Desconocía
totalmente que la historia estuviera basada en hechos reales y por eso mientras
la veía pensaba que menuda aberración sería que lo que narra llegara a pasar. Y
toma, resulta que es que ya ha pasado. La película habla de varios temas, de la
homosexualidad, la aceptación de los padres, pero sobre todo de la religión y
de sus costumbres castradoras. Porque trata de que por lo visto, hay unos
centros donde se manda a los hijos “desviados” para “enderezarles” y llevarles
por el buen camino y no el del pecado. No es visualmente demasiado dura pero
psicológicamente si ha llegado a impactarme, como se lleva la homofobia hasta
esos niveles ya incluso dentro de la propia familia. Gran reparto y muy bien
aprovechado. Dirige Joel Edgerton, que me sorprendió con su primera película
tras la cámara, “El regalo” y que tampoco lo hace mal aquí. 7.
No llega a ser
un biopic porque, aunque muestra retazos de su vida personal, lo hace de forma
muy sesgada y se centra más en su historia como político y activista. Me parece
extraño que este hombre no haya trascendido más cuando fue el primero que
reconociendo públicamente su orientación sexual gay fuera elegido para un cargo
político. Su mayor logro fue conseguir que se instaurara una ley de derechos
humanos para los homosexuales, porque resulta que en el país de la libertad se
podía despedir a una persona por el simple hecho de serlo, que ya tiene
narices. Vamos, otra caza de brujas. Pero lo que me ha impactado es como
acabaron con él. Tranquilos, desde el minuto 2 ya se sabe pero no es hasta el
final cuando sabemos como se desarrollaron los hechos (que por si alguien no
conoce la historia, como era mi caso, no revelaré, por supuesto), y como digo,
me parece impactante. Por lo demás, la película explica perfectamente todos los
pasos de su breve pero intensa carrera política. Tiene un buen reparto, donde
destaca un soberbio Sean Penn. 8.
Pensaba que
como iba de muñecos iba a ser de corte infantil pero no. Está entre el drama y
lo fantástico. Un tipo que creó todo un mundo de maquetas de la Segunda Guerra Mundial en su jardín, donde representaba simbólicamente situaciones de su vida
y en el que cada muñeco venía encarnar una persona real de su entorno. En ese
mundo se refugiaba de las secuelas psicológicas de una grave agresión sufrida.
En la película retratan sus dificultades para diferenciar el mundo real del
imaginario. La recreación de las personas como juguetes está muy lograda. Y
aunque, a veces la parte fantástica resulta un tanto redundante, en general me
ha parecido original. Por cierto, está basada en un hecho real, y recomiendo
buscar fotos de Marwencol, que es como llama el tío a su obra. Es impresionante
el arte de este hombre. 7.
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