FICHA TÉCNICA
Título: Érase
una vez en Hollywood.
Dirección: Quentin Tarantino.
País: Estados Unidos.
Año: 2019
Duración: 165 min.
Género: Thriller,
drama, comedia.
Interpretación: Leonardo
DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Al Pacino, Margaret Qualley, Kurt Russell,
Bruce Dern, Timothy Olyphant, Michael Madsen, Tim Roth, Zoe Bell, Damian Lewis,
Luke Perry, Emile Hirsch, Dakota Fanning, James Marsden, Clifton Collins Jr.,
Scoot McNairy, Damon Herriman, Nicholas Hammond, Keith Jefferson, Spencer Garrett,
Mike Moh, Clu Gulager, Martin Kove, James Remar, Lena Dunham, Austin Butler,
Leslie Bega, Maya Hawke, Brenda Vaccaro, Lorenza Izzo, Penelope Kapudija, Rumer
Willis, Dreama Walker, Costa Ronin, Madisen Beaty, Sydney Sweeney
Guion: Quentin
Tarantino.
Producción: Quentin
Tarantino, David Heyman, Shannon McIntosh.
Fotografía: Robert Richardson.
Distribuidora: Sony
Pictures.
CRÍTICA
SINOPSIS: Un actor de Hollywood venido a menos, intenta
adaptarse a los papeles secundarios que le ofrecen en series televisivas sobre
westerns. Aún así vive en un barrio de estrellas de la ciudad, vecino de Sharon
Tate.
LO MEJOR: Es
una pena porque muy probablemente estemos ante la obra más madura y personal de
este director y la que más divida a sus fans, pues se produce la paradoja de
que, alejándose radicalmente de sus otras películas, haya que ser muy
tarantiniano para entender gran cantidad de guiños, incluso a su propia
filmografía. Y más paradójicamente todavía, que la complejidad de este proyecto
quizás guste más a la crítica que al propio público. Claro que Quentin
Tarantino jamás ha hecho una película para nadie que no sea él mismo. Tan solo
ha hecho películas que personalmente quería hacer, una forma de expresar
artísticamente un sentir íntimo, al igual que Picasso pintaba el “Guernica”. La
última película de Tarantino es una mirada al Hollywood de los sesenta a través de
una acida parodia, pero desde la nostalgia hacia una época dorada con la que
reflexiona sobre la vida de las estrellas, lo efímero de la fama y el implacable
funcionamiento de la industria cinematográfica y televisiva. Una era donde los
famosos eran mirados como dioses intocables y que un atroz crimen puso fin,
consiguiendo aterrorizarlos en sus lujosas casas en la ciudad cuna de ese
mundo. Sin embargo, la figura de Sharon Tate no ejerce más que de un gigantesco
macguffin para dedicarnos una oda al cine clásico en una historia “sin
historia” que se basa en seguir a sus personajes por la pantalla salpicándola de
incontables guiños y referencias cinematográficas, televisivas y musicales,
gran parte de las cuales no habrá percibido el espectador no instruido en la
obra de Tarantino y en el mundo del espectáculo del Hollywood de los sesenta.
Interpretación: Como no se le había ocurrido a nadie juntar a
estos dos monstruos en una película. La química entre Brad Pitt y Leonardo
DiCaprio es absoluta y supone uno de los motores de la historia. Pero es que
funciona igual de bien por separado cuando les toca hacerlo y sacan gran
partido de su bis (poco explotada en el cine) de comedia. Pitt esta sobrado en
su papel. Ahora que lo de DiCaprio es una master class de interpretación. Me
atrevo a decir que deberían tenerle en cuenta en la próxima edición de los
Oscar. La guinda del pastel la pone Margott Robbie, una actriz capaz de
iluminar la pantalla cada vez que entra en ella y cuya encarnación de una
Sharon Tate angelical, inocente y pasional resulta impecable. Completan el
reparto entre papeles breves y cameos un sinfín de caras conocidas como Al
Pacino, Kurt Russell, Dakota Fanning, Bruce Dern, Damien Lewis, Michael
Madsen…. Mención especial para Margaret Qualley como seguidora de Manson, y
Mike Moh como Bruce Lee.
