FICHA
TÉCNICA
domingo, 5 de febrero de 2023
La ballena
Título:
La
ballena.
CRÍTICA
SINOPSIS: Un
hombre con una obesidad extrema y graves problemas de salud, da
clases desde la casa desde la que no sale nunca, víctima de una
depresión que le ha quitado las ganas de vivir. Pero tiene un deseo,
recuperar a su hija, a la que casi ni ve.
LO MEJOR: No
me había pasado ésto nunca en una sala de cine. Me considero un
espectador empático, de los que se mete a fondo en la trama, que
vive las películas como si estuviera metido en ellas, lo cual me
permite emocionarme con los personajes. Aún así, no soy muy dado (o
nada) a la lágrima. Por eso me sorprendió tanto descubrirme a mí
mismo soltándolas sin poder hacer nada para remediarlo. Y eso que no es
una película para hacer llorar, pero si tremendamente conmovedora,
no desde los mecanismos del melodrama (de hecho, incluso la música
está muy dosificada y nunca es protagonista), sino desde la
arrolladora empatía (precisamente) que consiguen transmitirnos el
director y el protagonista. Que nos trasladan la historia de un
hombre que ha perdido la ilusión de
vivir, autodestructivo, que se está dejando morir, pero que antes
quiere hacer algo que le redima. Porque esta película no trata de la
obesidad, eso es solo una consecuencia en un retrato sobre la
soledad, el duelo y la depresión. Darren Aronofsky, en su vuelta a
su vertiente más realista y dramática, nos ha vuelto a dejar rotos
en otro camino tortuoso para uno de sus personajes, que acentúa
encuadrándolo en un formato de pantalla casi cuadrado (creo que es
1:66), lo que encierra todavía más al actor y que junto a verlo en
un único escenario sin prácticamente luz exterior, incide más en la
claustrofobia que genera en el espectador. Sin embargo, probablemente
es la película menos efectista del cineasta, incluso más impersonal
con la cámara.
Interpretación: Aronofsky
rescató a Mickey Rourke dándole la posibilidad de conseguir el
Oscar (fue nominado) y ahora ha hecho lo mismo con Brendan Fraser.
Todo lo que no sea que consiga la preciada estatuilla me va a parecer
una estafa, una broma de mal gusto. Deberían darle diez de una
tacada o uno como la Torre Eiffel. Es
la interpretación más desgarradora que he visto en años,
posiblemente una de las mejores que haya visto. Porque Fraser no
parece que esté actuando, como Rourke, parece que estuviera
interpretándose a si mismo, y puede que así sea porque el actor pasó
por una grave depresión previamente. Pero es que además, todos los
que le rodean están magníficos, como Sadie Sink, Hong Chou
(moninada también) o Samantha Morton.
Escena (SPOILERS!!): El
texto que le hace leer al miembro del grupo religioso que se presenta
en su puerta cuando le está dando un ataque justo nada más empezar
la película, es la redacción de su hija (Sink). Ésto no lo sabemos
hasta casi el final. Pero lo que significa es que era lo único que
le hace seguir viviendo. La escena en la que ella le pide que camine
hacia ella, a pesar de sus evidentes limitaciones físicas es la
prueba que necesita para volver a creerle después de que la
abandonara cuando era una niña. Pues bien, estas dos escenas son
vitales en el desenlace, donde ella se da cuenta que si es lo más
importante para él. ¿Que es lo que pasa cuando él finalmente
consigue andar hasta su hija? Consigue que ella le perdone y poder
morir en paz. Porque eso es lo que hace, morir. Probablemente de un
ataque al corazón por el sobreesfuerzo y su estado de salud
terminal, pero donde vemos una luz blanca y sus pies elevarse, porque al final lo ha logrado, la ha salvado a ella y se ha salvado a si
mismo. Y ese es el mensaje.
LO PEOR: Es
más como aviso que porque me parezca un defecto, es bastante
teatral. El desarrollarse exclusivamente en el interior de un
apartamento lo provoca, pero también creo que es una sensación
consciente, de la que el director no pretende escapar sino todo lo
contrario, hacernos sentir como se siente el personaje.
REFERENCIAS: Es
la adaptación de la obra de teatro homónima de Samuel D. Hunter, que
también escribe el guion. Pertenece a la línea de películas de
Aronofsky de la cuerda de “Réquiem por un sueño”, “El
luchador” o “Cisne negro”. Aunque esos atracones de comida me
han recordado a los de bebida de Nicholas Cage en “Leaving Las
Vegas”.
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