Cuando
la última película, la que hace la número 25, sobre el agente 007,
“Sin tiempo para matar”, se ha retrasado ya por tercera vez,
hasta octubre, haremos un ciclo dedicado al que para muchos fue el
mejor James Bond del cine, Sean Connery, pero no solo en su faceta
de encarnación del personaje, sino de la propia carrera de este gran
actor como homenaje tras su fallecimiento en octubre pero del año
pasado.
Pero
desde luego, algún título de esta saga debía caer porque es
evidente que tuvo gran influencia en la vida del intérprete y de la
propia evolución de su carrera tras su participación en estas seis
películas. Esta fue la tercera tanto de la serie como de él mismo
como 007 pues fue el primero que se metió en su piel. Después lo
harían George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan
y el actual, Daniel Craig, aunque por poco tiempo ya.
Precisamente
Craig está en su última participación como Bond lo que sigue dando
lugar a continuas quinielas de posibles sucesores y más
continúas críticas ante las diferentes posibilidades. Críticas que
también sufrió el propio Daniel Craig, aludiendo a que su aspecto
era poco “bondiano”. Y críticas que sufrió hasta Sean Connery
del propio creador del personaje.
Porque
el mismísimo Ian Fleming, renegó y de qué manera de Connery, a
quién tildaba de poco refinado, de tosco, por su origen en la clase
obrera. Si el actor escocés (otra de las razones del rechazo de
Fleming) llegó a ser el elegido fue por todos los nombres de una
lista de siete precisamente, encabezada por Cary Grant, rechazaron el papel por
diversas razones. Con el tiempo Fleming se retractaría reconociendo
a Connery como el mejor James Bond posible, aunque el actor siempre
le guardó rencor por su rechazo inicial.
Los
motivos de elegir este entre los seis en los que son Connery hizo uso
de su “Licencia para matar”, son varios. Aparte de figurar entre
los primeros puestos de la mayoría de rankings sobre las películas
de 007, muchas veces en el número 1, considero este título en el que
se enfocaba realmente el personaje en un perfil que se ha mantenido,
con sus lógicas variaciones y actualizaciones, hasta hoy en día.
A
parte de definirse definitivamente la personalidad del personaje como
un tipo predominantemente seductor, inteligente y muy sarcástico, la
película introducía elementos que se convertirían en icónicos de
esta saga en todos los títulos posteriores. Por ejemplo, los gadgets
(hay una escena dedicada a explicarlos en todas las películas). Y
el coche usado por Bond, el célebre Aston Martin DB5.
A Sean Connery le acompañó un reparto que no tenía figuras de renombre. De hecho, el villano, Goldfinger, estaba encarnado por el alemán Gert Fröbe. Y su mano derecha, a más bien su guardaespaldas por Harold Sakata. Tampoco las llamadas chicas Bond eran muy conocidas anteriormente a la película. Aquí hubo tres, Shirley Eaton, Tania Mallet, con papeles muy cortos, y la principal, que si sería recordada después, Honor Blackman. También Fröbe lo fue como uno de los mejores villanos de toda la saga.
Mención especial para la intro. Ya no de ésta sino de todas la películas Bond, una secuencia introductoria tremendamente artísitica, casi como un videoclip se daba bajo el sonido de una canción que, eso si, a partir de esta entrega le era encargada a una estrella de la música de cierto prestigio, como en este caso, a Shirley Bassey. En dicha intro, se proyectaban algunas de las imágenes de la película sobre el cuerpo pintado de oro de la entonces modelo inglesa Margaret Nolan.
De las doce novelas y nueve relatos escritos por Ian Fleming, la película se basó en la séptima y terminó por ser una de las más influyentes en una saga que sesenta años después sigue dando títulos y, sin ser una gran película, consolidó una fórmula de éxito incontestable como muestran sus 124 millones de dólares recaudados, habiendo invertido solo tres.
Además, fue la primera película Bond en recibir un Oscar, concretamente a los efectos de sonido. No sería la única en conseguirlo, luego vendrían más, casi siempre en las categoríás técnicas como efectos especiales, montaje o dirección artística, pero tambien en las de canción original o banda sonora.
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