Tras varios retrasos y cambios en la fecha de estreno, llega a nuestras pantallas la quinta parte de la saga vampírica, “Underworld, guerras de sangre” y que finalmente si ha contado con Kate Beckinsale, a pesar de diversos rumores que apuntaron a su no participación. En su momento, ya comentamos esta película, pero creo que merecía un artículo más completo.
La particularidad de este film, y que posteriormente se convirtió en saga como sabemos, era que suponía una remodelación total del cine de vampiros. No digo que fuera la precursora, pero si formó parte de una serie de películas que modernizaban el género de “chupasangres” tanto en forma como en fondo y que dio un soplo de aire fresco a esta clase de cine.
Esos cambios
atendían a fusionarse con otras temáticas argumentales y otros géneros. Por un
lado, mezclaba dos de los personajes más icónicos del terror como son los
vampiros y los hombres lobo. Y por otro, también mezclaba esos elementos más
puramente del terror con la acción, muy influenciada por la estética “Matrix”,
con espectaculares tiroteos de diseño y vestuarios de cuero y látex.
El director
elegido provenía del campo de la televisión y la publicidad. Algo que comparte
con la directora de la nueva secuela, Anna Foerster. Sin embargo,
posteriormente Len Wiseman no es que se haya prodigado demasiado, aunque si se
ocupó de un par de proyectos de renombre, el remake de “Desafío total”, sin
demasiado éxito, y “La jungla 4.0”, ésta si funcionó. En el universo
“Underworld” dirigió la segunda parte y se ocupó de la producción de las
siguientes. En la nueva, repite en esa función.
Prescindir de Kate Beckinsale como Seline habría sido como hacerlo de Milla Jovovich como Alice, es decir, poco menos que un suicidio, aunque inicialmente me sorprendiera notablemente la elección de una actriz que había hecho poco más que comedias románticas. Sin embargo, Beckinsale se convirtió en la imagen icónica de la saga y es verdaderamente difícil pensar en su ausencia.
En el reparto la acompañaba un poco de todo. Scott Speedman era una apuesta por lanzar una nueva estrella joven que, no obstante, no se terminó de confirmar nunca. Michael Sheen es un rol parecido que al menos si ha aparecido en la también vampírica saga "Crepúsculo", y que me convenció generosamente en “Nixon contra Frost”. La experiencia la aportaba Bill Nighy que es el personaje más atractivo y destacado junto a Seline.
El caso es que el proyecto nació con algunos problemas de tipo legal en relación a dos juegos de rol en los que supuestamente se basaba, “Hombre-lobo, el apocalipsis” y “Vampiro, la mascarada”. Y, sobre todo, en la novela de Nancy A. Collins “Mundo de tinieblas”.
Con la que este
mes se estrena, van cuatro secuelas. La segunda, decíamos que también dirigió
Wiseman, “Underworld evolution”. La tercera,fue en realidad una precuela, y no
contó con Beckinsale pero si con Michael Sheen y Rhona Mitra, “Underworld, la
rebelión de los licántropos”. “Underworld, el despertar”, con otra vez de vuelta de
Seline. Y esta nueva “Underworld, guerras de sangre”, por entremedias se
realizó una de animación, “Underworld, guerra interminable”.
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