sábado, 4 de febrero de 2023

Microcríticas Express: La chica salvaje/El último paciente

 




   Se nota y mucho que está basada en una novela, con esa estructura de contar la historia como un gran flashback y un estilo de narración muy literario, por cierto, que en realidad se titula “Donde cantan las langostas” y está escrito por Delia Owens. Aunque a mí me ha recordado a “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, la cual también se adaptó pero a miniserie, por la temática de entorno rural y misterio en medio de una trama romántica. De hecho, pivota entre el drama rural y el thriller de intriga pues si algo sabemos desde el principio es que alguien ha muerto (no se sabe si por accidente o asesinato) y quizá alguien se encontraba con la víctima (responsable o no). La cuestión es que sirve como excusa para contar la historia de una muchacha que apodan “la chica salvaje”, interpretada por una magnífica Daisy Edgar-Jones, y ya no puede ser casualidad que las tres o cuatro veces que he visto a esta actriz, haya estado muy bien en todas, así que apunta a tener un futuro artístico muy prometedor. Por tanto, hay gran parte de la película en la que se impone el drama, pero la intriga por resolverse el caso se irá incrementando según se vaya acercando al final, incluso con parte de thriller judicial. Final sorpresivo, o no tanto, porque sinceramente se me había pasado por la cabeza, pero que cierra bastante bien. Además la fotografía es excelente y le saca un gran partido al paisaje. 6’5.


   Película danesa con una propuesta inicial bastante sencilla pero que según va avanzando va descubriéndose que tiene más aristas de lo que cabía esperar. Un asesino en serie secuestra a una psicóloga en su propia consulta para que le analice en la hora que ha pagado. Así que tres cuartas partes de la película son en ese mismo escenario, lo que en cierto aspecto le da un toque hitchcockiano. Y la gran mayoría de ese tiempo corresponde al diálogo entre los dos protagonistas, Signe Egholm Olsen y Anton
Hjijle (vaya tela) que mantienen un buen duelo interpretativo. La cuestión es que la trama esconde algunos giros realmente sorprendentes. Al menos a mí me han pillado descolocado. Pero no son tramposos. Los giros sorpresa son tramposos cuando se los sacan de la manga, cuando no dan la posibilidad al espectador de adivinarlos y, sobre todo, cuando no han sido sembrados durante la narración. Pero no es el caso del guion de esta película, que aunque tenga alguna situación un poco forzada, en general encaja bastante bien las piezas y termina en todo lo alto. Es cierto que hay que tener un poco de paciencia, que a algunos les resultará un poco pesado todo el tramo de diálogo sin que aparentemente esté pasando nada, pero al final merece la pena. 6’5.

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