No
había visto ni una monster movie noruega en mi vida y en poco tiempo
han caído dos, “Troll” y ésta, y lo cierto es que ambas me han
gustado sin parecerme nada del otro mundo. Y eso que no inventa nada
porque se fusila sin pudor todos los tópicos habidos y por haber de
las películas de hombres lobo. Es más, hay evidentes parecidos con las
tramas de “Un hombre lobo americano en Londres” (pero sin el tono
de comedia) y “Ginger snaps” (por cierto, trilogía muy
recomendable), y tiene un guiño visual muy claro a “En compañía
de lobos”. Porque lo que esperaba que fuera distinto es que, como
en “Troll”, se le diera un toque de la mitología nórdica. Y se
plantea, así se presenta en el prólogo, pero luego no se
desarrolla, por lo que al final da igual que el lobo sea vikingo (como dice el título) o de
Murcia. Para colmo, dejan abiertas bastantes cosas por lo que hace
pensar que tienen pensado hacer secuela. Aún así, me ha
entretenido. A pesar de sus evidentes medios limitados (el maquillaje
es más bien justito), lo que les hace dosificar el monstruo mucho,
aunque cuando aparece me ha resultado bastante convincente, y cuando se
ve, se ve bien. Además, es muy generosa en cuanto a número de
muertes, incluso con alguna que otra masacre, en cuanto a sangre y un
poco de gore. A ver, tampoco esperaba mucho más. 6.
Que
manía con querer encajar las películas en movimientos sociales
interesadamente, no por parte de los artífices de ésta sino de
opiniones de la crítica. Además,
sería simplificarla demasiado pues es una compleja visión de la
venganza. Pero
no es una película representante del #Metoo, leche. Si se toca el
tema de la violencia de género pero es tan de pasada y poniendo tan
poco énfasis, que solo sirve para dar cierto contexto a una historia
que lo único que pretende es ofrecer una experiencia audiovisual muy
sensorial, muy de sensaciones generadas por las imágenes, pues la
mitad de la película es en un tono muy onírico, en ocasiones
visualmente experimental. De
hecho, yo he dejado e intentar descifrar cada escena porque resultaba
muy frustrante, y me he dejado llevar por las imágenes hipnóticas y
la música. No obstante, básicamente es una película de terror con
cierto toque sobrenatural implícito. Eso si, no es ni mucho menos
para todo el mundo, si no entras en el juego de recreaciones de
supuestos sueños y demás, te puede resultar aburrida. Por cierto,
las dos actrices, una gran Alice Krige de nuevo y Kota Eberhardt,
hacen muy buen trabajo. El desenlace queda claro pero también da
lugar a varias lecturas y diferentes interpretaciones. 5’5.
Cuando
me enteré de que Alex de la Iglesia iba a crear una antología de
terror, The Fear Collection, con varios proyectos de los mejores
directores españoles en el género pues me pareció una idea muy
atractiva. Pero los dos primeros no es que me hayan entusiasmado
precisamente, y eso que “Veneciafrenia” era del propio De la
Iglesia y ésta de Jaume Balagueró. Por cierto, que se anunciaba
como el regreso del mejor Balagueró y lo siento pero no veo nada del
nivel de “Los sin nombre”, “Darkness” o “REC”. Aún así
supera a su compañero con “Venus”, lo cual no es que fuera muy
difícil. Inspirada en un cuento de H.P. Lovecraft en lo que es una
modernización muy libre de “Los sueños de la casa de al bruja”,
que forma parte de los Mitos de Cthulhu, en una mezcla de thriller de
traficantes de drogas y terror cósmico, que por momentos recuerda al
Darío Argento de “Suspiria” o al Rob Zombie de “Lords of
Salem”. Ojo, por momentos, nada más, porque en otros tiene serias
lagunas. De primeras le cuesta arrancar un mundo y gran parte de la
película me he estado preguntando que narices pintaban los
traficantes en esta historia. Y el último cuarto de hora es un sin
sentido narrativo impropio de un director como éste. Al menos se
pueden salvar unas cuantas escenas bastante adrenalíticas y
brutales, donde no se escatima en violencia y sangre. Y lo más
sorprendente, que Ester Expósito lo hace bastante bien, de hecho, lo
da todo. 5.
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