No
había una buena adaptación de este caso, ni para el cine ni para la
televisión, donde se habían hecho varias películas inspiradas en
John Wayne Gacy, pero bastante mediocres. Ahora si la hay. De hecho,
es una de las mejores recreaciones de la historia de un asesino en
serie. Porque aparte de ser muy fiel a los hechos, los cuales narra
con gran precisión a la verdad, incluso en pequeños detalles que se
conocen. Porque también tenían la ventaja que se sabían muchas
cosas de este caso, incluso contadas por el propio Gacy. Lo cual no
pasaba con “Ed Gein”, por ejemplo. Por cierto, a aquellos que no
les convenció la serie dedicada a ese psicópata, que sepan que
“Devil in disguise” es completamente lo opuesto. Aquí la
rigurosidad con los sucesos que ocurrieron es su bandera, aunque
tenga ciertas licencias poco importantes. Si me apuras, también está
lejos de la otra propuesta, mucho más acertada, de Ryan Murphy,
“Dahmer”, porque evita todo lo que le es posible lo relativo al
morbo, mostrando solo lo estrictamente necesario, jugando más a lo
implícito que a lo explícito, lo cual no le quita ni un ápice de
horror al asunto pero si lo hace más llevadero que las otras series
mencionadas. Aquí el asesino ni siquiera es el protagonista absoluto
sino que el protagonismo es bastante coral, repartido con los
abogados que llevaron el caso, los policías que lo investigaron y
los familiares de las víctimas. En cuanto a las propias víctimas,
en cada episodio nos muestran un extracto de sus vidas antes de
encontrarse con este monstruo, que no es fiel a la realidad pero que
sirve para mostrar en que situación social y económica de
vulnerabilidad se encontraban y como ese fue el motivo de que sus
desapariciones ni siquiera se investigaran. Curiosamente, el Gacy
vestido de payaso prácticamente es un guiño. 8.
Llevaban tiempo queriendo llevar a la pantalla, incluso al cine y desde
Hollywood, esta historia. Finalmente ha llegado pero en forma de
miniserie italiana. Y pintaba bastante bien, porque a cargo del
asunto estaba Stefano Sollima, creador de otras buenas series como
“Gomorra” o “Suburra", y director de “Sicario, el día del
soldado”. Además, haciéndose responsable de la dirección de
todos los episodios. Por eso la decepción ha sido mayor, porque me
he aburrido lo mío. No será porque no me interesaba el caso, del
cual incluso leí un libro, que ojalá hubieran tomado como
referencia para hacer el guion de esta serie. Ni me ha gustado lo que
cuenta ni como lo cuenta. Es verdad que es de esas historias donde el
asesino en serie no se descubrió nunca, que se sabía muy poco y
que la policía andaba muy perdida. No me sirve como excusa,
porque lo mismo se podría decir de “Zodiac” y mira que peliculón
se sacó David Fincher. Pero es que además, la teoría que toma es
la menos plausible de las que podría haber elegido. Porque cuando no
se sabe el asesino, antes o después sale la teoría de una secta. Es
decir, en este caso, lo que se llamó la pista sarda. Que tampoco
sigue al pie de la letra pero si elabora la historia en torno a
varios nombres de posibles responsables de los asesinatos. Todos esos
nombres los relaciona mediante prácticamente un culebrón que gira
alrededor de un primer asesinato, que ni siquiera está claro que
fuera del “monstruo” y que cuesta mucho creer. Además, la
narración es confusa, yendo adelante y atrás continuamente, que uno
no sabe ni cuando están pasando las cosas. La he terminado por
curiosidad y porque era corta. 5’5.



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