Que
esté Gareth Evans como director es una garantía de que al menos vas
a ver secuencias de acción muy competentes y ese ha sido el
principal aliciente para verla, más que su reparto, en el que hay
varios nombres conocidos, encabezado por Tom Hardy pero también con
Timothy Olyphant o Forest Whitaker. Evans hace lo que otras veces le
ha dado buen resultado, disfrazar una película de acción brutal
dentro de una trama policiaca. Y si, tiene mucha acción y muy disfrutable pero está bastante peor rodada que películas anteriores
del director, como las dos de “Redada asesina”, básicamente
porque la cámara se mueve demasiado. Parece
mentira que un director tan experimentado en la materia no se dé cuenta que cuanto más se mueva la cámara menos se ven la
coreografías de las peleas y el efecto de los tiroteos, y aquí la
imagen a veces parece que está centrifugando. Que, por cierto, en
esos tiroteos se abusa de los salpicones de sangre digital, que hacen
que parezca un videojuego. Esta moda de no utilizar sangre como se ha
hecho toda la vida, de manera artesanal, tirando de un CGI que
produce una sensación de falta de realismo alarmante. Y no creo que
sea más barato que recrearlo como se ha hecho siempre. Es un tema
que cada vez me resulta más molesto. En cuanto a las peleas,
salvando el tema del movimiento de la cámara y que a veces los
planos sean desde demasiado cerca, funcionan bien. Uno de los
personajes lo interpreta Michelle Waterson, que es una especialista
en artes marciales mixtas, y bueno, no será una gran actriz pero
como se nota cuando alguien sabe dar guantazos. Pero
sorprende como reduce a Narges Rashidi al mero rol de exmujer del
protagonista, cuando funcionaba de maravilla en la serie de Evans,
“Gangs of London”. En resumidas cuentas, entretiene pero está
por debajo de lo habitual en Gareth Evans. 6.
Al
final han conseguido que la vea. Cuando tanto se insiste en darle
palos a una película lo que provoca en mí es más curiosidad que
rechazo. Lo que me hace llegar a la conclusión que incluso podría
haber sido una maniobra de marketing. Porque se ha llegado a afirmar
que estaba entre las peores películas de todos los tiempos, lo cual
es ya decir bastante. Así que mi interés era saber, ya no si es
verdad que es mala, sino si lo es tanto como para que esa afirmación
tenga alguna base. Por tanto, cuenta mucho que la expectativas con
las que la he visto eran de encontrarme una película horrorosa. Y no
ha sido así. Es más, durante cerca de una hora creo que aguanta
bastante bien e incluso me ha parecido entretenida. Es en su última
media hora donde se sobreviene una cascada de decisiones de guion que
alcanzan por momentos el ridículo, donde
de repente, todos los miembros de la familia del protagonista se
convierten en expertos en sus disciplinas y la última esperanza para
salvar a la tierra. Por cierto, con un descaro desprovisto de
vergüenza para proocionar a Amazon. La propuesta no está mal, trata
de mostrar la invasión alienígena de “La guerra de los mundos”
de H.G. Wells desde una perspectiva similar a la de películas como
“Searching” o “Eliminado”, es decir, desde la pantalla de un
ordenador y usando todas las cámaras que hoy en día están
distribuidas por todas partes. Y, como decía, durante bastante
tiempo, funciona como entretenimiento. Si, los efectos especiales
cantan en ocasiones, pero aceptables para una película de bajo
presupuesto. Y si, el movimiento de la imagen resulta mareante pero
como cualquier otro found footage o mockumentary. El montaje es una
locura pero veo trabajo ahí. En conclusión, desde luego no es una
buena película pero su mala prensa me parece más marketing o un
efecto clásico ya de contagio de redes sociales, aquello de seguir
la bola. 4.
Ya
la primera no me pareció una gran cosa, pero bueno, tenía buenas
peleas y mucha acción que funcionaba como un entretenimiento poco
ambicioso. No tuvo ni buenas críticas ni buena respuesta del
público, por lo que sorprende que se haya hecho una secuela que
nadie había pedido. Para colmo, resulta que queda inconclusa, es
decir, vista para rematar en una tercera parte. Si, como lo leéis,
otra secuela más, lo que se confirmaría como una de la trilogías
menos demandada por los espectadores. Si, yo tampoco la había
pedido. ¿Por qué veo esta segunda parte entonces? Pues por dos
palabras, una de ellas es Charlize, y la otra, Theron. Porque uno de
los principales problemas de la película anterior es que no estaba
muy bien acompañada y
era ella solita la que tenía que tirar del carro.
Y
aquí se presentaba un duelo nada menos que contra Uma Thurman. Que
dicho sea de paso, no es que la exploten demasiado, casi como
reservándola para esa siguiente secuela, se supone que definitiva,
pero a la que me ha encantado volver a ver con una espada en la mano,
y encima dándose de leches contra la Theron. A parte de esto, ¿vale
algo más de la película? Bueno, al menos hablan más en profundidad
sobre que lo que realmente era lo interesante de la trama de la
película precedente y no supieron aprovechar, que era precisamente el
tema de la inmortalidad, aspecto que aquí juega un papel clave en el
desarrollo de la historia. Claro, que para ello el guion produce una
cantidad de vaivenes un poco de cualquier manera para conseguir
giros. Vamos que hay demasiado de hacer que uno sea inmortal, otro
deje de serlo y demás, sin ton ni son. No está confirmada la
tercera parte pero es probable que si se da, con tal de ver el duelo
Theron-Thurman, la vea, sabiendo que no tiene más. 5’5.
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