martes, 28 de octubre de 2025

Escenas Míticas: Transformaciones físicas - La ballena

 


   Sin duda, una de las transformaciones físicas más impactantes de los últimos años fue la de Brendan Fraser para esta película, en la que interpretaba a un profesor recluido en su propia casa con una obesidad mórbida que le produce un grave riesgo para su salud. Fraser no engordó para el papel, sino que fue todo un trabajo excepcional de maquillaje, que fue premiado con el Oscar, al igual que el propio actor.


   Aunque su mayor mérito para conseguirlo no fue precisamente hacer gala de esa impresionante transformación, sino conmover a todo espectador que veía la película. Curiosamente bajo una enorme prótesis que pesaba más de 90 kg, Fraser estaba en una excelente forma, pues tuvo que ejercitar sus músculos para poder manejar precisamente esa prótesis de cuerpo entero.


   Para la cual llegó a soportar sesiones de maquillaje de hasta diez horas, siete de ellas para la parte de la cabeza. Para colocarle el traje y maquillarlo, se necesitaban cuatro personas. El mérito en su interpretación se basa en que tras esas maratonianas sesiones, realizó una de las actuaciones más desgarradoras que un servidor haya visto en muchos años. Recuerdo que cuando las luces de la sala se encendieron, la mayoría de la gente no podía ni hablar, muchos de ellos con lágrimas en los ojos y sorbiéndose los mocos.


   Supuso la reivindicación de un actor maltratado por Hollywood, que tras triunfar con películas como “George de la jungla”, “Al diablo con el diablo” o la saga de “La momia”, fue dado de lado por la industria. Incluso el actor acusó a un importante miembro de la organización de los Globos de Oro, de acosarlo sexualmente. No se pudo demostrar pero a partir de ese momento la carrera de Brendan Fraser cayó en picado, lo cual lo sumió en una enorme depresión.


   Por tanto, en parte, el actor dejó en el personaje gran parte del infierno que él mismo había pasado. Aunque la historia tiene más de autobiográfico con su guionista, Samuel D. Hunter, que adaptaba su propia obra de teatro y se basaba en su propia vida, en la que, como el Charlie de “La ballena”, es homosexual, profesor y tuvo graves problemas de ansiedad que provocaban caer en los atracones de comida.


   El director, Darren Aronofsky, llevaba diez años con intención de llevar esa obra de teatro a la gran pantalla pero no encontraba el actor adecuado. Hasta que surgió Brendan Fraser, a quien su propia historia personal le hacían el actor perfecto, a quien, como hizo con Mickey Rourke en “El luchador”, consideraba injustamente ignorado y pretendía rescatar dándole la posibilidad de reivindicarse.


   Y el actor se lo agradeció dejándose todo en el personaje, regalándole a él y a nosotros una soberbia interpretación con la que fue ovacionado durante más de seis minutos en el Festival de Venecia y con la que arrasó en la temporada de premios, culminándose su éxito, y resurrección, con el Oscar. Pero además está magníficamente acompañado por la joven Sadie Sink, Hong Chou (también nominada pero que no premiada) y Samantha Morton.


   Como en otras películas anteriores de Darren Aronofsky, retrataba un personaje torturado, como en “Pi, fe en el caos”, “Réquiem por un sueño”, “Cisne negro”, “Noé” o “Madre”. Lo encerraba en un formato de pantalla con la relación de aspecto 4:3, muy cuadrada, que realzaba la claustrofobia de una historia rodada prácticamente de forma íntegra en interiores, algo que ya venía de la obra teatral que adaptaba.


   El cineasta quería hablar de la salud mental y de las conductas autodestructivas. Sin embargo, no todos lo interpretaron así. La película tuvo sus dosis de controversia, acusándole de estigmatizar a las personas obesas, de retratarles como gente siempre triste y presa de la comida, de generar con ella la “gordofobia”. Cuando lo que Aronofsky quería es retratar a una persona con un problema mental. Su obesidad sólo es una de las consecuencias de ello.


   Aunque si tiraba el gancho con la obesidad, engañando a los espectadores que previamente de ver la película podían pensar, yo lo hice, que “La ballena” era Charlie, el protagonista. Cuando la ballena se refiere a la de “Moby Dick”, y a una redacción sobre la obra literaria de Herman Melville, de su hija, qué es lo que le demuestra que es una buena persona y con la que quiere hacer las paces antes de morir.


   La película tuvo muy buenas críticas, destacando principalmente las interpretaciones de los actores, no sólo la de Brendan Fraser. Y económicamente le fue de maravilla, sólo costó 3 millones de dólares y recaudó 54 en taquilla.

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