FICHA TÉCNICA
Título: 22 de
julio.
Dirección: Paul Greengrass.
País: Estados Unidos.
Año: 2018.
Duración: 143 min.
Género: Thriller,
drama.
Interpretación: Jonas
Strand Gravli, Anders Danielsen Lie, Caroline Glomnes Johansen, Jon Øigarden,
Lars Arentz-Hansen, Anneke von der Lippe, Øystein Martinsen, Tommy Hyving,
Håkon Smeby, Trim Balaj, Trygve Svindland, Ola G. Furuseth, Pål Espen Kilstad,
Kenan Ibrahimefendic, Endre Hellestveit, Marita Fjeldheim Wierdal
Guion: Paul
Greengrass.
Producción: Eli Bush.
Música: Sune Martin.
Fotografía: Pål Ulvik Rokseth.
Distribuidora: Netflix.
CRÍTICA
SINOPSIS: Recreación de los atentados terroristas
cometidos por el radical derechista Anders Breivik donde murieron 77 personas.
Los hechos que se dieron después, como la recuperación de los supervivientes y
el juicio del acusado.
LO MEJOR: Es
una de las dos películas que, con bastante cercanía entre ellos, han realizado
sobre el atentado más impactante de Europa, a pesar de no ser el de más víctimas,
por desgracia, en Madrid se superó ampliamente la cifra de 77 de Noruega. Pero
tuvo gran importancia mediática por la forma en la que se produjo. En ésto,
Paul Greengrass, que no es neófito en ésto de recrear atentados terroristas
como bien atestigua su “United 93”,
lleva a cabo una rigurosa reconstrucción de los hechos, tan asépticos que casi
es un ejercicio periodístico cercano al documental que cubre todo el caso cronológicamente
desde el principio, en la propia preparación del atentado, tras la cual se efectúa
su ejecución, para pasar a mostrar la situación psicológica y física de las víctimas
y terminar con el juicio, en tres actos bastante claramente diferenciados. De
todos modos, aunque está claro que Greengrass sabe mover perfectamente la cámara,
no sé si por estar bajo la mirada de una plataforma como Netflix o por ser
respetuoso con las víctimas, está especialmente comedido y hasta contenido, de
hecho, como nunca le había visto. Y se aplica más en mostrar todos los puntos
de vista y centrarse en temas como las secuelas de las víctimas y la repercusión
social. Pero deja claro que el asesino, Breivik, fue un terrorista y no un
asesino de masas, alejándolo de las masacres estadounidenses, para recalcar que
tras sus ideales existe un trasfondo político y un peligro y un muy preocupante
movimiento de ultraderecha.
Interpretación: No es una película de grandes interpretaciones
porque tampoco es que se hayan buscado. Además, la historia se sigue a través
de unos cuantos personajes para mostrar las diferentes situaciones y no tienen
un protagonismo claro. Parecen más bien todos secundarios. Lo que si podemos
comentar es la elección de Anders Danielsen como Anders Behring Breivik. Lo
primero que había que decir es que su parecido con el verdadero es más bien
escaso. Parece más joven, es más delgado y no infunde ni por asomo la presencia
del verdadero Breivik, que era más fornido e impresionaba su semblante. Aun así,
considero que hace un buen trabajo interpretativo con lo que ha tocado.
Escena (spoiler): Donde mejor se maneja Greengrass es en la parte
de la preparación y ejecución de la masacr,e donde más capacidad tiene de
mostrar la situación de un modo tremendamente realista. Lástima que esta fase
dure apenas media hora. Debería haberse empleado más tiempo en este segmento de
la historia. Incluso llega a ser decepcionante. Luego pasamos a escenas que muestran
aspectos interesantes como la operación del chico con la bala fraccionada en el
cerebro o cuando sale con la moto de nieve, pues está desesperado por no poder
superar lo ocurrido ni psicológica ni físicamente. O mostrarnos también a situación
del abogado que reclamó Breivik, obligado a defender a ese monstruo y a la vez
recibiendo llamadas de amenaza. En el juicio queda patente la postura de las víctimas
y la soledad de Breivik, ni siquiera apoyado por partidarios de la
ultraderecha.
LO PEOR: Siendo
un director del músculo de Paul Greengrass, sinceramente esperaba mayor
intensidad. La parte donde podría haber exhibido su talento es demasiado corta.
Y en la segunda mitad, quiere desprenderse tanto de cualquier adorno
estilístico que se aproxima peligrosamente al tono de telefilm.
CITAS: “En
este país todos son bienvenidos sea cual sea su nacionalidad. Eso es lo que
apoyaría si fuera primer ministro”. “Algo no se hizo bien y debemos averiguar
que fue”. “Solo quiero que vea lo que hizo”. “Noruega no está en juicio. Tú lo
estás”. “Puedes ser débil y fuerte a la vez”. “Aún tengo esperanza, familia,
sueños y amigos. Y elijo vivir”.
REFERENCIAS: La otra película, desde un foco distinto,
centrada en la masacre y casi a tiempo real es “Utoya”. Es inevitable que nos
acordemos de películas que recrean otras masacres como “Elephant”. Pero me
habría gustado que tuviera la tensión de “El día del patriota” de Peter Berg
CONCLUSIÓN: 6’5. Rigurosa reconstrucción de todos hechos relativos al atentado de Utoya, desde su preparación y ejecución hasta sus consecuencias, secuelas y posterior juicio. Bien en su labor documental, regular como thriller.
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