martes, 19 de septiembre de 2023

Escenas Míticas: Operaciones Especiales - Apocalypse Now Redux

 


   Llegamos a la que personalmente, y mucha otra gente también, considero la mejor película bélica de la historia del cine. Que encaja perfectamente en este ciclo de Operaciones especiales porque consiste en la misión de encontrar a un coronel descarriado en plena jungla para eliminarle. Pero durante todo el viaje nos hace un recorrido por varios aspectos de la guerra de Vietnam.




   Francis Ford Coppola y John Milius trasladaron en su adaptación de la novela de Joseph Conrad, “El corazón de las tinieblas”, la historia del viaje por África y el río Congo para buscar a un explotador de marfil que había perdido la chaveta, al Vietnam de la guerra de los Estados Unidos contra el vietcong. Parece un salto muy grande pero realmente las claves de texto original de Conrad se mantienen en la película.



   Es decir, la importancia del recorrido hasta llegar al coronel Kurtz, que ocupa dos terceras partes del relato, la mitificación del propio personaje a ojos de su cazador y la reflexión sobre el entorno hasta su destino. En ese sentido, Coppola se obsesionó por reflejar la locura de la guerra, el horror de la barbarie y la degradación humana como resultado.



   Un Coppola que venía de realizar las dos primeras partes “El padrino” y “La conversación”, es decir, un nivel altísimo, de maestro, y que logró con “Apocalypse now” su otra gran obra maestra precisamente, en mi opinión incluso mejor, y ya es decir, que su saga mafiosa sobre los Corleone. Nunca volvería a alcanzar este nivel. Hizo buenas películas pero no como estas mencionadas, hasta llegar al “Drácula de Bram Stoker”.



   Y ya desde aquella no ha conseguido emular el talento demostrado en estos títulos. Ahora se encuentra envuelto en cumplir su sueño anhelado, un proyecto que lleva toda su carrera intentando llevar a cabo y que se ha truncado tantas veces que se ha considerado una película maldita incluso sin llegar a realizarse, “Megapolis”, que en teoría debería ver la luz a lo largo del año que viene, con un gran reparto. Veremos.



   A día de hoy existen tres montajes. El que se llevó a la gran pantalla en su estreno, de 147 minutos, una versión extendida posterior llamada “Redux” de 196 minutos, y otra la que se calificó “Final cut” de 185. De todas ellas, la que me parece mejor, la que he visto para realizar este artículo y de la que hemos recopilado las mejores escenas, es la Redux. Es la más completa y aunque se me atraviese un poco la parte de los colonos franceses, incorpora detalles que enriquecen la narración de la historia, como el destino de las conejitas de Playboy, por ejemplo.



   El protagonista inicial, el capitán Willard iba a ser interpretado por Harvey Keitel y, de hecho, rodó varias escenas, lo cual no convenció a Coppola, que le despidió. Otros nombres salieron a la palestra, como Al Pacino, Steve McQueen, Robert Redford o Jack Nicholson. Finalmente contrataron a Martin Sheen, al cual conocía el cineasta italoamericano del casting de “El padrino”, lo cual fue un acierto. Para muestra un botón, el corte que se hace Willard al principio es real, por lo que la sangre en su cara y en las sábanas es la suya. Y también estaba borracho de verdad.



   Para el antagonista la cosa estaba clara, Marlon Brando. Que no paró de crear problemas. De primeras pidió un sueldo de tres millones de dólares por tres semanas de rodaje. Al cual se presentó con un notable sobrepeso (que obligó a rehacer todo su vestuario) y con la cabeza rapada. Además de negarse a compartir escenas con Dennis Hopper, lo que obligó a Coppola a rodar con ambos actores en diferentes días. De hecho, sus discusiones con Brando fueron constantes.



   El reparto, aparte de Sheen, Brando y el propio Hopper, lo completaban un magnífico Robert Duvall, un jovencísimo Lawrence Fishburne, al igual que Harrison Ford (muy brevemente), Frederic Forrest y hasta Coppola tiene un cameo. Los cuales aceptaron la aventura de un rodaje que ya se planteaba como un auténtico infierno, que fue lo que hizo rechazar el ofrecimiento de interpretar a Willard a los actores antes mencionados.



   Y así fue, el viaje para completar la película fue tan infernal como el de remontar el río para buscar a Kurtz por parte de Willard. El rodaje tuvo constantes retrasos y un considerable aumento del presupuesto en el cual Coppola había invertido todo su dinero, que incluía la tasación de su casa, en total unos 30 millones de dólares. Tifones, enfermedades, accidentes, amenazaron con arruinarle. 



   Lo cual no ocurrió pues la película obtuvo en taquilla una recaudación de 83 millones de dólares y unas críticas excelentes que propiciaron que fuera nominada en ocho categorías, incluyendo la de mejor película, que sin embargo se llevó (y tiene narices) "Kramer contra Kramer". Solo se llevó Sonido y fotografía. Por cierto, los detalles del infernal rodaje pueden verse en un muy recomendable documental llamado "Corazones en tinieblas".



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