En
su momento tuve bastante interés en verla porque si no es el crimen
más mediático de la historia negra de España, poco le falta. Pero
pasaban los años y no la veía por ninguna parte. Concretamente
cinco. Y es que si ya tuvo innumerables problemas para producirse
también los ha tenido para distribuirse. Soy consciente de que les
pusieron mil zancadillas, que tuvieron que cambiar medio reparto
porque se les iban los actores y que no ha debido ser nada fácil
sacar la película adelante. Pero no justifica, y me duele decirlo
porque este caso, el de las niñas de Alcásser, merecía una película
en condiciones, que sea tan rematadamente mala. A ver, no es que
esperara el “Prisioneros” de Denis Villeneuve pero si algo un
poco digno. Aquí voy a dejar clara una cosa y es que hay que separar
los hechos reales en los que se basa y lo que es su valor
cinematográfico. Soy de los que piensa que la versión oficial falla
por bastantes sitios y que hay muchas cosas que se ocultaron y quizá
nunca lleguemos a saber. Bien, pues eso les daba mucho terreno para
montar un buen thriller, ya fuera más o menos fiel a la realidad,
que nadie tiene confirmada. Pues no, el guion es poco más que una
ensalada de ingredientes de todas partes, como si les diera miedo
decantarse claramente. Ya que estaban, haber tirado por el lado de la
conspiración pero metiéndote hasta el fondo. No obstante, no es lo
que más aguas hace, y ya es decir, sino las interpretaciones. Si no
me he reído es porque el tema no era para reírse pero son de un
nivel tan bajo que me han estado sacando de la película
constantemente. Exageradísimas, hasta me han parecido en muchas
ocasiones que no eran profesionales. Tampoco es que sea toda la culpa
suya, la dirección de actores está claro que es inexistente y la
narración es torpe e irregular, como poco, que no sabe si ser un
drama desgarrador, un thriller judicial o uno policiaco. Porque aquí
nadie sabe lo que está haciendo. Si esto lo hubiera cogido un
Amenábar, Sorogoyen o Bayona . . . 3’5.
En
España no es como en Estados Unidos, donde a la que tienen un evento
o situación de cierta relevancia, preparan una (o varias) películas
al respecto. Aquí hay temas que parecen tabú. No hay películas
sobre el 11-M, hay una sobre el caso de las niñas de Alcásser (que
prácticamente nadie conoce) y hubo un tiempo en el que no se podía
hablar de ETA. Pero tras el fin del conflicto, ha habido varias
películas bastante buenas y esta es una de ellas. Se inspira en los
casos de varias mujeres que actuaron como confidentes de la policía
sobre los movimientos de la banda armada. Más concretamente en el de
una que fue infiltrada, sin ninguna clase de formación, jugándose
la vida y teniendo
que cortar el contacto con su familia. Al parecer, no es exactamente
una adaptación de los hechos reales pero se le acerca bastante.
Sobre todo en como refleja el clima político y social de aquellos
años, casi te transporta a esa época. Esto si es un thriller en
condiciones porque tiene un suspense brutal. Todo el tiempo está
presente la sensación de peligro que sufre la protagonista, que
podría ser descubierta en cualquier momento. Y eso se traslada al
espectador, la tensión a través de un suspense que sabe mantener
muy bien su directora, Arantxa Echeverría. Su narración retrata
perfectamente como funcionaban los comandos de ETA y como hacía la
policía para combatirlos. Pero si por algo destaca es por el nivel
interpretativo. A parte de tener a uno de los mejores actores
españoles, Luis Tosar, tiene a una gran Carolina Yuste, que fue
premiada con el Goya a mejor actriz. Al igual que la película,
aunque curiosamente no ganó ninguna más de las otras once
categorías en las que estaba nominada. Extraño
porque me parece que era la mejor película de largo de esa edición.
Como referencia, tiene ciertos paralelismos con “El lobo”, pero
es distinta. 7’5.
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