Vamos hacerle justicia a una película que no goza de la
fama o el prestigio que se merece si atendemos a su calidad. Como decíamos,
vamos a referirnos a títulos enmarcados en el género de espionaje pero alejado
del prototipo de acción de las sagas Bond o Bourne. Sin embargo, esta película
contiene muchísima y de muchos quilates, especialmente si echamos un ojo a las
persecuciones.
El director, John Frankenheimer prestó mucha atención a
este aspecto, obsesionado más con el realismo de las persecuciones de coches, que
hay dos bastante destacables, que a la espectacularidad. No en vano, el propio
Frankenheimer fue piloto de carreras en su juventud, a lo cual hizo
homenaje dirigiendo “Grand Prix”.
Para ello, se necesitaron alrededor de 150 especialistas en
la conducción de coches. No era uno de ellos Skip Soudduth, uno de los
integrantes del reparto, el que hace de conductor del grupo reunido para dar el
golpe, pero si piloto de carreras y acrobacias, por lo que todas sus escenas las
realizó personalmente, sin recurrir a ningún especialista.
Aunque su papel era secundario. el reparto era bastante
coral pero evidentemente por encima de todos destacaba la figura de Robert De
Niro, tan solo tres años después de coprotagonizar otra película de robos y
acción recordada como una de las mejores de los noventa y de la historia del cine en
esos géneros, “Heat”. Le acompañaban Jean Reno, Sean Bean (aquí no muere),
Stellan Skarsgard, Jonathan Price y Natasha McElhone.
La palabra Ronin hacer referencia a varios datos reales.
Por una parte de la existencia de una especie de mercenarios al servicio de
quién quiera contratarles, sea quien sea. Se trata de exmilitares, exagentes
de diferentes organizaciones y servicios secretos, y especialistas en múltiples
disciplinas como conducción de coches, explosivo, francotiradores.
La otra referencia hace alusión a la leyendas del Ronin 47, la cual tiene su propia de adaptación cinematográfica
protagonizada por Keanu Reeves, titulada así mismo “Ronin 47”. El ronin era un
samurai sin amo, algo considerado como un deshonor en el periodo feudal japonés,
por lo que solían ser mercenarios.
La leyenda alude un grupo de 47 ronin que se quedaron sin
amo cuando este agredió a un alto funcionario de la corte y le obligaron a
cometer seppuku (suicidio, se menciona en la película). Un año después los 47
ronin se vengaron matando al funcionario y de paso cometiendo una brutal masacre
para luego suicidarse por el mismo ritual de su amo, el seppuku.
El guión era de David Mamet pero aparece acreditado
como Richard Weisz, al negarse a compartir en los créditos la función de
guionista con J.D Zeik, que era el creador del argumento pero que no aportó más
que eso al guión, corroborado por las declaraciones del director John
Frankenheimer. De hecho, de Mamet era la idea de no revelar el contenido del
maletín ejerciendo así como maguffin (recuerda a "Pulp fiction").
Frankenheimer posee títulos muy valorables en su
filmografía como “El hombre de Alcatraz”, “Domingo negro”, “French conection
2”, pero sobre todo “El mensajero del miedo”. un especialista en el thriller
salido de la televisión que murió en 2002 rodando hasta el último día, aunque
fue ”Ronin” su última gran película, pues gozó de buenas críticas. Costó 50 millones
de dólares y recados atenta en taquilla, algo justito.
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