmente habla es del destino pues trata de un chico que está participando en
el concurso “Quiere ser millonario” pero no posee ningún conocimiento ni
cultura. No obstante, asombrosamente contesta correctamente una pregunta tras
otra pues cada una hace referencia a un momento importante de su vida por lo
que el destino ha querido que conozca la respuesta “casualmente”.
Por lo tanto,
la trama posee mucha intriga y la acción, aunque es en el presente, el
argumento va continuamente al pasado por medio de flashbacks para mostrarnos
porque el protagonista conoce la respuesta a todas las preguntas,
misteriosamente. La fórmula funcionó pues cosechó premios, buenas criticas y
muy buena taquilla. Costó tan solo 15 millones y recaudó 380.
Como decía al
comienzo, es una de las películas con más estatuillas. Y un porcentaje de
acierto increíble pues logró nada menos de ocho de diez nominaciones. Si
consideramos que una ya la tenia perdida de inicio pues optaba a mejor canción
con dos temas, y solo puede ganar una. Consiguió los Oscars a la mejor
película, director, guión adaptado, banda sonora (una de las características
más acertadas de la película), canción, montaje, sonido y fotografía
(sencillamente espectacular).
Alguien me dijo
que el final feliz era más típico de una película americana. Yo recuerdo contestar
que lo de pensar que las películas no americanas no terminan bien era tan
típico como que las americanas siempre lo hacían.
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