miércoles, 22 de febrero de 2023

Escenas Míticas: Diminutos - Cariño, he encogido a los niños

 


   Si alguien se pregunta por qué no he seleccionado para este ciclo la película “El increíble hombre menguante”, que claramente es inspiración, de una manera u otra, para la mayoría de títulos de esta temática, la respuesta es porque contiene una escena con una tarántula que soy incapaz de ver. Hala, ya lo he dicho. Quizá más adelante . . . o no. Pero si hay una película que más evidentemente tenga a aquella como referencia es ésta.




   Al fin y al cabo, en aquel film de los cincuenta, el protagonista tenía que sobrevivir en su propia casa y los personajes de la que que hoy comentamos tienen que atravesar el jardín de su casa. Solo que con su tamaño tan reducido, ese jardín se convierte en una selva llena de depredadores y peligros de toda clase. De hecho, es como se atravesarán un bosque en la era de los dinosaurios.



   Para recrear los movimientos de las criaturas que van encontrándose se recurrió a uno de los más reconocidos expertos de la técnica del stop motion, David Allen, con un largo repertorio de películas en las que había participado en los ochenta. Para los efectos especiales se contrataron los servicios de ILM (Industrial Life and Magic), la productora de efectos especiales número uno.



   Aunque se centró en los efectos visuales de perspectiva forzada para simular el mayor tamaño de los decorados respecto al reparto. Los animales, como la hormiga o la abeja, fueron animatrónicos y mostrados mediante el stop motion de Allen. Por cierto, la galleta gigante que se encuentran era de crema auténtica.



   La idea original partía de Brian Yuzna y Stuart Gordon, que tras un periplo asociados para hacer cine de terror, como la saga “Re-animator”, querían hacer una película para un público más familiar. Yuzna sería el productor y Gordon el director, además de que el guion sería co-escrito por ambos. Sin embargo, Stuart Gordon cayó enfermo y se decidió buscar otro director.



   El elegido fue Joe Johnston, que era la primera vez que se ponía tras la cámara porque sus inicios fueron en el campo de los efectos especiales, participando en la saga “Star Wars”, cuya asociación con George Lucas le llevó a trabajar para Steven Spielberg en “Indiana Jones en busca del arca perdida”, con la que ganó el Oscar en esa categoría.



   Después vinieron títulos tan populares como “Rocketeer”, “Jumanji”, “Jurassic Park III”, “El hombre lobo “ e incluso llegó a ser uno de los iniciadores del UCM, pues dirigió una de las primeras películas, “Capitán América, el primer vengador”. Aún así, está considerado como un buen artesano del cine fantástico y de aventuras pero poco más.



   Para el protagonista un actor muy popular en el género de comedia también precisamente en el fantástico de los ochenta, Rick Moranis, que venía de participar en películas tan famosas en esa época como el remake (muy recomendable), “La tienda de los horrores”, “La loca historia de las galaxias” (parodia de Star Wars) y la saga “Cazafantasmas”. Aunque también se consideraron nombres como Chevi Chase o John Candy.



   La película se convirtió en una de las más populares de la década de los ochenta y fue un auténtico éxito de taquilla. Tuvo dos secuelas, “Cariño, he agrandado al niño” (homenajeando esta vez a “El ataque de la mujer de 50 pies) y “Cariño, nos hemos encogido a nosotros mismos” (bastante mala). Por cierto, el título original era “Teenie Weenies”, descartado por ser demasiado infantil. 



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