El motivo de este ciclo sería el estreno a final de mes de “Los nuevos mutantes” aunque en vista de lo que viene pasando en las últimas semanas en cuanto a la cancelación en cascada de las películas más potentes, cómo son los casos de “Tenet”, “Mulan”, “Expediente Warren 3”, entre otros, es posible que ocurra lo mismo con los mutantes mientras desarrollamos este ciclo que será dedicado a los superhéroes adolescentes.
Aunque su presupuesto mucho más modesto nos da esperanza para que pueda mantenerse en cartel y arriesgar dónde otros presupuestos más holgados necesitan la garantía de poder recuperar el dinero invertido y sacarle los beneficios pretendidos. Sea como fuere este mes hablaremos de estos jóvenes superhéroes, no podemos estar cambiando constantemente de temas.
Y empezamos con esta película basada en el cómic homónimo de Mark Millar y John Romita Jr. A los comiqueros, sin duda, le sonará notablemente este segundo nombre, y es que es el hijo del John Romita Sr, uno de los autores más emblemáticos de Marvel, concretamente con “The amazing Spiderman”, “Punisher”, ”Wolverine”. “Kick Ass” también es de Marvel Cómics pero tiene un estilo muy alejado de esas sagas.
Pero no colabora en el guión de la película, qué fue escrito por el propio Matthew Vaughn y la que podría considerarse su guionista de cabecera, Jane Goldman, autora de prácticamente de los libretos de casi todos sus películas. Eso sí, contaban con la producción de Brad Pitt. Y tener a un peso pesado de Hollywood en esas labores es un respaldo interesante para el proyecto que quería levantar.
Porque el guión de Vaughn/Goldman contaba con toneladas de humor negro (de mal gusto según algunos críticos), mucha acción (muy bien resuelta por cierto). Y el mayor problema, su extrema violencia. Lo que le valió una preciosa calificación R (benditas sean) pero no se libró de las críticas por incluir a menores de edad en la historia (Chloe Grace Moretz solo tenía 12 años en el momento del rodaje).
Matthew Vaughn venía de debutar con “Layer cake” (con Daniel Craig y Tom Hardy) y continuar con “Stardust” (Michelle Pfeiffer y Robert de Niro). Buen bagaje para enfrentar esta “Kick Ass”, qué fue el paso previo para ponerse las riendas de la resurrección de la saga “X-men” con “La nueva generación”, que también veremos en este ciclo. Después iniciaría, y ahí sigue, la saga “Kingsman”.
Protagonizaba un hasta el momento casi desconocido Aaron Taylor-Johnson. Pero para un servidor la verdadera protagonista era Chloe Moretz, como decíamos tan solo una niña, con su Hit-Girl, que se robaba todos los planos. Ya había demostrado de que era capaz en su anterior película, el remake de “Déjame entrar”. Y no hay que olvidarse de Nicholas Cage, probablemente el último papel de una película de éxito antes de sumergirse en el mundo de la serie B y más allá. El reparto lo completaban Mark Strong, Christopher Mintz-Plasse, Lyndsy Fonseca y Elizabeth McGovern.
Hay que señalar que la película de basa lejanamente en la realidad, en cuanto a la existencia de estos justicieros anónimos que vagan por la noches zurrando a delincuentes, acosadores, violadores, ladrones y toda clase de maleantes callejeros. Se trata de antiguos policías, exmilitares, practicantes de artes marciales, que en muchos casos van disfrazados o llevan máscaras inspiradas en superhéroes de las viñetas o de la gran pantalla.
El resultado fue una película divertidísima que a pesar de las polémicas, en general, tuvo buenas críticas y que al público le encantó. Costó 28 millones de dólares y recaudó casi 100 en la taquilla, todo un éxito, lo que propició una secuela, “Kick Ass 2, con un par”, con idéntico presupuesto pero 40 millones menos de beneficio. Pero que incluía a John Leguizamo y Jim Carrey (como Capitán barras y Estrellas en claro homenaje a el Capitán América) en el reparto. Lo curioso es que en la primera parte Big Daddy (Cage) hace referencia a Batman, que es de DC, el rival de Marvel. Por cierto, en aquella secuela, para evitar más polémicas, decidieron descartar una escena de violación en grupo a la novia del protagonista (que si ocurría en el cómic) y la muerte especialmente sangrienta de un perro.
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