Otra de esas
películas de marcado estigma navideño, pero de un tono muy diferente para el
estilo que se hacían en esas películas familiares para la Navidad. Desde
luego era para todos los públicos, pero no era un título precisamente adecuado
para los mismos. Primero por tener lecturas más profundas y dramáticas que
cualquiera de ese tipo de cine. Y luego por su oscuridad.
Porque Tim
Burton empezaría a marcar lo que iba a ser su estilo predominante y una de las
tendencias más característicamente personales de su cine, la fábula a través de
la fantasía oscura. Pinceladas ya puestas en sus dos películas anteriores
“Bitelchus”, con más carácter de comedia ya que el humor negro siempre ha estado
muy presente en su obra, y el primer “Batman”, de notable tono gótico.
Burton quiso
hacer un alto en el camino antes de volver a enrolarse con el hombre murciélago.
Después realizó “Batman vuelve” y se suponía que continuaría, porque había
firmado por cuatro películas sobre el personaje con Warner. La misma que no
quiso producirle “Eduardo Manostijeras”, lo que supuso las primeras desavenencias
con WB. No se sabe si fue la única razón, pero el caso es que la película fue
aceptada por Twenty Century Fox y Burton abandonó la saga Batman.
La idea inicial
de Burton era hacer un musical, uno de los motivos de Warner para negarse. Y es
que la idea de un musical siempre ha rondado la cabeza del director como
muestran títulos posteriores como “La novia cadáver” o “Sweeney Todd”. Lo
curioso es que finalmente, con Fox tampoco llegó a hacerse el musical de “Eduardo
Manostijeras”. Pero sí tuvo la libertad creativa que demandaba y la posibilidad
de manejar el proyecto a su antojo.
Burton
reconoce que su inspiración para la creación del personaje venía de algunos
iconos clásicos y otros cuentos de carácter oscuro. Entre ellos estaban “El jorobado
de Notre Damme”, “El fantasma de la Opera”, “Frankenstein”, “La Bella y la
Bestia” y “King Kong”. No es difícil entender que Eduardo Manostijeras tiene un
poco de todos ellos. Porque el afán de Tim Burton era crear un cuento oscuro y
tenebroso pero con un mensaje positivo e incluso con bastantes dosis de humor, cierto
es que gracias a la sátira.
Para la
elección del actor, se propusieron nombres que hoy son absolutas estrellas. En
ese momento no, pero si eran más conocidos que Johnny Depp, que tan solo había
hecho papeles secundarios o de poca importancia en “Pesadilla en Elm Street”,
“Platoon” y “Cry Baby”. La lista de aspirantes estaba formada Tom Hanks, Robert Downey Jr,
Tom Cruise, William Hurt y Jim Carrey.
La elección de
Johnny Depp inició un idilio de colaboración con Burton en una larga lista de
títulos que continuaba con “Ed Wood”, “Sleepy Hollow”, “Charly y la fábrica de
chocolate”, “Sweeney Todd”, “Alicia en el país de las maravillas” y “Sombras
tenebrosas”. Por cierto, que Manostijeras, Deep tuvo adelgazar once kilos y su personaje
solo pronunciaba 159 palabras en total.
El reparto
lo completaban una Winnona Ryder que iba a ejercer de hija de Michael Corleone
en el ”El padrino III”, pero cayó enferma y tuvo que rechazarlo en favor de
Sofía Coppola. Fue la oportunidad de Burton para ficharla después, junto a
Dianne Wiest, Anthony Michael Hall, Alan Arkin, Kathy Baker y un pequeño papel
para su muy admirado por el director, Vincent Price.
Tuvo muy
buenas críticas, pero no tan buena acogida por el público como se esperaba. Aun
así, no salió mal parada económicamente. Costó 20 millones de dólares y recaudó
85 en taquilla. Y con el tiempo ha pasado a ser una de las películas más reconocidas
de Tim Burton. Por cierto, Stan Winston fue nominado al Oscar por su labor en
el maquillaje. Y como consecuencia de la película llegó a hacerse un ballet y
una secuela en forma de cómic.
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