Escena (spoiler): Primero las que más me han gustado, dejan do las más polémicas para el
final. Las dos escenas de Rick Dalton (DiCaprio) con la niña (Julia Butters)
son impagables. Me han encantado. Al igual que me ha parecido enternecedora la
parte en la que Sharon Tate está viendo en un cine sus pequeñas intervenciones
en una película de poca monta, ilusionada con las reacciones que ve en el resto
del público. Y todo el segmento del Rancho Spahn (lugar donde se estableció la
Familia) es de una tensión brutal. A Charles Manson solo le vemos apenas un
minuto y en otra escena, pero a sus chicas, cuyas miradas son realmente
perturbadoras, bastante más. Aunque termina con una paliza casi cómica de Clift
(Pitt) a uno de los hombres. Vayamos a Bruce Lee, Es cierto que le ridiculiza
pero vamos a ver, toda la película en si es una parodia. Por mucho que le haya
molestado a su hija, es cierto que era bastante arrogante y que afirmó que
ganaría en una pelea a Cassius Clay, al menos eso se podía leer en la biografía
publicada por su esposa, Linda Lee. Sinceramente la escena es de troncharse.
Pero lo que todo el mundo estaba esperando, lo que todo el mundo le llevaba
intrigando durante el último par de años, es como iba a tratar Tarantino el
peliagudo tema de la masacre donde Sharon Tate y unos amigos fueron asesinados
de manera escalofriante. Pues bien, Tarantino ha hecho uno de los mcguffin más
bestiales de la historia del cine. Se ha ocupado de alimentarlo hasta el
momento del estreno mismo. Y durante la película hace que de vez en cuando
veamos a Sharon, que la conozcamos, que veamos su modo de vida, como se
divierte, . . . que no nos olvidemos de
ella, sabedores de cual va a ser su trágico final. Tarantino reconstruye
minuciosamente sus últimas horas antes de la matanza. Y cuando ya estamos
preparados para que ocurra, ¿Qué hace Tarantino? Se marca un “Malditos
bastardos” en toda regla, reescribiendo la historia de tal manera que los
asesinos enviados por Manson entran en la casa de Rick Dalton y no en la de Sharon
Tate. El festival de violencia y sangre, ahora si, es lo más cómico de la
película, pero esta vez, en la mente de Quentin, las víctimas son los propios
agresores.
LO PEOR: El
viaje es largo y pausado, sin apenas violencia durante su desarrollo, con menos
diálogos chispeantes que en otras películas, quizás, y a muchos les parecerá un
viaje con demasiado relleno. Ya puedo ver comentarios de muchos diciendo que hay
que tragarse dos horas de película para de verdad ver algo interesante, sin
darse cuenta de que lo han estado viendo desde el primer minuto. Por ello quizá
sea su obra más incomprendida.
CITAS: “Es la
mejor interpretación que he visto en mi vida”. “- ¿Te molesta que me siente aquí?
– No sé, ¿vas a molestarme?”. “Salgo en la película. Soy la que siempre termina
haciendo pelis guarras”. “Estoy a una fiesta de salir en una película de
Polanski”. “No serías más que una mancha en los palominos de Cassius Clay”. “No
me estaba dando de hostias. Casi ni me ha tocado”. “¿Quien va a zurrarte esta
semana?”. ¿Alguien ha pedido chucrut frito?”. “Sabe que en algún momento la
cagará. Y él estará allí”. “Es un hecho, soy un actor de segunda fila”. “No hay
que alquilar en Hollywood. Si tienes una casa comprada en Hollywood es que
vives en Hollywood”.
REFERENCIAS: Las referencias son innumerables. Pero destacan
varias series de los sesenta como “El avispón verde” o “FBI”, o películas de
Sharon Tate como “La mansión de los siete placeres”. Pero hay elementos, solo
eso, que dentro del cine de Tarantino, me han recordado a “Malditos bastardos”
y “Pulp Fiction”.
CONCLUSIÓN: 8’5. Un homenaje al Hollywood de los sesenta desde la parodia pero
también desde la nostalgia de la que probablemente sea la obra más madura y personal de
Tarantino pero seguramente dividirá a sus fans.
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