FICHA TÉCNICA
Título: Mr. Robot.
Dirección: Sam Esmail (Creator), Sam Esmail, Jim
McKay, Tricia Brock, Deborah Chow, Nisha Ganatra, Niels Arden Oplev, Christoph
Schrewe.
País: Estados Unidos.
Año: 2015-2019.
Duración: 50 min (13 episodios)
Género: Drama, thriller, intriga, suspense.
Interpretación: Rami Malek, Christian Slater, Carly Chaikin, Michel
Gill, Gloria Reuben, Portia Doubleday, Martin Wallström, Grace Gummer, Gabriel
Hansen, Justin Morck, Jeremy Holm, Michael Buscemi, Bruce Altman, Samrat
Chakrabarti, Elliot Villar, Gigi Stone, Frankie Shaw, Ben Rappaport, Stephanie
Corneliussen, BD Wong, Michael Cristofer, Sunita Mani, Michael Drayer,
Vaishnavi Sharma, Azhar Khan, Bobby Cannavale.
Guion: Sam Esmail, Randolph Leon, Adam Penn, Kyle
Bradstreet, Kate Erickson, David Iserson, Kor Adana, Courtney Looney, Lucy
Teitler.
Producción: Sam Esmail, Steve Golin, Christian Slater, Rami
Malek.
Música: Mac Quayle.
Fotografía: Tod Campbell, Tim Ives.
Distribuidora: USA Network.
CRÍTICA
SINOPSIS: Elliot definitivamente quiere ir a por White Rose y
acabar con todos sus proyectos. Para ello planea un complicado y masivo hackeo.
Pero para conseguirlo debe sortear diversos problemas junto a su hermana
Darlene. Además, de luchar contra sus propios fantasmas.
LO MEJOR: No suelo hacer críticas largas de series que no sean sus
primeras temporadas pero merece la ocasión saltarse la regla por una como ésta.
Porque probablemente estemos ante una de las tres mejores series de la década,
y me atrevo a decir que en lo que llevamos de siglo, o sea, el doble. Nos han
hecho esperar para darle no solo un digno colofón sino uno de los más
catárticos vistos en televisión. La experiencia ha sido, pues, notablemente
satisfactoria. Porque a su mezcla de género de pseudoespionaje y thriller
psicológico, ha cargado más las tintas al segundo aspecto, pues esta cuarta y
última temporada es, en parte, un viaje a la mente de Elliot Alderson. Es lo
que ha considerado su creador, Sam Esmail, (al que ya considero uno de mis
dioses de la televisión) para mostrarnos la verdadera esencia de la serie, de
su personaje principal, pero sobre todo, que es lo que significa Mr. Robot.
Porque aparte de estar representado por un personaje a medio camino entre el
sociópata y ciberterrorista, y un justiciero, de hacer una crítica a una
sociedad consumista producto del capitalismo empresarial, guarda cierto
paralelismo con el mundo de los superhéroes. Los dos antagonistas tienen el
poder de la superinteligencia, es decir, el prototipo de mente maestra. Tiene
sus propios alter-egos (Elliot-Mr. Robot/Zhi Zhang-White Rose), sus
indumentarias (Elliot-capucha/White Rose-vestidos de mujer) y entre ellos hay
tanta rivalidad como parecido. Aquello que se decía en “El protegido” de
Shyamalan, “Ahora que sé quien eres tú, sé quien soy yo”. Pero al margen de
todo ésto, a nivel de guion es una auténtica maravilla, plagado de diálogos
brillantes y profundos, y perfectamente bien orquestados giros. Giros que
encajan, que no suenan a tramposos porque han sido planificados desde un
principio. Y para colmo mediante una narración original y novedosa.
Interpretación: Rami Malek ya era un fantástico actor
antes de irse a meterse en la piel de Freddie Mercury y de paso traerse de
vuelta un señor Oscar. Ahora le veremos como villano de James Bond. Pero es
este personaje el que le ha dado a conocer y al que realmente le debe todo,
Elliot Alderson. Y Malek vuelve a estar magnífico. Pero cuidado con los
excelentes secundarios. Sobre todo un sorprendente Christian Slater. Y Carly
Chaikin, que por fin ha tenido el protagonismo que merecía. Pero me quito el sombrero
con uno de los mejores villanos de series de los últimos años, B.D. Wong (White
Rose).
