martes, 14 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - Monster

 


   En este caso la transformación física fue llevada a cabo por la que era (y es) una de las actrices más bellas de Hollywood, Charlize Theron, para convertirse en Aileen Wuornos, una prostituta asesina en serie, uno de los pocos casos de mujeres que lo hayan sido, y probablemente el más famoso de la historia moderna. Destaco lo de la belleza de Theron porque para parecerse a Wuornos precisamente tuvo que “afearse” considerablemente.




   Porque a parte de engordar quince kilos, tuvo que utilizar protésicos dentales, lentillas y una gran labor de maquillaje para asemejar su rostro al de la muy desmejorada Aileen. Además, la actriz leyó todas las cartas que escribió durante su estancia en el corredor de la muerte, durante más de una década, antes de ser ejecutada por inyección letal en 2002, un año antes del estreno de la película.



   La elección de Charlize Theron era considerada por su directora y guionista, Patty Jenkins, la única opción posible. Según sus propias palabras, de haberse negado, la película no habría sido posible. Pero no solo no lo hizo sino que además se implicó personalmente en el proyecto, convirtiéndose en productora ejecutiva de esta, avalándolo con su participación y consiguiendo así que saliera adelante tras haber sido rechazado por varios estudios. Así que sí, la película fue posible gracias a ella.



   Porque Charlize Theron tenía una motivación personal en meterse en este personaje en concreto, la de reivindicarse como actriz en un rol muy alejado de todos los que había interpretado hasta la fecha, uno que le alejaba de sus personajes de mujer guapa. Se podría decir que estaba empeñada en lucir lo menos bella posible, haciendo valer su talento interpretativo y sacudiéndose de un plumazo su imagen de modelo.



   El resultado no pudo ser mejor. Arrasó en todos los premios a los que optó, sin dar opción al resto de actrices que compitieron con ella por ellos, culminando en la consecución de la ansiada estatuilla del Oscar a mejor actriz del año. No solo eso, la crítica fue unánime, llegando a considerar su interpretación una de las mejores actuaciones femeninas en años.



   Sin embargo, para la coprotagonista se pensó primero en Kate Beckinsale, que declinó y fue Christina Ricci la elegida para dar vida a Shelby Wall, el nombre que se utilizó en lugar del verdadero, Tyria Moore, por motivos legales. Patty Jenkins las mantuvo separadas fuera del rodaje para que cuando estuvieran en pantalla se palpara la distancia entre ellas y la tensión, porque lo que buscaba era que no tuvieran química. Les acompañaba brevemente Bruce Dern.



   Patty Jenkins debutaba con esta película, escribiendo además el guion, basándose en el documental “Aileen Wuornos, the selling of a serila killer”, inspirándose en títulos como “Rio salvaje”, de Elia Kazan, y “El regreso”, de Hal Ashby. Tras esta película dirigió episodios en bastantes series y no fue hasta 2017 cuando volvió a estrenar una película en la gran pantalla, precisamente “Wonder Woman”, elegida quizá por su visión feminista. Pero no ha vuelto a dirigir desde su secuela, “Wonder Woman 1984”.



   Jenkins no solo quería contar la historia de un asesino en serie sino que también quería narrar el romance de dos marginadas, como si uno hubiera llevado a lo otro. Aileen afirmó que lo hizo para poder conservar a Shelby (Tyria) a su lado. Porque el principal motivo de los asesinatos fue el robo.



   Aunque aquí habría que profundizar más. Está claro que no respondía al perfil de otros asesinos. Y es que ser asesino en serie y ser psicópatas son cosas distintas aunque muchas veces vayan juntas. Ella no torturaba ni probablemente disfrutaba de sus actos. El asesinato era una cuestión accesoria para conseguir dinero con el que mantener a su pareja y de paso los vehículos de las víctimas. Aunque presumiblemente había un sentimiento de venganza hacia los hombres, que tanto la habían maltratado durante toda su vida.



   Aspecto que se refleja en la película y que despertó polémica acusándola de humanizar en exceso a la agresora, de victimizarla y de justificar sus actos, especialmente de cara a los familiares de las víctimas. Además, Aileen Wuornos adujo que las muertes fueron en defensa propia, asegurando que todos intentaron violarla. Y en el caso de la primera víctima pudo ser así, Richard Mallory, un violador en serie con antecedentes. Pero es difícil de creer que fuera igual con las otras seis víctimas.


   La película se basa de forma bastante realista en los hechos. Es cierto que Aileen tuvo una infancia de abusos sexuales continuados y que sufrió bullying y maltrato en su adolescencia, iniciándose muy joven en la prostitución. Su retrato fue aplaudido por la crítica y el público también respondió favorablemente. Costó 8 millares de dólares y recaudó 60 en taquilla.

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