jueves, 31 de mayo de 2018

Esces Míticas: Operaciones especiales - 13 horas, los soldados secretos de Bengasi




   Confieso que no tenía conocimiento ni de los hechos que relata la película ni de la propia existencia de éstos hasta un buen tiempo pasado del estreno de ésta. Lo que sorprende mucho más cuando te das cuenta de que tras la cámara estaba Michael Bay, un director que suele venir con un enorme ruido aparejado a sus campañas de promoción en sus proyectos.





   Y es que quizá Bay sea uno de esos directores que recibirá criticas durante toda su carrera. Pero no se le puede negar su gran capacidad para sacar adelante enormes proyectos de grandes presupuestos que siempre consigue convertir en sonoros éxitos de taquilla. No llega a ser un Rey Midas, pero casi. Además, que su labor de productor de proyectos menores, que eso nadie lo ve, tiene bastante mérito, pues está detrás de títulos como “The purge”, las nuevas versiones de “La matanza de Texas”, “Viernes 13” o “Pesadilla en Elm Street”.


   Pero cuidado que cuando estos directores con la etiqueta de creadores de blockbusters, cuando se salen de esos presupuestos, demuestran tener un talento que no se les adivinaba en esas superproducciones. Algo así me pasó con Roland Emerich, el rey de las “disaster movies” que de repente se marcaba una “Anonymous” sobre Shakespeare, con muy buen resultado. Pues algo así hace Michael Bay con “Dolor y dinero” y esta “13 horas: los soldados secretos de Bengasi”.



   Lo que nos cuenta es el intento de asalto a un complejo diplomático de los Estados Unidos y anexo a una base de la CIA, en Bengasi, Libia. En la noche del décimoprimer aniversario del 11-S, tuvo lugar un ataque islamista masivo sobre estas instalaciones, que tuvo como resultado a cuatro muertos norteamericanos, entre los que se encontraba el propio embajador J. Christopher Stevens.



   Se cumplen las premisas de este ciclo de operaciones especiales. Algo que sale mal y unos pocos hombres ejecutando unas acciones heroicas. Pues fue gracias a un equipo de tan solo seis hombres que el suceso no se convirtió en una masacre total. Seis miembros de la Seguridad Privada de la embajada. Eso sí, dos ex SEAL, tres ex marines y un ex ranger.



   Uno de los aspectos en los que Bay recortó en gastos fue en la no inclusión de ninguna estrella. Es más, ni siquiera el reparto elegido tiene demasiada presencia como secundarios. Lo son, efectivamente, pero de películas a su vez, de segunda fila, mayoritariamente.


   En el que figuran, John Krasinski (triunfando actualmente como actor, pero más como director en “Un lugar tranquilo”). Max Martini (nos suena de “Pacific Rim”), James Badge Dale (aparte en “Guerra Mundial Z” y “Iron man 3” pero no creo que nadie sepa reconocerlo) y Toby Stephens; (éste si algo más conocido como villano de una de James Bond, “Muere otro día”, y por la serie “Black sails”).



   Es evidente que la película recuerda en gran parte a “Black Hawk derribado” y seguramente que Bay la tenía como referencia. Lo que si está claro es que el film es pura adrenalina, hay tanta tensión que cuando uno cree que va a terminar, miras el reloj y resulta que aun queda una hora de tiroteos sin cuartel, aun ritmo infernal. Y todo a un nivel de calidad muy alto.



   La película recibió críticas mixtas. Muchas más positivas de lo que estaba acostumbrado Michael Bay pero bastantes negativas seguramente porque era él el responsable del proyecto. No perdió en la taquilla, pero el resultado fue más bien ajustado. Costó solo 45 millones de dólares y recaudó 70 en las salas de cine. Ya digo yo que ni me había enterado de su existencia.

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