Escena (SPOILERS!!): Bueno, tras un inicio, como suele acostumbrar, de
introducción, a partir del cuarto episodio, se pisa el acelerador y no se
levanta el pie hasta llegar a un final apoteósico. Tenemos momentos de lo más
emocionante. Como la muerte de Tyrell Wellick, la casi muerte de Dom, la
despedida de Darlene en el aeropuerto, el hackeo y persecución de los hermanos
Alderson a la empresa en la que se cuelan, puro “Misión imposible”, la caída de
todas las cuentas de todos los socios de Zhang (Wong) y el enfrentamiento cara
a cara Elliot/White Rose en la central nuclear. Sin olvidarnos que a los cinco
minutos de empezar la temporada, muere Angela (Portia Doubldpay). Pero aún así,
hay dos partes que superan a todas esas. Una es todo el episodio del secuestro
de Vera (Elliot Villar) en cuyo forzado análisis psiquiátrico de Krista
descubrimos que Elliot fue víctima de abusos sexuales por parte de su padre y
esa es la verdadera razón de la creación de la personalidad de Mr. Robot. Por
cierto, el capítulo termina con la muerte de Vera. Pero todavía había más. No es
hasta el último capítulo que nos enteramos de todo. Descubrimos que el Elliot
que hemos visto durante toda la serie solo es una personalidad del verdadero
Elliot, al que jamás hemos visto. Es la personalidad que domina y fue creado
como una especie de vengador justiciero para dar salida a la ira. Descubrimos
también, no sin el temor de que todo haya sido producto de su imaginación (y a
eso juega descaradamente Esmail), que Elliot crea mundos alternativos
ficticios. Pero nos quedamos tranquilos de que todo lo que hemos visto si ha
pasado de verdad. Y vemos que hay hasta dos personalidades más, es decir,
Elliot ha creado cuatro personalidades, pues tiene un trastorno disiociativo.
Incluso nos considera a nosotros, al espectador como la quinta personalidad, rompiendo
la “cuarta pared” y haciéndonos partícipes de la historia. Al final vemos como
todas ellas se hacen a un lado para dar paso al verdadero Elliot. ¿Por qué?
Porque es Darlene quien le ha aceptado como es. Pero en su mundo feliz creado
por Elliot no está ella. Por eso sale, para estar con ella. Un final
simplemente brillante.
LO PEOR: Nada. Que prácticamente no haya hecho ruido su final.
Merecía que se hablara de ella en todas partes y no ha sido así. Incomprensiblemente. Lo que es no tener una plataforma publicitaria detrás tan potente como
HBO o Netflix. Pasará a la historia como una serie de culto pero debería
haberlo sido de masas.
CITAS: “Dale a un hombre una pistola y atracará un banco.
Pero dale a un hombre un banco y atracará el mundo”. “Puede que las guerras no
se ganen. Puede que simplemente continúen en el tiempo”. “Los gobiernos
del mundo y sus líderes corporativos no quieren que hablemos, ¿por qué?, porque
liberamos verdades, destapamos villanos, exorcizamos demonios”. “Un mundo
construido sobre fantasía. Emociones sintéticas en forma de pastillas. Guerras
psicológicas en forma de publicidad. Sustancias químicas que alteran la mente
en forma de comida. Lavados de cerebro en forma de medios de comunicación.
Agujas aisladas bajo control en forma de redes sociales”. “Todas las religiones
son solo gusanos que metastatizan mentes, hechos para dividirnos, así es más
fácil ser gobernados por los charlatanes que quieren manejarnos. Para ellos
solo somos seguidores pagados de su pobre franquicia de ciencia ficción”.
“¿Eres un uno o un cero? Esa es la pregunta que tienes que hacerte a ti mismo.
¿Eres un sí o un no? ¿Vas a actuar o no?”. “¿Quieres que baje la voz después de
presentarte en mi puerta 20 años después de tu supuesta muerte? Creo que el
puto volumen es ¡jodidamente perfecto!”. “¿No es nuestra vida una anomalía del
calendario cósmico o algo así?”. “Los demonios no paran de trabajar, siempre
están activos. Seducen, manipulan, les pertenecemos. Todos debemos enfrentarnos
a ellos solos. Lo mejor que podemos esperar, la única parte buena en todo esto,
es que cuando nos derrumbemos, encontraremos algunas caras familiares esperando
al otro lado”.
REFERENCIAS: Es muy recomendable volver a ver la
serie desde el principio sabiendo ya el final para poder comprobar que las
pistas estaban ahí desde siempre. Y, sin decir porque, veo trazas de películas
como “Múltiple” o “Identidad”.
CONCLUSIÓN: 9. Un excelente colofón, que sorprendentemente no ha hecho demasiado ruido, para dar el broche de oro a una de las mejores series de la década. Malek vuelve a brillar con luz propia.
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