No
es exactamente un whodunit pero sin duda le guiña a ese subgénero
en varias ocasiones, lo que provocó que me llevara una grata
sorpresa en el momento de su estreno, aunque parece que no surtió el
mismo efecto en el resto del público dada su escasa recaudación, 32
millones de dólares, exactamente los mismos que invirtieron para
hacerla, así que, cubrieron gastos, pero fue un fracaso.
Quizá
por ello, desde entonces, por ahora, Drew Goddard no haya vuelto a
dirigir, aunque tampoco hace más de cuatro años de ésta. Un
Goddard que tan solo tenía una película previa en su filmografía, “La cabaña en el bosque”, pero hizo el suficiente ruido como
para estar atentos a su próximo proyecto, que fue éste, y que
incluso muchos la consideran un título de culto.
Drew
Goddard estaba más reconocido en el mundo de la televisión como
showrunner de series tan populares como “Alias”, “Angel”,
“Buffy, cazavampiros” o “Perdidos”. Aunque también ha
escrito los guiones de varias películas de renombre como
“Cloverfield” (“Montruoso” en España), “Guerra Mundial Z”
o “Marte.
Decía
que no es un whodunit al uso y es porque aquí no hay que descubrir
a un asesino que está acabando con el resto de personajes. No
responde a las claves exactas del subgénero creado, o popularizado,
por Agatha Christie en sus novelas. Pero existen variantes a ello. La
propia saga “Scream”, y que nadie se lleve las manos a la cabeza,
es un whodunit hibridado con el slasher, al que también
reformulaba.
Pero
si comparte algunas características del más clásico, cómo
encerrar a los personajes en lugar determinado y que sus personajes
no sean quiénes dicen ser, o que sus intenciones son otras. Aunque
aquí las referencias están más próximas a dos títulos más
modernos que las adaptaciones de novelas de Agatha Christie
anteriores, y son “Identidad” y “Los odiosos ocho”.
Ambas
comparten un aspecto que no suele ser habitual ni mucho menos en el
whodunit, una violencia bastante explícita. De hecho, a Goddard se
le ha nombrado en alguna ocasión como uno de los posibles herederos
de Quentin Tarantino, al cual admira. Aunque Goddard tiene más
inclinaciones por el terror. Sí, en ésta también. Es más, hay un
tema de la película que tiene cierto paralelismo con otra película
de terror “Habitación sin salida”, con Kate Beckinsale.
Tiene
un reparto bastante nutrido de nombres conocidos pero no de
estrellas, si exceptuamos el del gran Jeff Bridges. Que podría no haber sido la única porque también se habló con Russell Crowe para
el papel que finalmente fue para Jon Hamm. También tenemos a Dakota
Johnson, Cinthya Erivo y Chris Hemsworth (también le tuvo en “La
cabaña en el bosque”), cuyo personaje está basado en Charles
Manson.
Aunque
el personaje más importante, por muy típico que pueda parecer, es
el propio escenario en el que ven inmersos a los demás, el hotel. Un
hotel exactamente situado en la frontera de los Estados de Nevada y
California, cómo separación entre el frío y el calor pero también,
simbólicamente, cómo de dos vidas. Se realizó una gran labor de
ambientación, recurriendo al papel de impresión de las paredes de
la época y la recreación de maquinas de discos y tragaperras como las
originales.
Pero
no es real, sus mil metros cuadrados están basados en el Cole Neva
Resort, que en su momento fue comprado por Frank Sinatra. De hecho,
la película está situada temporalmente en 1969, lo sabemos porque
hay un momento en el que puede verse en un televisor la rueda de
prensa de Richard Nixon y otro la noticia de la masacre de Cielo Drive, donde fue asesinada, entre otros, Sharon Tate, precisamente por la Familia Manson.
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