Ya avisé que en este ciclo dedicado a los fantasmas en el cine, no sólo hablaríamos de películas de terror, de casas encantadas y demás. Por eso traigo esta rara avis, una película que si tiene el terror entre sus géneros pero que mezcla claramente con el fantástico y hasta la comedia, pero en el que tiene bastante presencia un subgénero del que hemos tratado no hace mucho, concretamente en “Tigre y dragón”, el wuxia.
No vamos a volver a explicarlo pues ya lo hicimos entonces, tan solo recordar que trata de historias sobre la cultura tradicional china con un toque fantástico y también romántico, y con amplia presencia de las artes marciales. No obstante, no se considera esta película como una de las relanzadoras del género.
El wuxia ya estaba consolidado desde las décadas de los sesenta y setenta con títulos como “Dragon Inn”, “Un toque de zen” o “Bebe conmigo”. Pero sí tuvo un renovador en los ochenta con Tsui Hark y su “Zu Warriors en la montaña mágica”. Y este nombre si es importante porque es el productor de “Una historia china de fantasmas”.
Porque hay algo que comparte con la anterior película que tratamos en este ciclo, “Poltergeist”, y es precisamente la autoría de la dirección. Porque quien aparece como director es Chin Siu-Tung, que si es verdad que era un especialista en el cine de artes marciales, con la técnica wire fu (peleas con cables), que está muy presente aquí. Y es autor de la trilogía de wuxia, “Swordman”, e incluso realiza la secuela.
Pero habitualmente las críticas sobre sus películas son muy bajas y tiene ejemplos de tan dudosa calidad como “Naked weapon”. Es decir, “Una historia china de fantasmas” es su mejor película con demasiada diferencia con las del resto de su filmografía. Y, como pasaba con Spielberg, tenía en la producción a un cineasta bastante más reconocido que él.
Era conocido que Tsui Hark acostumbraba a “secuestrar” las películas que producía e incluso redirigía muchas escenas de ellas. El rumor de que hizo lo mismo con esta siempre estuvo ahí. Hay que tener en cuenta que Hark no solo relanzó el wuxia en los ochenta sino que renovó todo el cine chino de esa época, luego, como ya vimos, fueron Ang Lee y Zhang Yimou quienes lanzaron el wuxia a partir de 2000, con “Tigre y dragón” y “La casa de las dagas voladoras”, respectivamente.
La película está basada muy libremente en el cuento “Historias extrañas de un estudio chino”, de Nia Xiaoqian, que era un escritor de una poderosa dinastía china, los Qing. Pero también está inspirada en una película clásica, de 1960, “La sombra encantadora”.
La influencia de la película en el cine asiático posterior es incuestionable. Desató la tendencia a hacer películas de temática folklóricas fantásticas. Está la lista de las cien mejores películas chinas en el puesto cincuenta. Porque aunque no tuvo un buen resultado económico, costó 5’6 millones de dólares y sólo recaudó 2’4, si tuvo muy buenas críticas y se convirtió en un título de culto casi de inmediato.
Además, lanzó a sus dos protagonistas; Joey Wong y Leslie Cheung. Porque funcionó de maravilla en el mercado doméstico de alquiler. La prueba es que tuvo dos secuelas, en 1990 y 1991. Y una nueva versión en 2011, “Un cuento de hadas chino”. Además, inspiró en un anime en 1997.
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