domingo, 21 de septiembre de 2025

A different man

 

   FICHA TÉCNICA

Título: A Different Man.
Dirección: Aaron Schimberg.
País: Estados Unidos.
Año: 2024.
Duración: 112 min.
Género: Drama.
Interpretación: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson, Lawrence Arancio, Neal Davidson.
Guion: Aaron Schimberg.
Producción: Christine Vachon.
Música: Umberto Smerilli.
Fotografía: Wyatt Garfield.
Distribuidora: A24.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un hombre que tiene una defomación facial, se somete a un revolucionario tratamiento para cambiar su aspecto. El resultado es un éxito y espera que todo cambie en su vida. Porque además es actor. Pero las cosas no van como esperaba.

   LO MEJOR: Lo más evidente, y también previsible a priori, sería considerar que el mensaje de la película y el tema principal es la exaltación de la belleza interior. Y si, claro que trata sobre que el físico no es lo más importante del individuo. Pero no desde el ángulo que muchos pensarán antes de verla. Es una historia bastante más sombría de lo esperable. Además, mezclando varios toques durante su narración, el del drama puro con la tragicomedia. En ocasiones parece que bebe del cine de Woody Allen pero en otras del de David Lynch, creando un contraste bastante curioso. Porque sí, también hay algo de ciencia ficción pero es meramente accesorio para explicar el cambio físico que experimenta el protagonista. No obstante, lo que viene a recalcar es que ese cambio no va unido a lo psicológico, el descubrimiento de que el motivo de su infelicidad no es su deformidad física, al menos no completamente. La película nos habla pues, de la importancia de sanar interiormente, de estar satisfecho consigo mismo pero mentalmente. Para la credibilidad de cierta parte de la historia, es vital la labor de maquillaje, algo que paradójicamente se discute dentro de la película en cierta fase de la historia. Y tengo que decir que me parece magnífico, hasta el punto de que llegué a dudar si se trataba de maquillaje o de una persona que realmente tenía esa enfermedad.

   Interpretación: Se confirma el mal que les hace a los actores enrolarse en una franquicia de superhéroes, apartándolos de papeles como este haciendo que el público se olvide que tienen bastante más talento del que se pueda demostrar en ese género, por muy lucrativo que pueda llegar a ser económicamente. Porque Sebastian Stan está mejor que nunca aquí, posiblemente ante su mejor interpretación, por la que ganó un Globo de Oro y podría haber estado nominado al Oscar perfectamente. Adam Pearson si padece ese trastorno. Ya pudimos verle en “Under the skin”, aunque muy brevemente. Aquí podemos darle mucho más y cuando entra en la película esta sube de nivel, hay que decir, porque roba el protagonismo al propio Stan, como pasa dentro de la historia. Y para rizar el rizo está Renata Reinsve.

   Escenas (SPOILERS!!): Hay escenas visualmente impactantes. Como cuando se empieza a desprender, literalmente, los trozos de la cara que se van cayendo por el tratamiento, dejando al descubierto el rostro de Sebastian Stan, en el único momento de body horror. O en el asesinato del fisioterapeuta que le ayuda a recuperarse del accidente. Aunque son más significativas las escenas con significado psicológico. Como cuando ella le dice a Edward (Stan), ya con aspecto normal, que nunca ha utilizado la máquina de escribir que le regaló el anterior Edward. O cuando él le dice al científico que Edward ha muerto porque así lo considera. Aunque podrían haber jugado la baza de que ella se enterara de que realmente son la misma persona.

   LO PEOR: Narrativamente es algo confusa aunque es más que probablemente que sea algo premeditado. Además de desagradable, y no por lo evidente, no por algunas situaciones de body horror o el aspecto del protagonista inicialmente, sino por la manera de contarla, nuevamente, de forma consciente, seguramente.

   REFERENCIAS: Hay varias películas en la que sus protagonistas sufren deformaciones faciales que implican estados psicológicos, como “Máscara” , con Cher, y de Peter Bogdanovich, “El hombre elefante”, de David Lynch o “La mosca”, desde David Cronenberg.

   CONCLUSIÓN: 7’5. Sebastian Stan demuestra que es mucho mejor actor que lo que el Soldado de Invierno le permite, con su mejor interpretación, para contarnos que la felicidad está más en sanar mentalmente que en lo físico.




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