viernes, 24 de octubre de 2025

Microcríticas Express: Deep blue se 3/Predator, killer of the killers/La muerte de un unicornio

 



   No me creo lo que voy a decir. Me ha gustado esta película. También es que lo digo teniendo en cuenta que el nivel más habitual de las películas sobre este subgénero, tiburones, es
muy bajo y en bastantes más casos de lo que a uno le apetecería, con ejemplos deleznables. Aún así, suelo ver muchas sobre estos pececillos y confieso que “Deep blue sea” es una de mis favoritas, pero tras ver la deplorable secuela no sé ni como me he atrevido a ver esta, solo basándome en una escena que vi por casualidad, que me pareció bien rodada. Porque acertadamente, aquí han querido volver al camino de la primera, más que de la segunda. Ojo, nadie está diciendo que sea buena, de hecho, es mala, pero no muy mala. Porque son plenamente conscientes que quien se ponga a ver esta película no es precisamente por el guion, sino para ver muchas escenas de tiburones, y eso es lo que te ofrecen. Y es que están bastante decentemente bien hechos y además, hay varias escenas submarinas rodadas con un suspense muy logrado y buena factura. A parte de que la idea de desarrollar toda la historia en torno a una isla flotante a lo “Waterworld”, está chula. Ahora, hay que perdonarle cosas como que todo el mundo que se meta en el agua vaya debidamente equipado con su traje de neopreno y demás, menos la protagonista, Tanya Raymonde (“Perdidos”), que va permanentemente en bañador, no vaya a perderse alguien el cañón de tía buena que es. Y si en la primera parte, los escualos sabían latín, aquí se han sacado dos carreras, un master y se han leído dos veces “El Quijote”. Pero bueno, la diversión que ofrece a cambio de esos pecadillos lo compensa, porque lo reconozco, me ha entretenido e, incluso, me lo he pasado bien. 5’5.


   Estoy reflexionando sobre si soy de otro planeta o estoy viviendo en una realidad alternativa. Porque yo no entiendo nada. Me maravillo de comprobar como se cargaron tanto las tintas con una película de verdad como era “Prey”, sacándole toda clase de críticas absurdas, mirándole hasta los empastes y, sin embargo, se le hace la ola a esta, perdonándole todos sus pecados (que los tiene), elevándola a los altares como película mejor valorada sobre este personaje. Que si, que tiene muy buena animación. Que si, que tiene muy buenas secuencias de acción. Faltaría más, porque es lo único que tiene. Porque lo que es argumento, no. El guion no creo que ocupara más de dos folios (por una cara). A ver, que tampoco esperaba que se pusieran a recitar a Shakespeare, pero es que no tiene ni diálogos. Básicamente son unos ochenta minutos de peleas, sin ningún hilo narrativo, divididos en tres cortos (que no historias) pegados con pegamento. Por cierto, el tercero no tiene ni puñetero sentido, a no ser que el protagonista fuera Ethan Hunt disfrazado y clarividente. Sin embargo, y esa es la pena, que bien hubiera estado la de los vikingos o los samuráis pero bien desarrolladas, incluso en una película propia. Pero no, esto parece más un “what if” de acción a matacaballo, cosa que nunca ha sido la saga de “Predator”, que tanto las buenas como las malas, eran una mezcla
de aventuras, ciencia ficción, suspense, terror y si, también acción, pero no solo eso. Es entretenida, hay mucha sangre y gore, y los combates son tremendos, pero no es una gran película, como la está poniendo todo Dios. Al menos en mi planeta o en mi realidad alternativa. 6.


   No lo escondo, me chiflan las películas en las que los animales se cargan a los humanos, las que en general se califican como monster movies. He visto literalmente de toda clase de bichos. Tiburones, cocodrilos, murciélagos, leones, lo que sea. Narices que he visto hasta de castores. Pero creo que de unicornios esta es la primera. Porque aquí los van a mostrar muy alejados de la imagen de los cuentos o las fábulas fantásticas, incluso de los sueños de un androide. No, aquí el unicornio es uno de esos monstruos, y precisamente ese es el mayor atractivo de la película. Además, que la cosa se presentaba bien, con la productora A24 volviendo a apostar por una iniciativa arriesgada y y Ari Aster como productor. Pero no les ha terminado de salir, especialmente porque parece que no sabe lo que quiere ser, si una película para todos los públicos o solo para adultos. Porque el tono y el humor es el de una típicamente familiar pero las muertes son para una calificación R. Si, las víctimas pueden ser aplastadas, mordidas, destripadas o empaladas, y la verdad es que son lo mejor de la película y se agradece que no se corten con el gore. Ahora bien, contrasta con la mezcla de comedia. Deberían haber cargado todas las tintas hacia el terror o hacer uso de un humor claramente negro. Y se queda a medio camino. Porque el guion es una mera moralina sobre lo asquerosos que son los ricos, lo irrespetuosos que son los humanos con los animales y la naturaleza y lo que son capaces de hacer los padres por los hijos. Pero, en definitiva, aquí solo importa como van a matar a unos personajes que, aunque estén tras caras tan reconocibles como Jenna Ortega, Paul Ruud, Tea Leoni o Will Poulter, tienen bastante poca chicha. Entretiene pero poco más. 5’5.

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