domingo, 21 de abril de 2019

Cementerio de animales



   FICHA TÉCNICA

Título: Cementerio de animales.
Dirección: Dennis Widmyer, Kevin Kolsch.
País: Estados Unidos.
Año: 2019.
Duración: 101 min.
Género: Terror.
Interpretación: Jason Clarke, John Lithgow, Amy Seimetz, Jeté Laurence, Hugo Lavoie, Lucas Lavoie, Naomi Frenette, Alyssa Brooke Levine, Maria Herrera, Obssa Ahmed, Bailey Thain, Sonia Maria Chirila, Jacob Lemieux, Najya Muipatayi, Ines Feghouli Bozon, Constance St-Denis-Veilleux, Maverick Fortin, Rosalie Drouin, Ambre Dioh-Dikongué, Julia Jenni Karagioules, Lou Ferrando.
Guion: Dave Kajganich, Jeff Buhler (Novela: Stephen King. Historia: Matt Greenberg).
Producción: Lorenzo di Bonaventura, Mark Vahradian, Steven Schneider.
Música: Christopher Young.
Fotografía: Laurie Rose.
Distribuidora: Paramount Pictures.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un médico se desplaza con toda su familia a una pequeña localidad para tener más tranquilidad que en la ciudad. La casa a la que se han mudado tiene en sus cercanías, en el interior del bosque, un cementerio de mascotas. Pero un poco más allá, existe otro mucho más siniestro.
   LO MEJOR: Considero que para valorar justamente un remake hay que darle un tiempo puesto que por muy bueno que sea, es imposible contrarrestar el valor nostálgico de treinta años (en este caso) y lo icónico de ciertas escenas en la inevitable comparación con el original. Mucho más si cabe si tenemos en cuenta que el punto de partida de esta nueva versión (qué es lo que es) no es su película predecesora sino una reinterpretación de la novela de Stephen King, concretamente del mensaje que pretendía dar el escritor, centrándose en matizar los temas más importantes, que eran en el tratamiento de la muerte y la superación de la pérdida. Es lo que toca hacer y de forma considerablemente arriesgada es lo que se ha hecho, y no copiar escena por escena y, en algunos casos, plano por plano, como han hecho en otros remakes. Pero, a pesar del cariño que le tengo a “Cementerio viviente”, soy de los que pensaba que pedía a gritos una revisión pues aquella, para estar a las puertas de los noventa, por falta de medios, tenía una calidad técnica muy limitada. Qué es justo lo que sobra a “Cementerio de animales”, aspecto en el que se es enormemente superior, especialmente en el apartado de la fotografía, qué es excelente. Lo que le vale para crear una adecuada atmósfera con la que potenciar una buena ración de sustos sin que parezca que se basan en ellos. En cuanto a los cambios más significativos, creo que son acertados y evitan la previsibilidad con algunas buenas sorpresas. Por todo ésto, sin ser ninguna obra maestra, me parece un más que digno remake.
   Interpretación: Aquí es donde gana por goleada esta versión pues Jason Clarke está notablemente más convincente que Dale Midkiff en la del 89. No tan descaradamente pero también, en el caso de John Lithgow. Curiosamente este actor se especializó en papeles de villano y en su etapa más longeva es elegido para todo lo contrario. Uno de los cambios más significativos es la variación en cuanto al protagonismo de la hija, en este caso, Jetá Laurence.
   Escena (spoiler): Básicamente, las escenas claves son las mismas que la versión precedente, al menos en sus dos primeros actos; el enterramiento del gato y su vuelta, con esas muestras de comportamiento agresivo, el “sueño” del cual despierta con los pies manchados de barro, o la repetición de la operación de enterramiento también a la niña. Pero me parecen sumamente interesantes de las aportaciones nuevas, como esa en la que varios niños llevan una mascota muerta al cementerio en una carretilla, con unas máscaras de animales. Sutil manera de introducir elemento de la máscara, que da bastante juego en la fase final acercándose al slasher. Pero, sin duda, una de las grandes sorpresas es que sea la hija la atropellada y no Gage, como en el original, además preparando la escena de forma que pareciera que iba a ser él. Todo el tercer acto es el que más dista, aunque creo que de forma acertada, variando las formas de las muertes de Jud y Rachel. Al final también cambia pero viene a decir lo mismo que daba a entender la novela. Por cierto, hay algunos guiños, cuando la madre saca a Gage por una ventana mientras la hija fuerza la puerta, totalmente de “El resplandor”. O la camiseta que lleva ella que pone Maine.
   LO PEOR: En el caso de adaptaciones literarias, siempre reservo este apartado para los puristas que ven estas películas con una libreta y un lápiz poniendo cruces cada vez que se saltan una coma, ya no digamos un punto, del texto original. Para los que dicen que es demasiado corta para la extensión que tiene el libro, les diré que la novela de King tiene un alto contenido de reflexión personal del protagonista que no se puede plasmar en el film, a no ser tirando de una voz en off que habría sido un flagrante error con el ritmo. Pero reconozco que tiene algunas omisiones dolorosas.
   CITAS: “Un cementerio de animales es donde enterramos a las mascotas. Aunque pueda parecer aterrador, no lo es”. “Es natural morirse”. “Hay algo ahí. Viene de hace mucho tiempo. Ese bosque tiene algo ajeno a nosotros”. “Algo trae de vuelta las cosas”. “Sé lo que pretendes hacer pero nunca vuelven igual”. “Abraza a tu hija”. “A veces es mejor seguir muerto”.
   REFERENCIAS: Está basada la novela homónima de Stephen King publicada en 1983. En el 89 se hizo la primera versión, “Cementerio viviente”. Y en 1992, tuvo una secuela.
   CONCLUSIÓN: 7. Parte más de la novela que de la anterior versión, suponiendo una reinterpretación del mensaje que quiso dar Stephen King acerca de la muerte y la superación de la pérdida.



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