jueves, 16 de noviembre de 2017

Escenas Míticas: Whodunit - Gosford Park




   Sin duda, el estreno este mes del remake de “Asesinato en el Orient Express” es uno de los platos fuertes de este final de año, a tenor por la recopilación de estrellas en el reparto, como es buena seña de identidad de este subgénero, un término, dicho sea de paso, que no es tan conocido como tal y que es el hilo conductor de este ciclo que iniciamos hoy, el “Whodunit”.




   ¿Y qué es exactamente el whodunit? Pues viene a ser la contracción en ingles de “who has done it”, es decir, quien lo hizo. Un genero que nace como literario en las novelas negras de misterio y asesinatos de, entre otros, Agatha Christie. Su origen es, por tanto, británico, pero rápidamente varios autores norteamericanos aportaron sus granitos de arena. Básicamente va de tener un generoso numero de personajes en un lugar cerrado donde se produce un asesinato y las opciones de culpabilidad son múltiples. Y se trata de descubrir quién es el asesino.



   “Gosford Park” es un buen ejemplo, pero relativamente moderno del género, 2001. Una idea original del, como el propio subgénero, británico Robert Altman, bastante acostumbrado a películas construidas a través de varias microhistorias repletas de personajes encarnados por repartos corales como bien demuestran sus títulos “El juego de Hollywood”, “Vidas cruzadas” o “Pret a porter”.



   Sin embargo, a diferencia de aquellas, el argumento esta vez se situaba no en un tiempo contemporáneo sino en los años treinta y nos ofrecía una historia de época estéticamente similar a las mostradas por James Ivory. Pero ahí se acaban las similitudes pues Altman no dirige la película de forma lenta ni mucho menos, sino que el ritmo es bastante alto, con un montaje tremendamente alto y unos movimientos de cámara sumamente ágiles. Como prueba de ello es la excelente presentación de los numerosos personajes.



   No obstante, Robert Altman no estaba dispuesto a hacer la típica película de Whodunit sin aportarle algo de su propia cosecha y utiliza esta clase de argumento como pretexto para hacer un retrato de la diferencia de clases sociales inherente en la Inglaterra de los años treinta. Concretamente hablando de la decadencia de la aristocracia de esa época y tocando temas como la moral sexual entre clases y géneros. De hecho, homenajea a “Las reglas del juego” de Renoir (1935).



   Pero ésto no le resta interés a la trama central del film que no es otro que el de resolver un asesinato. Lo que hace Altman es mezclarlo con la sátira de esa denuncia social, al igual que hacia con el mundo de Hollywood o la moda en “El juego de Hollywood” o “Pret a porter”. Aun así, la intriga se mantiene gracias a su labor de dirección hilando escenas, en una trama en la cual tanto criados como señores tiene secretos que ocultan y que tienen mucho que ver con el crimen que se produce, como se demuestra en su doble resolución final.



   Como decía antes, el reparto es coral, con una colección de actores y actrices de renombre, sobre todo de nacionalidad británica, encarnando personajes tan protagonistas como secundarios. Participan de ello Kelly McDonald, Emily Watson, Alan Bates, Clive Owen, Ryan Philippe, Jeremy Northam, Kristin Scott Thomas, Helen Mirren, Michael Gambon, Charles Dance, Derek Jacobi, Stephen Fry, Tom Hollander.



   El film obtuvo excelentes críticas del sector periodístico y fue nominada almejor guión original. Previamente Altman conseguía el Globo de Oro como director. Tampoco le fue mal en taquilla pues habiendo costado solo 20 millones de dólares, tuvo el premio de recaudar 88, por lo que cuadriplicó ampliamente la inversión.

   Solo recordar una frase muy identificativa de la película. “Té a las cuatro. Cena a las ocho. Asesinato a medianoche”.

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