Trata
sobre una chica que, al parecer, lleva meses sin comer. Para realizar
una labor de observación del fenómeno, mandan a una monja y una
enfermera, en un clima social y religioso que recuerda al de “La
bruja”. De hecho, no deja de ser un retrato del fanatismo en
relación con la creencia. En las dos representantes que deben
vigilarla se da un enfrentamiento entre la fé y la ciencia. La
historia está muy bien ambientada y tiene una gran fotografía. Pero
si por algo tiene valor la película es por el trabajo de las dos
actrices, la joven Kila Lord Cassidy y
Florence Pugh que demuestra que es una de las actrices más en forma
del panorama cinematográfico actual. Es una todoterreno que le da
igual el tipo de papel que le den, lo salva siempre y salva con ello
a la propia película. El problema de ésta es que la intriga por
saber si el milagro es real dura relativamente poco e incluso se ve
venir desde lejos, dando paso a que el drama tome el control, aunque
era más interesante la otra parte de la trama. Además, ante ciertas
resoluciones más que cuestionables del guion, hay que hacer
suspensión de la incredulidad. Igual le deberían haber dado una
vuelta más al guion. 6.
Vendría
a ser una mezcla de “Bajo cero” (aquella de unos chavales que se
quedan atrapados en un telesilla) y “127 horas”. Eso y el propio
cartel de la película ya dejan bastante claro de que va. Además, el
guion no se complica y más lleno de tópicos no puede estar.
Superación de traumas anteriores, amistad, paranoias mentales
producto de la tensión, . . . Pero lo importante es si logra lo que
pretende, que no es otra cosa que crear una situación lo
suficientemente adrenalítica para enganchar al espectador. Y en gran
parte si lo consigue, a pesar de algunos parones y conversaciones que
lo único que hacen es alargar innecesariamente la historia y romper
el ritmo. No obstante, por contra, las escenas de riesgo están muy
bien rodadas y saben mantener la sensación de estar a gran altura.
Han debido rodar con drones porque logran unas tomas muy
espectaculares con planos desde todos los ángulos. Para los que
tengan vértigo, como un servidor, hay secuencias en las que lo
pasarán mal. De hecho, varias veces he pensado que menos mal que no
la he visto en el cine porque hay momentos bastante angustiosos. En
el apartado de la interpretación, las dos actrices no es que sean
unas sobradas de talento en lo dramático pero está claro que han
hecho un esfuerzo físico importante. Hasta he llegado a consultar si
eran alpinistas de verdad, que para nada. 6.
Película
polaca que sigue tan descaradamente la línea de “Seven” en
combinación con “Saw” que he llegado a pensar si no han tenido
problemas de plagio. La trama es calcada a la primera y es tan
explícita con el gore y la sangre como la segunda. Y por supuesto,
va de un asesino en serie. Pero luego introduce algunos giros que si
resultan sorprendentes, aunque el último esté cogido con pinzas. No
obstante, el guion funciona lo suficiente como para mantenerte
interesado. Además, el ritmo es altísimo, no te has recuperado del
impacto de un asesinato cuando viene el siguiente. No da tiempo a
aburrirse. Personalmente, en un psicokiller prefiero un poco más de
pausa porque si no, la narración parece a matacaballo (nunca mejor
dicho, viendo la película se entiende). Pero no se le puede negar
que el resultado es de sobra entretenido, yendo siempre al grano, con
un guion que ata bien los cabos, logrando que todo lo que nos han
contado, desde la situación personal de las protagonistas hasta las
pistas del caso, encajen, ya digo, a veces forzando un pelín. Buen
entretenimiento. 6.
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