Burt Munro fue un apasionado de las motos que cogió un Indian de los años veinte y con una serie de modificaciones hechas de forma totalmente artesanal, con cosas de su propio garaje, emprendió un viaje para cumplir su sueño, desde Nueva Zelanda a Estados Unidos, batir el récord de velocidad. A día de hoy sus plusmarcas conseguidas siguen vigentes. La película, a medio camino entre el biopic (solo se cuenta ese tramo de su vida) y la road movie, narra toda la travesía de un hombre que con casi setenta años logró algo que nadie apostaba por ello. Por el camino vamos conociendo a todas las personas que se fue encontrando, que casi es lo más interesante, por como los conquistó con su entrañable, entusiasta y amable personalidad. Y ahí es donde entra Anthony Hopkins para levantar una película que sin él quedaría en una muestra cercana al telefilm, porque si algo se le puede echar en cara es ser demasiado plana en cuanto a la dirección, a pesar de estar a cargo de Roger Donaldson. Pero Hopkins la hace agradable de ver. 6.
Biopic
sobre Gabrielle Colette, la autora de una saga de novelas que
causaron furor en los años veinte, especialmente entre las mujeres
jóvenes pero que tuvo que publicarlas bajo la identidad de su
marido. De hecho, uno de los intereses de la historia está ahí, en
su peculiar relación con éste, marcada por la promiscuidad de ambos
y la productividad profesional de su sociedad (más parecía eso que
un matrimonio). En realidad, la película solo se centra en su faceta
literaria, pero Colette fue una mujer multidisplinar, que supuso un
ejemplo de libertad y un referente simbólico de la homosexualidad y
el feminismo. Y lo cierto es que Keira Knightley la interpreta
excelentemente. Es una actriz que se siente muy cómoda en papeles de
época pero en este caso el personaje le ha exigido estar menos
contenida de lo habitual. Dominic West también está bien por su
parte. 6’5.
Pues
tenía muchas ganas de verla porque me interesa la figura de Nikola
Tesla y su guerra (la llamaron de las corrientes) con Edison. Ethan
Hawke probablemente esté en la interpretación más contenida de su
carrera, hasta el punto de que me ha resultado desesperante por
momentos, aunque probablemente el papel exigía representar así el
introvertido carácter de Tesla. Admito que es original la forma de
narración, casi diría que experimental, a medio camino del
documental (a menudo un personaje se sienta a googlear en un portátil
para buscar cosas sobre Tesla y así mostrárselas al espectador en
la siguiente escena). Pero a mí eso me sacaba de la historia, aunque
la primera vez me haya hecho gracia. Además la fotografía también
me inclinaba a tener la sensación de estar viendo un documental. A
pesar de contar cosas bastante interesantes a nivel científico, lo
cierto es que se me ha hecho muy pesada y me ha costado un triunfo
llegar al final. 5.
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