Tenía
preparado un ciclo de películas de DC pero el retraso del estreno de
“Wonder woman 1984” eliminaba la excusa. Así que preparé uno
sobre el whodunit con el pretexto del estreno del remake de “Muerte
en el Nilo”, pero también ha sido retrasado. Ambas se “supone”
que podremos verlas en diciembre, aunque no es ni mucho menos seguro
visto cómo va está maldita pandemia.
Así que me he decantado por hacer un ciclo sobre lo que me apetezca sin atender a la inestable actualidad cinematográfica. Y viendo por casualidad que esté mes de octubre se cumplen 36 años del estreno de “Doble cuerpo”, que mejor que dedicar el mes a uno de mis directores favoritos de todos los tiempos, Brian de Palma. Aunque ya en otros ciclos temáticos he incluido películas suyas como “Los intocables”, “El precio del poder”, “Misión imposible” o la que considero su mejor película, “Carrie”.
Por
eso esta vez vamos a centrarnos en su faceta más característica, la
del thriller de suspense, aunque De Palma siempre ha utilizado muchos
mecanismos del terror, más concretamente del giallo y el slasher. Y no es ningún secreto que su máxima inspiración siempre ha
sido el cine de Alfred Hitchcock.
Lo
que le ha valido la acusación de estar plagiando constantemente al
“maestro del suspense”. Aquí tengo que hacer la misma aclaración
que ya hice con Quentin Tarantino, acusado frecuentemente de lo
mismo, en cuanto la diferencia entre plagio y homenaje. Plagio es
cuando un director copia intentando que no se note el engaño. Pero
cuando se hacen guiños a escenas tan sumamente icónicas que
cualquiera se daría cuenta, lo que se está haciendo es homenajear.
Éste
es el caso de “Vestida para matar”, que homenajea hasta en tres
veces a “Psicosis”. La primera es matando a su estrella a la media
hora de metraje cambiando la ducha de la película de Hitchcock por
un ascensor y el cuchillo por una navaja de afeitar. Aunque la propia
ducha también se homenajearía en la escena final de la película.
Otro guiño sería la escena en la que un psiquiatra explica el
trastorno que sufre el asesino, que en ambas sería la doble
personalidad.
No
obstante, el origen de la historia viene de otra parte. De Palma
tenía intención de adaptar “A la caza”, pero que
terminó dirigiendo William Friedkin. Pues dos subtramas que el director italoamericano pensaba incluir en ella fueron la base para "Vestida para matar". Pero además, hay mucho de autobiográfico en la película, como lo de ir a ligar a museos, las visitas al psiquiatra o su obsesión por la tecnología.
Además repetía ciertas escenas puramente suyas. Aparte de hacer uso de lo que es uno de los signos más identificativos de su cine, la pantalla partida (también del de Hitchcock pero que no aparece precisamente en "Psicosis"), la escena de la ducha que abre la película, donde la protagonista fantasea con una violación, lo que le valió no pocas críticas, tiene similitudes con la que abre "Carrie", con desnudos explícitos ambas. Al igual que el despertar del sueño final recuerda al de Amy Irving también en "Carrie". Por no mencionar la gran carga erótica, lo que se puede apreciar en el affair en el taxi, la secuencia de seducción con lencería negra, la forma de desvestir a la enfermera, . . .
Su estrella era Angie Dickinson, estrella veterana ya, con casi treinta años de carrera a sus espaldas en aquel 1980, que había trabajado con directores como Howard Hawks, Samuel Fuller, John Boorman, Sidney Pollack o Gus Van Sant pero que era mayormente conocida por su papel en la serie "La mujer policía", primera vez que una mujer era protagonista en el género policíaco, que fue un precedente de lo que serían "Los ángeles de Charlie".
La acompañaban Nancy Allen, con la que De Palma se había casado un años antes y que ha había aparecido en "Carrie", al igual que después lo haría en "Impacto", más o menos hasta que se acabó su matrimonio en 1984. Y Michael Caine, aunque primero se pensó en Sean Connery que, aunque estaba interesado, tuvo que negarse por problemas de agenda. Caine está en pantalla menos de lo que se cree porque solo una de la veces en que se viste de mujer es el propio actor, la del final. Todas las otras veces fue la actriz Susanna Clemm. Resulta que Michael Caine no se sentía muy cómodo travestido, no fuera que le gustara.
La película tuvo buenas críticas en general, donde algunos le acusaron de copiar a Hitchcock y otros sostenían que merecía incluso la comparación con él en cuanto a talento. Costó 6 millones de dólares y recaudó 31 en taquilla. Personalmente es de mis favoritas, puede que la mejor tras "Carrie", exceptuando la tripleta de gangsters ("El precio del poder", "Los intocables de Elliot Ness", "Atrapado por su pasado"), aunque no la considero ni mucho menos una obra maestra porque hay que reconocer que es bastante tramposa.
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