Ya
sé que muchos dirán que la mejor película de submarinos es “Das
Boot” (el submarino) y muy probablemente lo sea. Pero no tengo
ninguna duda que ésta es mi favorita y treinta años después de su
estreno me lo sigue pareciendo porque en este nuevo visionado para
poder hacer este artículo me lo he vuelto a pasar en grande.
Por cierto que su estreno no pudo ser más oportunista aunque no pretendido sino más fruto de la casualidad. Digo ésto porque la caída del Muro de Berlín se produjo en 1989 y la película estaba en los cines en 1990. Y no, no da tiempo a hacer una película en un año, su producción se inició antes. Pero es oportuna porque dicha caída ponía fin a la Guerra Fría precisamente con la Unión Soviética (Rusia hoy) como coprotagonista.
Pero
el origen de la película venía de la intención de adaptar una de
las 18 novelas de la saga protagonizada por el agente Jack Ryan,
escrita por Tom Clancy, cuyos temas recurrentes eran el espionaje, la
inteligencia (relativa al espionaje, se refiere) y la Guerra Fría, y
que contaba con varios bestsellers precisamente de esa saga.
Pero
si hay un responsable ese es John McTiernan, que se encontraba en el
mejor momento de su carrera, es decir, justo al principio. De hecho,
venía de firmar nada menos que “Depredador” y “La jungla de
cristal” en apenas dos años anteriormente, dos iconos
indiscutibles del cine de acción de los ochenta y en adelante. Y
tras ellas vino ésta que hoy comentamos para instaurarse como una de
las mejores películas de submarinos.
Después
vendrían películas también interesantes pero no al nivel de estas
tres, cómo “Los últimos días del Edén” (también con Sean
Connery), y “El último gran héroe” (repitiendo con Arnold
Schwarzenegger), “La jungla 3” (haciendo lo propio con Bruce
Willis) y “El secreto de Thomas Crown” (con Pierce Brosnan, con
el que había trabajado en su primera película, “Nómadas”). Por
desgracia, lleva sin dirigir desde 2003 y no parece que vaya a
volver a hacerlo.
La
idea de McTiernan era separarse de la de “El submarino”, que si
copió en parte Tony Scott para otra película de submarinos que me
encanta, “Marea roja”, qué era la de explotar la sensación
claustrofóbica que producía desarrollar toda la película en el
interior del barco. No, en ésta hay numerosas escenas fuera de él
tanto de tipo bélico como en las gestiones diplomáticas.
Sean Connery ya había encarnado a los personajes más icónicos de su carrera, el Ramírez de "Los inmortales", el Guillermo de Baskerville de "El nombre de la rosa", el Malone de "Los intocables de Eliot Ness" o el padre de Indiana Jones. Aparte de su inestimable aportacion como James Bond. Pero faltaba uno más. Al menos para mí es uno de sus mejores papeles. Curiosamente no era el protagonista de la saga de novelas, Jack Ryan, sino el antagonista.
Le acompañó un gran reparto, Alec Baldwin (supuestamente el protagonista pues era Jack Ryan), Sam Neill (pre-Jurassic Park), Scott Glen, Tim Curry, James Earl Jones, Richard Jordan y un muy joven Stellan Skarsgard. A Baldwin le sucedió como Ryan, Harrison Ford ("Juego de patriotas" y "Peligro inminente"), Ben Affleck ("Pánico nuclear") y Chris Pine ("Operación Sombra"). Paradójicamente, años después Ford interpretaría a un comandante ruso de submarino en "K-19" de Kathryn Bigelow.
Incomprendiblemente tuvo críticas mixtas. Medios como Washington Post, New York times o Newsweek le dieron palos. Aunque en las principales webs de cine, tales como IMDB o Rottentomatoes, su nota media es muy alta. Al público le gustó y mucho. Como demuestran sus 200 millones de dólares de taquilla habiendo invertido 30. Tuvo un Oscar a los efectos sonoros y fue nominada además al montaje y la edición de sonido.
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