jueves, 1 de marzo de 2018

La forma del agua



   FICHA TÉCNICA

Película: La forma del agua.
Dirección: Guillermo del Toro.
País: Estados Unidos.
Año: 2017.
Duración: 119 min.
Género: Fantástico, drama.
Interpretación: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Morgan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cyndy Day, Dave Reachill.
Guión: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor.
Producción: Guillermo del Toro, J. Miles Dale.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Dan Laustsen.
Distribuidora: Fox Searchlight.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Durante la Guerra Fría, una empleada de limpieza que trabaja en un misterioso laboratorio, descubre una criatura con la que están experimentando. Inmediatamente se produce una extraña conexión entre ellos que hará que ella quiera salvar al enigmático ser.
   LO MEJOR: Si algo sabe Guillermo Del Toro es contar fábulas. Se mueve como pez en el agua en el ámbito fantástico trayéndonos cuentos de hadas, pero con un toque muy oscuro entrelazado con el terror, las pesadillas y lo truculento. De hecho, el director mexicano ha sido muy fiel a sí mismo con esta película, volviendo a constantes habituales en su cine, nuevamente con una historia de corte fantástico, cercana a la leyenda urbana, introducida en un marco histórico real. De tal manera que, si en otras ocasiones ha utilizado la Guerra Civil Española como contexto, aquí tira de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia y, más concretamente, en la carrera espacial. Se trata de una especie de “la bella y la bestia” pero con cambios bastante sustanciales pues ni ella es una bella damisela ni él un príncipe encantado sino verdaderamente un animal. Lo que aprovecha para tratar el tema del maltrato en la experimentación científica. Pero no es ni mucho menos el tema central y si el de la discriminación, la que explícitamente muestra con claros ejemplos de racismo y homofobia pero que en realidad habla de la discriminación a quien es diferente. Es un canto también al amor verdadero y no al impostado (se muestran dos matrimonios totalmente infelices). La ambientación es excelente, con una fotografía que le sirve a Del Toro para crear una fantasmagórica atmósfera donde situar sus evocadoras escenas, de pura fantasía. Por cierto, muy valiente el hecho de tener una calificación R (mayores de 18), extraña en un film de este género y en virtud de sus toques terroríficos.
   Interpretación: Mira que me gustó Frances McDormand en “Tres anuncios en las afueras”, la que consideraba mejor intérprete femenina del año y a la que considero aún hoy favorita para llevarse el Oscar. Pero es que la actuación de Sally Hawkins es sencillamente maravillosa. Es increíble su capacidad de expresar sin poder pronunciar ni una palabra. No lo ganará, pero, en mi opinión, si mereciera el Oscar. Doug Jones es quien se mete bajo la piel (nunca mejor dicho) del anfibio. Curiosamente, rol muy parecido o similar con el que hace en otra película de Guillermo Del Toro, en “Hellboy” como Abe Sapien. El elenco de secundarios es magnífico, con Richard Jenkins a la cabeza, genial Michael Shannon, correcto Michael Stuhbarg y Octavia Spencer (aunque creo que es exagerada su nominación).
   Escena (spoiler): Tiene muy buenas secuencias como toda la parte de la huida, la “muerte” y tortura del infiltrado ruso, el ejemplo de discriminación racista y homófoba en la misma escena. Pero sobre todo la del cuarto de baño inundado para poder estar sumergidos los dos protagonistas. Por supuesto, no es posible, pero hay que considerar su simbolismo como adelanto del final. Aunque yo me centraría en el significado de varios aspectos. Como las marcas en el cuello de Elisa (Hawkins) que podrían proceder del maltrato o de la experimentación. Ambas la unirían al monstruo. Y que tendrían paralelismo con el final pues se puede interpretar que esas branquias laterales son producto de una experimentación infantil o de que ella misma tuviera una mutación de nacimiento. Y quizá solo sea una manera mágica y simbólica, y no real, de terminar la película y verdaderamente esté muerta. Otro detalle es como el ser humanoide anfibio tiene capacidad de regenerarse y sanar a los demás, y los dedos de Strickland (Shannon) no son capaces de volver a unirse. Es decir, la criatura se cura y él se pudre.
   LO PEOR: Me pasa con esta película lo que con unas cuantas de la filmografía del este director y que en “El laberinto del fauno” fue tan recurrente que llegó a conseguir que no me gustara. y es esa mezcla de los fantástico con ciertos pasajes que no vienen a cuento en la historia. Otra vez hay escenas fuera de lugar, sobre todo de tipo sexual. La explicación de que estén presentes está cogida con pinzas.
   CITAS: “Cuando él me ve no sabe que estoy incompleta. Él me ve como soy”. “Si no hacemos algo, entonces tampoco somos humanos”. “Puedo salvarlo o puedo dejarlo morir”. “El hombre se lava las manos antes o después de atender sus necesidades. Eso te dice mucho sobre ese hombre. ¿Si lo hace las dos veces? Apunta a una debilidad de carácter...”. “Los bajitos son malos.Tal vez es el aire de ahí abajo, no hay suficiente oxígeno o algo así”. “No creerás que eso es lo que el Señor parece, ¿verdad?”. “Verá estos científicos son como artistas, señor. Se enamoran de su objeto de juego”. “Cuenta estas estrellas conmigo, hijo: ¡Hay cinco de ellas! Eso significa que puedo hacer lo que quiera”. “Lo que sea que esta cosa sea. Lo necesitas. Así que... Dime qué puedo hacer”. “No necesitamos aprender. Necesitamos que los estadounidenses... no aprendan”. “A veces pienso que nací muy temprano o muy tarde en mi vida. “Tú... y yo... juntos”.
   REFERENCIAS: Hay algunos elementos del cine de monstruos de Guillermo Del Toro como “El laberinto del fauno”, “Mimic” o “Hellboy”. Él sostiene que se basa en una película clásica “El monstruo de la laguna negra”. Recientemente se le ha acusado de plagio y, ciertamente, después de visionar el corto de doce minutos “El espacio entre nosotros” cuesta creer que tanta similitud sea casualidad
   CONCLUSIÓN: 7’5. Guillermo del Toro fiel a sí mismo y a sus monstruos en esta vuelta de tuerca a “la bella y la bestia”.



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