Rob
Zombie ha bajado mucho el nivel últimamente. Para colmo a mí
personalmente me gusta más “La casa de los mil cadáveres” que
su secuela, “Los renegados del diablo”, porque eso era una
película de terror con estilo y la otra una especie de road movie a
lo “Asesinos natos”, que no tenía nada que ver pero que le
reconozco el mérito de no repetir la fórmula. Cosa que si ha hecho
en esta tercera parte, que en teoría cierra la trilogía. Y digo que
Zombie no está al mismo nivel que acostumbraba porque parece que sus
dos últimas películas han partido del mismo guion, “31” y esta
“3 del infierno”, es decir, ir acumulando cadáveres a cada paso
de los personajes. Punto, para que complicarse si el objetivo es que
los protagonistas vayan matando gente sin ton ni son, regando el
camino de sangre, que eso si, hay toda la que quieras y más. No voy
a hablar de interpretaciones porque, en fin, . . . pero a Sheri Moon
la deberían haber amordazado un poquito aunque fuera. Entretiene a
ratos pero otros me ha resultado desesperante. 4.
Película
que tiene la particularidad de haber sido rodada durante el tiempo de
confinamiento al principio de la pandemia y que se desarrolla por
medio de una videollamada. Es decir, cada uno de las actrices se ha
tenido que currar sus efectos especiales, maquillajes y demás. Y
sinceramente, me ha sorprendido. Porque salvo los primeros minutos,
me ha tenido inmerso en la historia, con un buen ritmo e incluso
momentos muy inquietantes. Quizá por la empatía que sentía en
cuanto a la situación de aislamiento a la que se ven sometidos unos
personajes que realizan una sesión espiritista online en la soledad
de sus domicilios. Recuerda a “Eliminado” pero ésta me ha
enganchado más. Además, dura apenas una hora, se pasa volando. 6.
Con
un título de similar complejidad al de “Serpientes en el avión”
(por decir uno) no esperaba demasiado. Claro que esa es la traducción
española, el original es “Sea fever” que además de hacer
referencia a una típica reacción psicológica del aislamiento en
alta mar, recuerda al de una película con la que tiene más en
común, “Cabin fever”. Porque aunque transita entre la monster
movie (que incluso tiene su homenaje lovecraftiano), realmente va de
las decisiones que deben tomar los tripulantes de un barco para
contener el contagio de un agresivo patógeno. Lo que me llama la
atención es que la película es anterior a la pandemia pero trata
temas que están muy de actualidad ahora mismo, como la importancia
de mantener una cuarentena, la de aislar a los contagiados y la de no
extenderlo por el resto de la población. Además de dejar ver un
mensaje evidentemente ecologista. No inventa nada pero me ha
entretenido más de lo que esperaba. Y salvo algún que otro detalle,
es muy realista. 6.
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